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Viernes, un momento de reflexión, una sensación de desconsuelo abunda en la visión de quién por otros vive con aferro. Una nueva historia se va formando, mientras los astutos se aprovechan de la debilidad y se muestran comprensivos. Contarás, sentirás el abrazo fraterno, lo creerás cierto, pero sin duda, no calmará la pena, el cansancio, o el desconsuelo.
Sé que piensas, más no sé en qué piensas, son dos mundos distintos, son dos mundos paralelos. Un oportunista se acerca, cuando lo más preciado levanta su vuelo.
Las palabras son confusas, un sollozo se deja escapar en silencio. Son muchas las voces, y confuso es escuchar al viento.
Recojo una lágrima con cuidado, la cobijo entre mis dedos, es un todo, una vida, una historia, una marca, mas visible en el interior que en lo externo. Unas manos empuñan un paño blanco, con profunda nostalgia en el vientre eterno, una maleta con dos gruesas corras, señala que nada es más grande, y nada es más pequeño, simplemente, no cabe más en aquel inmenso espacio, que se hará eterno.
Los dados ya fueron lanzados, giran y giran, mientras que con ojos impacientes, se mira el paso de unos zapatos negros. Ideas van, ideas vienen, calma y tenacidad, temple y pensamiento, no hay más, no hay menos.
Por ahora, escucho el viento, suave y confuso, y una vez más espero en silencio.
Sé que piensas, más no sé en qué piensas, son dos mundos distintos, son dos mundos paralelos. Un oportunista se acerca, cuando lo más preciado levanta su vuelo.
Las palabras son confusas, un sollozo se deja escapar en silencio. Son muchas las voces, y confuso es escuchar al viento.
Recojo una lágrima con cuidado, la cobijo entre mis dedos, es un todo, una vida, una historia, una marca, mas visible en el interior que en lo externo. Unas manos empuñan un paño blanco, con profunda nostalgia en el vientre eterno, una maleta con dos gruesas corras, señala que nada es más grande, y nada es más pequeño, simplemente, no cabe más en aquel inmenso espacio, que se hará eterno.
Los dados ya fueron lanzados, giran y giran, mientras que con ojos impacientes, se mira el paso de unos zapatos negros. Ideas van, ideas vienen, calma y tenacidad, temple y pensamiento, no hay más, no hay menos.
Por ahora, escucho el viento, suave y confuso, y una vez más espero en silencio.
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