18 mayo, 2010

Día de Sol


Día de sol, aroma natural, la frescura del viento rozando suavemente en su rostro, una inhalación profunda, buscando el olor a tierra mojada, un pasto verde recién cortado, y algunos cánticos alzados de las aves al pasar.

Es un paisaje es hermoso, de profundo verdor, como un gran manto extendido a sus pies. El orgullo le sigue, un sabor a victoria, por aquello que es real.

Estacionó así su vehículo, con plena libertad. Unas pocas monedas y unos pocos billetes doblados, fueron repartidos al andar. Todo era despejado, azul y celeste que daba gusto mirar. Sus dedos se entrecruzan mientras observaba el movimiento de su propio pulgar, un logro merecido en su mente se manifestaba producto de su nueva actividad.

Como quisiera estar, caminando un poco, con plena tranquilidad, a paso lento y seguro, para solo poder conversar, ideas nuevas, sin distorsiones ajenas que cuidar.

Si el tiempo pudiese ser detenido, aunque sea un instante, podría tal vez volar, surcar velozmente en las alturas, sobre las nubes, la tierra y el mar. Mirar en lo pequeño todo lo que hay, un espíritu lejano y travieso que siempre inquieto ha de buscar, aquel camino que le lleve a su propia felicidad.

Ojala algún día comprenda, que una vez no son dos, porque nunca dos será igual, como aquel entonces en que no hubo mayores alternativas que un largo esperar. Ahora, es distinto, porque el tiempo ha pasado, y no en vano está, lo poco o mucho que pueda quedar, quedará, impregnado en su ser, por siempre sin detenerse seguirá. Pero el ahora es otra época, otro tiempo, mejores conocimientos, nuevas tecnologías, con más alternativas que considerar, y como siempre he pedido a Dios, nunca el contacto perderá.

Lamento tanto más el no hacer que hacer, que difícil es la contención eterna de lo necesario para no perturbar. Por eso mismo, siempre cuidaré los momentos, como un abnegado guardián, porque son necesarios, por algo suceden, y no en vano se atesoran frescos y puros en cada andar.

Mientras… Escucho una música, que suena una y otra vez más, es la melodía que se convierte en un último mensaje nostálgico que me hace pensar, en que nada es eterno, y que no existe un principio, ni un final. Todo lo que fui, todo lo que soy, y lo que vendrá, Incierto es, por más conducido y perfectamente planificado parece estar. Algo siempre escapa a nuestras propias razones, se escabulle entre los dedos, como el agua que no se ha de tomar, pero que sin embargo, sabes que existe, y que siempre ha estado, y siempre estará.

Ahora mismo ya baja el sol, poco a poco, la noche se aproxima nuevamente, contaminado es aquí, despejado es allá, no importa el lugar, porque otro día ha de comenzar, como siempre, para que un nuevo amanecer de vida nuevamente a lo que pronto empezará.

Buenos días!.

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