04 abril, 2009

La felicidad en manos de una niña

Felicidad es un sentir, un apreciar
la vida en colores, buscar las
alternativas que la actitud te
permita lograr y alcanzar.

Pero aveces suceden cosas
que no esperamos, regalos
que nuestro buen Dios nos
presta para que seamos
capaces de ver más allá
de nuestras narices y
descubrir que la vida
se abre paso, indómito,
bajo su propio propósito
personal, con su propia
identidad.

Ser verdaderamente feliz, no es sólo buscar
desesperadamente la felicidad, sino, también
saber dejar las penas atrás.

Así es, después de 9 años que la vi nacer
en una Clínica que ahora no existe,
me demostró con su primer llanto,
y sus negros ojuelos abiertos a la intensa luz,
que NO existen lazos, sino percepciones
que nos van sintonizando hacia otras
individualidades.

La tuve en mis brazos y ahora escribe
sus propias historias. Cuantas veces le
veré llorar, cuantas veces le veré reír.
Eso es lo que objetivamente podemos
llamar, vivir.

Que hermosa es la vida, que hermoso
es verles crecer, y compartir, sobre todo
que hermoso es vivir más allá del propio
tiempo.

Grande Valentina... ánimo, que aún
tenemos tiempo, y hasta donde pueda
siempre te apoyaré.



Pd.

http://valentinacaty.blogspot.com/

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