Se trabajaba por meses, arduamente sin descansar, eran largas jornadas de más de 16 horas diarias que hacían presagiar que aquel experimento daría prontos resultados.Estaba Mark estableciendo algunos algoritmos lógicos en su computador, mientras Madrian realizaba complejos cálculos para finiquitar las últimas ecuaciones.Ambos se complementaban muy bien, eran muy trabajólicos, y se conocían desde hace muchos años. Siempre buscaban conocimiento, y en esta ocasión no sería diferente, su gran meta era la tele transportación de flujos de información, sin necesidad de aparatos tecnológicos, utilizando como medio de conductividad el poderoso imán de la tierra. Con esta simple idea, investigaron por varios años, y gracias a algunos experimentos lograron concluir que las comunicaciones como las conocemos estaban basadas en principios medievales que jamás evolucionarían a la grandeza que este experimento les permitiría. Su éxito seguramente aclamaría un Novel, pero el objetivo no era ese. Simplemente querían dejar una huella imborrable en el ciclo evolutivo de la humanidad.Trabajaban en un laboratorio, muy bien equipado, bajo los cimientos de un enorme edificio, carentes de luz natural, pero muy bien distribuido, y con lo último en tecnología virtual, para lograr las simulaciones. Muchos hologramas activos, daban vida a los distintos compartimientos del lugar, y enormes pantallas VR generaban las imágenes que no requerían muchas administraciones tridimensionales.Había muchos cubos virtuales, y cada uno con alguna imágen holográfica de los modelos de las piezas internasd el intercomunicador que fueron fabricando.El dispositivo, en principio, era muy sencillo, y nomás grande que la cabeza de un alfiler, sujeto con un autoadhesivo, que era de fácil uso, ya que se ponía directamente en la cien. Un instrumento muy poderoso, y de extraordinaria rapidez, capaz de transmitir millones de imágenes por segundo, aunque su maniobrabilidad era algo más complejo, ya que requería bastante preparación para los usuarios.No poseía controles, por tanto, al igual que un alfiler, debía ser literalmente "clavado" directamente un tejido nervioso, que estuviese relativamente cercano al cerebro.En un comienzo, el dispositivo se calentaba demasiado, produciendo serias heridas en las ratas que eran usadas en los prototipos preliminares. Pero eso se solucionó, incorporando un micro-pipe en la base, que a su vez poseía una extensión en forma de hilo que debía ser conectada al torrente sanguíneo por medio de alguna vena cercana. Su implantación requería una cirugía menor, pero de cierto riesgo y cuidado.Pero ya era hora de la prueba final, y se dispusieron en el quirófano, cada uno en una camilla, uno al lado del otro, mientras un equipo médico se prestaba a la instalación de los dispositivos. Nunca se había realizado un implante de estas características, pero el paso era significativo y el riesgo estaba asumido.Más de tres horas duró la operación conjunta, hasta que finalmente el implante quedó en la posición exacta a la definida por los propios voluntarios.El lugar en donde se encontraban, estaba al vacío, y ninguna partícula podía circular sin que los instrumentos le detectasen. Los médicos, con trajes especiales y totalmente enmascarados, se disponían a descansar, retirándose de aquel lugar.Pasaron las horas, y al otro día Mark era el primero en recobrar el conocimiento. De a poco, fue abriendo sus ojos, hasta que su nublada y encandilada visión se fue normalizando. Al instante, giró su cabeza y pudo observar a su compañera Madrian, quién aún no se recobraba.Estaban solos en la habitación. Al parecer, Mark había despertado mucho antes de lo esperado. Pero no le preocupó, tocó su cien y sintió casi imperceptible el implante. Tomó entonces un espejo cercano a él, y pudo observar lo limpio y bien cauterizado de su cirugía. Se puso de pié, pero tambaleó, aún estaba con fuertes mareos, y el piso se le movía. Entonces, se afirmó de las camillas y se aproximó a donde se encontraba Madrian. Ella aún no despertaba. Mark tocó su cuello con suavidad, tratando de sentir su pulso, pero no pudo observar señales. Su cuerpo estaba frío, y se desesperó. Revisó sus pupilas lasque no reaccionaban con la luz. Era evidente, algo insospechado había fallado.Mark llamó descontrolado y asustado, por los citófonos para que le asistieran. Rápidamente el grupo médico tomó el control de la situación, asistiendo a Madrian y sujetando a Mark, quién se tambaleó hasta azotarse en el suelo.Ahí estaba Mark, tendido en una cama acogedora, en otra habitación, con un cálido aspecto a hogar. Mientras despertaba, una señora de blanco, muy hermosa, que se encontraba sentada a su lado, le ofrecía un pote con algo de sopa. Mark, no entendía nada, y sólo atinó a preguntar - ¿Dónde me encuentro?, la señora Noemí le respondió - Tranquilo Mark, estas a salvo. Y se retiró.Mark apenas podía moverse, se sentía totalmente adolorido, como si hubiese estado sometido a una lucha. Cuando logró incorporarse, se dirigió con sigilosos y cautelosos pasos hacia un gran ventanal, era de noche, el lugar estaba gratamente iluminado, en forma tenue, y aquella noche se sentía fresca ya que una suave brisa marina irrumpía por el techo. En la medida que avanzaba, Mark lograba su sombrío rostro, el cual poseía una abundante barba. Se miró en el reflejo, mientras las luces del techo le iban alumbrando el rostro a la vez que avanzaba hacia la ventana.Llovía torrencialmente, y aquel grueso ventanal, daba buen soporte al fuerte viento que soplaba de sur a norte.Se miró en el ventanal, encontrándose con la extraña sorpresa de tener una apariencia totalmente senil. Miró entonces hacia el horizonte, y observó en silencio el mar que golpeaba las rocas, mientras las luces de la gran ciudad se manifestaban majestuosas a lo lejos como si fuesen luciérnagas quietas y en movimiento.Después de un rato Mark llamó a la señora Noemí, quién asistió al momento. Ella, era muy elegante, de una apariencia apacible y serena, tes blanca, y algunas pocas canas, quién le dijo - Trata de descansar Mark, recuéstate un rato. Mark le miró extrañado, y miró al rededor. Nadie más había en el lugar, y preguntó,- señora Noemí, donde estoy. A lo que ella respondió,- en realidad Mark, no importa dónde, si nó cuando. Mark, dio un paso atrás, abriendo su ojos aún más extrañado, y con voz temblorosa le preguntó - Noemi, que fechas es hoy. Noemí, guardó un instante de silencio, y de pronto un pensamiento se hizo notorio en la mente de Mark, era la señora Noemí quien le estaba hablando sin pronunciar una sola palabra, le dijo, - Cálmate Mark, respira hondo y te explico.Rápidamente, con una extraordinaria rapidez, cientos de imágenes agolparon la mente de Mark, y sin entenderlas las fue asimilando, hasta el punto en que se fueron ordenando.- Tranquilo Mark, sólo debes acostumbrarte, es cuestión de tiempo para que logres asimilar tu creación.Una vez dicho eso, las miles de imágenes se aceleraron en su cabeza, convirtiéndose ecopotencialmente en millones, y todo en cuestión de segundos. Entonces, la señora Noemí, se retiró.Mark se quedó atónito, e inmóvil, miró sus ancianas manos, y lentamente posó sus adoloridas rodillas en el piso.Lloró desconsoladamente algunos instantes, mientras su mirada, clavada en el pulido suelo, le mostraba su reflejo. Pensaba en toda la historia que le había transmitido la señora Noemí, y comprendió cada parte, desde sus inicios hacía ya más de veinte años, y como había logrado cambiar al mundo.Había permanecido en un estado catatónico por muchos años, y le habían cuidado como a una eminencia, fruto de lo que había creado.Sólo faltaba una pieza, importante, Madrian, dónde estaría. Entonces con sus nuevas capacidades se puso en contacto con otras personas cercanas a dónde el se encontraba. No hubo necesidad alguna de moverse de donde se encontraba. Podía comunicarse con cualquier persona y fue preguntando por medio de cientos de imágenes, que iba transmitiendo a una velocidad increíble. A su vez, el mismo recibía cientos de imágenes de los consultados, que en su mayoría no aportaban mucho a su búsqueda, pero que sin embargo conocían su memorable historia.En la medida que se fue desplazando mentalmente hacia otros sectores cada vez más alejados, fue descubriendo que su capacidad no parecía tener límites. Su mente tenía un gran alcance, aún más allá de lo que sabía que eran capaces los ciudadanos del sector, tanto los implantados como los retractores.Después de la guerra y la revolución tecnológica que hubo, gracias a su descubrimiento, las cosas habían cambiado radicalmente. Pudo observar los múltiples cambios de su gran ciudad natal, y recorrió en cuestión de segundos las imágenes en las mentes de cientos de miles de personas que se encontraban dispersas en aquella gran ciudad. Estaba asombrado, su capacidad estaba más allá de lo que inicialmente esperaba.Sabía que debía encontrar a Madrian, y utilizando el génesis de su experimento, basado en el magnetismo terrestre, comenzó a indagar en cada ciudad del mundo.Pero un fuerte temblor ocurría cuando se iba acercando a su desesperado encuentro. El lugar donde Mark se encontraba se partía en dos, por el fuerte movimiento, pero las personas cercanas no daban muestras de desesperación. Su invento había influido en las emociones, y la gente ya no tenía las pasiones primitivas de antes, porque comprendía el motivo.En un momento dado, Mark empezó a triangular el sector dónde se encontraba Madrian.Miles de pensamientos le iban cerrando el paso, y el cruce de imágenes difusas, se fue convirtiendo en una enorme batalla. Era Mark sólo contra todos los que le impedían seguir localizando a Madrian. Pero, ¿por qué?Indagó en las mentes de cada uno, y fue liquidando cada pensamiento en una forma tortuosa e insospechada. Se sintió villano, al ver como tantas mentes caían ante su extraordinario poder, pero su desesperación era aún más fuerte.Rompió con todos, hasta que en cuestión de segundos, la lluvia se detuvo y tanto el fuerte viento como el temblor cesaron.Las gotas de agua parecían casi no moverse, y entonces Mark se tele transportó en mente, siguiendo la ruta del imán terrestre que había trazado.Llegó a otro país, a una casa enorme y antigua, rodeada de una hermosa vegetación. Era un lugar muy amplio, de jardines multicolores, de grandes y frondosos árboles llorones. Algunos pocos animales se podían divisar alo lejos, como también una vieja camioneta de color rojo, cuya parte trasera estaba hecho de palos de madera de fuerte roble correctamente pulido.Mark se encontraba frente a la gran casona, miraba con asombro los antiguos ventanales. El lugar era hermoso, y muy limpio, considerando el aspecto campestre de la zona.Con cierta cautela se acercó a la puerta, hecha con finas decoraciones talladas a mano en sus contornos. Pese a sus detalles, la casa tenía un aire de abandono. Sigiloso y temeroso, tocó la puerta, la cual se abrió con suavidad. Mark estaba muy nervioso, pero su decisión era clara, porque debía encontrar a Madrian. Lentamente subió cada peldaño de unas grandes escaleras que daban a la habitación principal, y con cuidado extenuó sus sentidos, logrando escuchar un sollozo apenas audible. Mark, no sabía donde estaba, pero después de todo lo vivido, debía continuar y se apresuró a subir al segundo piso. El sollozo se acentuaba cada vez más, y de pronto se vio frente a una puerta que era totalmente distinta al resto de las otras habitaciones.Intentó abrir con suavidad, pero la puerta parecía atascada. Luego la empujó con fuerza. Sin lograr abrirla. La voz en su interior cesó, pero curiosamente ya no podía sentir más pensamientos. Estaba agotado, y aún su mente batallaba en aquel silencio absoluto que no quería romper, porque estaba conciente de que su cuerpo se encontraba al otro lado del mundo.Se armó de una palanca, y forcejeó con duros golpes la manilla hasta romperla. Así finalmente pudo entrar, y encontró tendida en el piso una pequeña niña, delgada, de tes muy blanca, que le sonrió con extrema ternura, y se fue contra el en un tierno abrazo. Apenas le reconoció, era Madrian, con un aspecto totalmente inconcebible.Mark le cobijó entre sus brazos, y le procuró calma. La niña, con una apariencia de no más de ocho años, se dejó llevar por la calidez del momento, y con sus ojos llenos de lágrimas miró a Mark y le dijo..- Por fin viniste a buscarme, ya nunca más me sentiré sola y abandonada.Mark le miró con ternura, y le abrazó con fuerza, sabía que le había encontrado, y entonces comprendió la fuente de su poder. Su experimento había quebrantado todas las leyes pre establecidas, y aquella niña era la respuesta, porque sin importar el tiempo ni la distancia, había concebido el milagro de permanecer vivo, en el recuerdo que lo llevaría a nacer, una vez más junto a él.
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