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Me había negado a tocar este tema, porque no es bueno influir en el juicio libre de los demás. Pero creo que a veces es necesario saber escuchar.
A lo largo de la vida suceden muchas cosas, y entre ellas se encuentran las oportunidades, las ofertas y los nuevos caminos a considerar. Como elegir cuando existe incertidumbre, o que fácil sería si todo fuese tan claro que no cabría la duda ante algo seguro. En fin, muchas cosas se pueden dar en el camino.
Bueno, generalmente todo tiene su precio, y muchas veces quién ofrece la oportunidad es porque algo quiere a cambio. Nada es gratis en esta vida, y de alguna u otra forma nos encontramos frente a frente con lo ofrecido y con lo que realmente era. Así, mientras más tentadora sea la oferta, más oculta en su letra chica, sobretodo si hay una oferta sobre la oferta.
La duda surge por la carencia de datos, o todos los antecedentes, lo lógico entonces es la precaución, ante la duda abstente. Por otro lado, podría ser una gran oportunidad. Entonces, el dilema sigue existiendo… dejar o tomar.
Mirado desde el punto de vista práctico, el dinero manda, o la ganancia concreta. Pero eso que significa, acaso es: ¿Ver la vida como una mera conveniencia, una forma de pensar práctica, lógica y fría, con la cual muchos progresan, en una supuesta selva donde sólo los más fuertes prevalecen?
Quién no se atreve, jamás cruza el río, y por otro lado, la corriente te puede hundir en tu propia ambición. ¿Qué hacer entonces?
Quién propone tiene sus propios objetivos, quién recibe lo ofertado, simplemente opta por confiar o dejar. Como sea, tarde o temprano aparecerá el verdadero propósito de lo ofertado con tanta insistencia, y sus detallitos.
Sólo el acoso espera en otro lugar lejano, porque es obvio que cuando se está lejos del terruño, lo emotivo sucumbe ante lo único cercano. Disfrázalo de admiración, disfrázalo de trabajo y ganancia, pero la realidad es una sola, y aunque el objetivo lo trates de justificar de mil y una formas con la enorme bondad de una buena intención, tras lo práctico sólo existe el egoísmo de la propia conveniencia.
Preguntar a otros, es innecesario, es como intentar justificar nuestras propias decisiones, para incrementar nuestra valentía frente a la duda producto de nuestra propia inseguridad.
Es cierto, no digo ni que si, ni que no, porque la decisión es algo muy personal, y nadie tiene derecho a tratar de convencer a otro, de una aparente realidad maravillosa. Tampoco se trata de poner las cosas en una balanza, porque depende del momento que vivamos lo que colocamos en dicha balanza. La vida no es sólo una cosa práctica, hay algo más.
Lo mejor que se puede hacer en estos casos, es reunir toda la información disponible, por una vía distinta a la publicidad, tomarse todo el tiempo necesario, y no dejarse llevar por las presiones. La publicidad es engañosa, confunde los sentidos y sólo intenta convencernos de que algo es bueno, escondiendo su real objetivo.
¿Blanco o Negro?, ¿Qué será mejor…?
Eso, es una decisión, y sin vuelta atrás.
A lo largo de la vida suceden muchas cosas, y entre ellas se encuentran las oportunidades, las ofertas y los nuevos caminos a considerar. Como elegir cuando existe incertidumbre, o que fácil sería si todo fuese tan claro que no cabría la duda ante algo seguro. En fin, muchas cosas se pueden dar en el camino.
Bueno, generalmente todo tiene su precio, y muchas veces quién ofrece la oportunidad es porque algo quiere a cambio. Nada es gratis en esta vida, y de alguna u otra forma nos encontramos frente a frente con lo ofrecido y con lo que realmente era. Así, mientras más tentadora sea la oferta, más oculta en su letra chica, sobretodo si hay una oferta sobre la oferta.
La duda surge por la carencia de datos, o todos los antecedentes, lo lógico entonces es la precaución, ante la duda abstente. Por otro lado, podría ser una gran oportunidad. Entonces, el dilema sigue existiendo… dejar o tomar.
Mirado desde el punto de vista práctico, el dinero manda, o la ganancia concreta. Pero eso que significa, acaso es: ¿Ver la vida como una mera conveniencia, una forma de pensar práctica, lógica y fría, con la cual muchos progresan, en una supuesta selva donde sólo los más fuertes prevalecen?
Quién no se atreve, jamás cruza el río, y por otro lado, la corriente te puede hundir en tu propia ambición. ¿Qué hacer entonces?
Quién propone tiene sus propios objetivos, quién recibe lo ofertado, simplemente opta por confiar o dejar. Como sea, tarde o temprano aparecerá el verdadero propósito de lo ofertado con tanta insistencia, y sus detallitos.
Sólo el acoso espera en otro lugar lejano, porque es obvio que cuando se está lejos del terruño, lo emotivo sucumbe ante lo único cercano. Disfrázalo de admiración, disfrázalo de trabajo y ganancia, pero la realidad es una sola, y aunque el objetivo lo trates de justificar de mil y una formas con la enorme bondad de una buena intención, tras lo práctico sólo existe el egoísmo de la propia conveniencia.
Preguntar a otros, es innecesario, es como intentar justificar nuestras propias decisiones, para incrementar nuestra valentía frente a la duda producto de nuestra propia inseguridad.
Es cierto, no digo ni que si, ni que no, porque la decisión es algo muy personal, y nadie tiene derecho a tratar de convencer a otro, de una aparente realidad maravillosa. Tampoco se trata de poner las cosas en una balanza, porque depende del momento que vivamos lo que colocamos en dicha balanza. La vida no es sólo una cosa práctica, hay algo más.
Lo mejor que se puede hacer en estos casos, es reunir toda la información disponible, por una vía distinta a la publicidad, tomarse todo el tiempo necesario, y no dejarse llevar por las presiones. La publicidad es engañosa, confunde los sentidos y sólo intenta convencernos de que algo es bueno, escondiendo su real objetivo.
¿Blanco o Negro?, ¿Qué será mejor…?
Eso, es una decisión, y sin vuelta atrás.
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