09 noviembre, 2010

Y aquel día diré… ?


Introducción

Primero fue una multitud, y recuerdo haber improvisado algunas palabras, se que ahora serán unos cuantos, para que finalmente sean unos pocos. La luz incierta de una vela se va apagando y eso me angustia sobremanera, pero es parte de la naturaleza de la vida, donde algo se inicia, algo termina, como el eterno caminar de un principio y un fin, que a todos nos toca. Y para ser sincero, realmente no sé lo que diré aquel día.


Y aquel día diré… ?

Quiero agradecer su compañía en este día tan emotivo, y quisiera decir que no importa lo que hagamos, todos algún día viajaremos hacia ese otro mundo, lleno de paz eterna.
Es por eso que siempre debemos disfrutar el momento presente en que estemos, más allá del dolor, más allá de un pesar, siempre tendremos aquellos pequeños instantes de felicidad que no debemos dejar escapar, como el pasto verde y generoso bajo nuestros pies ahora, el hermoso paisaje que nos rodea, o el simple hecho de no sentirnos solos cuando estamos aquí, unidos por un motivo.

No pierdan el tiempo en discusiones, no desperdicien una sonrisa por cosas banales, materiales o egoístas, dejen de lado las discusiones y encaminémonos hacia los momentos que nos hagan más felices, contagiemos dicha felicidad, dejemos un poco de hablar de remedios, rencores o meras ambiciones, y recordemos aquellos tiempos fértiles que hemos vivido, recordemos nuestra historia bella, sin importar la cruz que llevemos.

Sólo les digo, que no es necesario proyectarse tanto, cuando la vida es tan incierta, sobre todo en estos tiempos de ahora. Todo cuanto hagamos en este presente, es lo que cosechamos, y es lo que nos alimenta. No fuercen los buenos momentos, más bien disfruten los que ya tengan, recordemos las cosas buenas que nos han pasado, porque de todo hay, y dentro de todo siempre existirá algo que apreciemos con cariño y entrega.

Sólo eso… gracias.

Septiembre 2014.

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