![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOTbg-YboyHI6qLicp6f_pPQpsNZ8cuAaXbgOwfUW2Yh6F43ZdCvfJb12fxavL4YnI430ydQ70LEMMrTdi1QV7JQHxiRWZYafEHoo_gK0QLfKrmC_8F1GcYUdZN3xxPZt4GvRaAA/s200/el-vuelo-15-fundido.png)
Es raro, pero siento una carencia, no sé como describirlo, es como un vacío que presiona el estómago sin cesar. Quizás sea el frío, quizás sea la distancia que me agobia y me cansa, tal vez un largo viaje que al final estalla, tal vez sea el futuro que me llama y que me alcanza, no lo sé, pero una cosa si es segura, la aflicción nace involuntaria, sin control se desata, hace y deshace libre y se desparrama, a veces es tenue o a veces es fuerte, y sin descripción me descalza.
Ahora la música acompaña susurrante en los oídos, suave es y delicada, buscando la armonía de una paz que calma. Es como un sueño, aún más allá de los sonidos cuya magia se escuchaba, es un piano, un violín que con paciencia nostálgica escuchaba, para sólo así poder volar, lejos, para apaciguar lo que el cielo tanto proclama.
Ya pasará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario