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Introducción:
Después de tanto frío y días de lluvia, salió un poco de sol. Una nostálgica alegría me acompaña en mi viaje esta mañana, y me hace cuestionar ciertas cosas que obviamente no se pueden conversar en reuniones sociales. Esta historia nos permite abrir una ventana hacia ese mundo abstracto y oculto de nuestra imaginación y de nuestros sueños.
Durmiendo entre Sueños
He soñado muchísimas cosas, tan abstractas que llegan a ser indescriptibles. He procurado dormir lo más posible, porque así creo que perduraré aún más en el tiempo.
Pensaba en un día de sol, no planificado, un día maravilloso que se abre entre días nublosos, sintiendo frío y calor a su vez, un momento único, caminando tranquilo a paso calmo, viendo sonreír al viento, en dichosa armonía con el verdor de un paisaje abierto.
De pronto descubro algo que ahora reafirmo, la eternidad no está en los años ni en los siglos, sino en aquellos breves momentos que tengo. A fin de cuenta, los años son apenas segundos, y los segundos son eternos. Las imágenes, los olores, la textura, los sabores, los sonidos, todo lo que inunda nuestros sentidos, se impregna en nuestro ser, como un recuerdo, como un pensamiento, como un sueño, aún estando despierto.
Muchas vivencias se olvidan, pero ciertos detalles quedan, algunos podrán recordar toda su vida, otros vivirán una y otra vez aquellos escasos segundos de una simpleza.
Sigo soñando, sigo despierto, encerrado en este envase, prisionero en esta esfera y en este universo. Entonces duermo, a solas estoy, veo una luz, y me escapo por el portal prohibido de mis deseos más sinceros. Busco el camino, aquel que creo correcto, pero me desvío y me pierdo en aquello que no manejo. Logro escapar, a penas un instante y desde afuera, todo es blanco, todo es distinto, todo es incierto, es otra realidad, o es otro sueño embebido en otro sueño.
Que es real, que es ficticio, me cuestiono una y otra vez, ¿serán a caso, los recuerdos, los sueños, o lo que se vive en este preciso momento? ¿Qué he hecho?, ¿Qué debo hacer?, cuantas palabras vertidas para ni siquiera poder tocar la luz que nos conduce a la libertad de este encierro.
Sé que no se entiende, todo es tan extraño acá arriba, y aún así, aquí sigo, como en un sueño, caminando dormido, pisando y contando las mismas huellas que aparentemente están, en lugares distintos.
Después de tanto frío y días de lluvia, salió un poco de sol. Una nostálgica alegría me acompaña en mi viaje esta mañana, y me hace cuestionar ciertas cosas que obviamente no se pueden conversar en reuniones sociales. Esta historia nos permite abrir una ventana hacia ese mundo abstracto y oculto de nuestra imaginación y de nuestros sueños.
Durmiendo entre Sueños
He soñado muchísimas cosas, tan abstractas que llegan a ser indescriptibles. He procurado dormir lo más posible, porque así creo que perduraré aún más en el tiempo.
Pensaba en un día de sol, no planificado, un día maravilloso que se abre entre días nublosos, sintiendo frío y calor a su vez, un momento único, caminando tranquilo a paso calmo, viendo sonreír al viento, en dichosa armonía con el verdor de un paisaje abierto.
De pronto descubro algo que ahora reafirmo, la eternidad no está en los años ni en los siglos, sino en aquellos breves momentos que tengo. A fin de cuenta, los años son apenas segundos, y los segundos son eternos. Las imágenes, los olores, la textura, los sabores, los sonidos, todo lo que inunda nuestros sentidos, se impregna en nuestro ser, como un recuerdo, como un pensamiento, como un sueño, aún estando despierto.
Muchas vivencias se olvidan, pero ciertos detalles quedan, algunos podrán recordar toda su vida, otros vivirán una y otra vez aquellos escasos segundos de una simpleza.
Sigo soñando, sigo despierto, encerrado en este envase, prisionero en esta esfera y en este universo. Entonces duermo, a solas estoy, veo una luz, y me escapo por el portal prohibido de mis deseos más sinceros. Busco el camino, aquel que creo correcto, pero me desvío y me pierdo en aquello que no manejo. Logro escapar, a penas un instante y desde afuera, todo es blanco, todo es distinto, todo es incierto, es otra realidad, o es otro sueño embebido en otro sueño.
Que es real, que es ficticio, me cuestiono una y otra vez, ¿serán a caso, los recuerdos, los sueños, o lo que se vive en este preciso momento? ¿Qué he hecho?, ¿Qué debo hacer?, cuantas palabras vertidas para ni siquiera poder tocar la luz que nos conduce a la libertad de este encierro.
Sé que no se entiende, todo es tan extraño acá arriba, y aún así, aquí sigo, como en un sueño, caminando dormido, pisando y contando las mismas huellas que aparentemente están, en lugares distintos.
1 comentario:
Algún día, despertaremos de este extenso sueño... y la verdad se abrirá ante nuestros ojos, hasta el punto de enceguecernos nuevamente.
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