21 septiembre, 2010

Fiestas patrias


Fin de semana largo, cuatro días patrios, entre viajes desesperados, asados, chicha y empanadas, cosas que definitivamente pude evitar con un buen descanso en casa. Hacer lo que la gran masa hace, ya sea por costumbre, por tradición, o por tendencia, no es mi línea. Ya habrá tiempo para salir, en una época más tranquila, en un tiempo menos congestionado y más civilizado.

Eso sí, una de las cosas curiosas y maravillosas que alcancé a visualizar, fue el despliegue aéreo, en las costas del litoral central, pese a no estar allí. Acrobacias increíbles, eso sí hubiese sido un factor motivante.

Es curioso, el sábado en la tarde escribí un mensaje que no salió, me llamó la atención y no insistí, por algo sería. Era sólo un saludo inocuo, y un deseo imperioso de saber. El conocimiento está allá afuera, justo donde el pensamiento colectivo convierte en masa a la multitud que en su desesperación viaja a razón de un pensamiento, sólo para tomar y comer, qué contradicción.

Bueno, fiestas patrias, así son.

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