08 junio, 2010

P4R


Introducción:

Generalmente la rutina del diario vivir nos envuelve, pero los días por muy parecidos que parezcan, son diferentes. Siempre hay una variante, y el hoy no se escapa a esta regla universal. Un partido de ajedrez, quizás sea esa variante.

Relato:

Muchas personas se juntaban a una mesa, en común acuerdo a una partida de ajedrez. Cada uno llevaba su mejor estrategia, eran dueños de un estiló único, distinto, y de gran destreza. No se trataba exactamente de un juego, sino de compartir experiencias y conocer el estado del otro. En el fondo, un partido amistoso.

Muchas ideas preestablecidas y temores surgían horas antes de la reunión, al punto de doler el estómago. El nerviosismo antes del torneo era natural, daba cuenta de que sería un momento tenso, o al menos así siempre es en un comienzo.

Llegado el minuto, los participantes se sentaron a la mesa, se miraron y luego al tablero, la partida comenzaba tímidamente. Ganar o perder, no era el objetivo, porque lo que se pretendía en realidad, era obtener un mayor conocimiento para lograr así, una armonía necesaria.

El reloj marcaba los minutos que rápido trascurrían, un movimiento a la vez, y cierta timidez que siempre acompañaba, daría el gran inicio, P4R, y que todo salga bien.

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