02 noviembre, 2010

Fusión


Irrumpiendo gratamente en sueños, se encontraba con su presencia volátil, dispuesta y serena, sin mayores miramientos hacia una comprensión ansiada y compleja. En el rectángulo se filosofaba un acuerdo que les llevaría al entendimiento mutuo y una armónica convivencia. No obstante, sin más, uno de ellos se alejaba a ratos, con pasos cortos y dudosos, pero en buenos términos, conciente de que estaría siempre presente, pese al tiempo, siendo incertidumbre lo que vendría.

Uno de ellos, era el más preocupado, buscaba la forma de conciliar. El otro buscaba un punto de entendimiento que le permitiera aceptar, mientras que el siguiente buscaba estar y su vez su libertad. Todos buscaban algo, por consiguiente, todos trataban de entender el por qué, sin saber cómo o un después.

Lo obvio era ineludiblemente tangible, pese a ello, la emotividad les envolvía, confundiendo la razón bajo una necesidad común y universal.

La tolerancia, la aceptación, la adaptación eran temas cruciales, sin embargo, la individualidad estaba latente. Pese a ello, la fusión se daba en una forma extraña y serena.

Todo se volvía difuso, muy parecido a un entonces, pero bajo otro escenario, ya no de noche, sino de día, con pocos, sin caos, sin desesperación, pero sí cierta ansiedad y armonía. Temprano era, en una mañana donde el sol iluminaba la situación desde una ventana sellada. Una puerta estaba abierta, a sus plenas anchas, blanqueando aún más aquel lugar, rincón celeste de encuentro y lejanía, donde todo empieza, y donde todo termina.

Un sueño a la vez, y ahora muchos más que antes, como si el tiempo no bastara para señalar los pasos de aquellos finos zapatos en su travesía. A fin de cuenta, nada es rectilíneo, porque por un u otro motivo, por más que se evite, se devuelven los hilos, en las curvas que proporciona la sabiduría.

La eterna dimensión de lo imposible se hace tangible en la mente, y aunque no se comunique estará ahí para quién lo sigue. Las respuestas, tantas veces buscadas, no son más que las propias preguntas que nacen de un interior rebuscadas.

Amanece ya, es un nuevo día, y como todo sueño, las imágenes se desvanecen en la nada, pero pese a todo lo que suceda, la sensación queda, infinita, magistral y serena, en este mundo interior donde alguna vez se encontrarán nuevamente las respuestas hacia una fusión plena.

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