![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHVuh92H953nPuXKmty1MklvRtsUfONRbhx7fmOGmwvfA-msAaEeZN_VdTs7vXVsv5eGptbkcq2BXX-PSpo0Vl8PqVXrpSeLJNYuXCkqWgTbZBcHWbF0v5T8MncQQVd25-ylwWgA/s200/image002.jpg)
Tengo tus recuerdos impregnados en mi mente,
me siguen, me persiguen, me acosan, y me dejan.
Es un fantasma más allá de la distancia, es
una brisa cálida que me envuelve y me indica
desde donde estas, pero no como. Es mi brújula
sin saber donde estoy ni donde iré. Es la ruta
del sentir sin querer capturarte entre mis
pensamientos.
Muchas veces, estas y no estas, siempre te siento,
pero nunca sabré de donde vienes, pero si como
vas. Es una sensación, una vibración
indescriptible que acosa mis sentidos,
del mas allá y cada vez desde más y más de lejos.
De vez en vez. Siempre.
No tiene control, no tiene tiempo, no tiene
límites y nunca se sabe como ni cuando aflorará
inundando los sentidos.
Es una señal del universo, es un don que todos
tienen, pero que pocos alcanzan a siquiera imaginar
o comprender, y nunca sabrán. Estamos, somos y
éramos lo que fuimos antes de existir, quizás por
eso recuerdo sin recordar.
Como describirlo, si el lenguaje conocido carece
de total sentido para aquello que existe y no ves.
Puedo percibir tu presencia y saber que estas aquí,
aunque distraigas la razón de mi existencia. Sí,
eres un distractor que me enceguece a la realidad
a la cual me debo, cada día.
De esto ya no puedo escapar, es así y no sé si
alguna vez terminará. Espero que no, sin saber
si quiero o no quiero.
Siento un calor inmenso, me agobia, me quema,
extrañamente siento como me afiebra desde donde
estoy, y crezco, como si ya no fuese lo que soy.
Debo dejar esta conexión, para poder seguir
sin aquello que siempre está presente sin
estar aquí.
Eso es lo que soy, no más, no menos, de aquello
que tanto seguí. Un sueño, una ilusión, una señal,
un sentir, un reflejo fiel de aquello que quise
ser y no fui.
Tan menuda, tan pequeña, y tan grande a la vez,
como contradiciendo en rebeldía conocida con la
fuerza interior de aquello que nunca ves.
Aún así, a su debido tiempo, volarás y extenderás
tus alas, hacia una nueva etapa, libre de esta
gran prisión que no parece ser pero es. Entonces
y solo entonces, comprenderás y apreciarás aquel
tiempo que por tantos años compartí. Apenas unos
instantes de cada vez, unos minutos quizás, u
otros tal vez.
No importa cuanto, ni el como, ni donde, sólo
importa saber que aquel mensaje no escrito,
nunca se fue. Es un regalo para que cuando
lo sepas, lo sabré, y cuando lo abras, por
fin libre estaré. Así descubrirás el porqué,
más no el qué, porque su propósito será
seguir y continuar, un legado que alguna vez
te dejé.
Así es, y algún día, lo entenderás, y podrás
por fin comprender, aquel calorcito intenso,
que yo mismo sentí, resguardado en tu interior,
tan protegido, tan cuidado, tan anhelado, como
un fiel reflejo de aquella señal que indica el
camino eterno desde dónde siempre estaré,
Como describirlo, si el lenguaje conocido carece
de total sentido para aquello que existe y no ves.
Puedo percibir tu presencia y saber que estas aquí,
aunque distraigas la razón de mi existencia. Sí,
eres un distractor que me enceguece a la realidad
a la cual me debo, cada día.
De esto ya no puedo escapar, es así y no sé si
alguna vez terminará. Espero que no, sin saber
si quiero o no quiero.
Siento un calor inmenso, me agobia, me quema,
extrañamente siento como me afiebra desde donde
estoy, y crezco, como si ya no fuese lo que soy.
Debo dejar esta conexión, para poder seguir
sin aquello que siempre está presente sin
estar aquí.
Eso es lo que soy, no más, no menos, de aquello
que tanto seguí. Un sueño, una ilusión, una señal,
un sentir, un reflejo fiel de aquello que quise
ser y no fui.
Tan menuda, tan pequeña, y tan grande a la vez,
como contradiciendo en rebeldía conocida con la
fuerza interior de aquello que nunca ves.
Aún así, a su debido tiempo, volarás y extenderás
tus alas, hacia una nueva etapa, libre de esta
gran prisión que no parece ser pero es. Entonces
y solo entonces, comprenderás y apreciarás aquel
tiempo que por tantos años compartí. Apenas unos
instantes de cada vez, unos minutos quizás, u
otros tal vez.
No importa cuanto, ni el como, ni donde, sólo
importa saber que aquel mensaje no escrito,
nunca se fue. Es un regalo para que cuando
lo sepas, lo sabré, y cuando lo abras, por
fin libre estaré. Así descubrirás el porqué,
más no el qué, porque su propósito será
seguir y continuar, un legado que alguna vez
te dejé.
Así es, y algún día, lo entenderás, y podrás
por fin comprender, aquel calorcito intenso,
que yo mismo sentí, resguardado en tu interior,
tan protegido, tan cuidado, tan anhelado, como
un fiel reflejo de aquella señal que indica el
camino eterno desde dónde siempre estaré,
no ahora, pero sí después.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario