02 junio, 2010

Chocolate

Introducción

Para estos días de frío...


Relato


A mi lado un pequeño vaso de agua me acompaña, en esta larga jornada. Pero algo me distrae. La intensa música en mis oídos me procura la concentración que necesito, sin embargo, me invade la imagen de una tasa de chocolate caliente, con un platillo diminuto de color blanco como base, sobre una mesa de liviano aspecto, en un ambiente de tenue luz, desprendida desde unos grandes ventanales de rústico aspecto.

Al frente, alguien habla y su voz parece desvanecerse como un mormullo incomprensible en la nada. Mientras, la taza era sujetada con ambas manos, procurando un calor necesario ante el frío inminente.

La poca gente cercana continuaba indiferente en sus asuntos, unos de pelo largo, y otros de lentes.

Un lápiz negro sobre la mesa, se desplazaba hacia un extremo, con suavidad, cayendo al piso, distrayendo el momento, aterrizando el pensamiento en aquello que en cada minuto, en la mente escribimos.

Un sorbo cada vez, un breve soplido, y ya cuando en la mitad estaba, la taza de chocolate era dejada sobre la mesa. Una pregunta es realizada, pero sin respuesta inmediata, porque un segundo bastaba, para quien al frente estaba, se diera cuenta, de que una pausa, sin importar lo que hiciera, inevitablemente se hace eterna.

Una pequeña cuchara, curva en su extremo, brillaba con la luz amarillenta que se encendía a medida que la otra natural, en el horizonte se perdía, armonizando el lugar que por siempre será el hogar de los gustos que preciaba y de lo sonidos que quería, de la mano de una taza de rico chocolate.

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