18 octubre, 2009

Trekking (R2)

El Morado, un lugar absolutamente recomendable para toda la familia. Indudablemente lo mejor es ir bien equipado, y liviano. Así fue, como partimos una travesía sorprendente, un paseo que definitivamente fue mucho menos demoledor de lo que esperaba, y mucho más hermoso de lo que me imaginaba. Cientos de fotos fueron sacadas al lugar, pero ninguna podrá dar un sabor tan real como la de estar ahí.

Sentirse como un niño, jugar en la nieve de la montaña vista casi por primera vez, tan de cerca, tocar su textura, rodar en ella barios metros hasta quedar empapado totalmente, riendo hasta más no poder, gritando al viento que la vida es maravilloza si se sabe tomar de la mano la bondad de la naturaleza junto a personas de bien. Eso no tiene precio.

Era un grupo humano breve, de no más de doce personas, subiendo con la paciencia de quien va a disfrutar un paseo, tan simple como eso. La idea era compartir y disfrutar, mantener el grupo unido o por lo menos a la vista siempre. Todos por igual, manteniendo siempre el espíritu de la prudencia. Caminamos varios kilómetros, gratamente, conversando, bromeando, tirando una talla, sin miramientos de quién es más, quién es menos.

Quien se rezagaba, se ayudaba, quién se adelantaba, esperaba. Muchos jóvenes, grupos estudiantiles, de diversos idiomas se observaban como mandas en ileras a la distancia. Cortesía se respiraba en cada acercamiento, todo el mundo saludaba con una sonriza. Unos niños argentinos nos preguntaban de que país éramos, confusos quizás por la variedad de personas que subían, incluso vi a un hombre con un bebé en brazos, algo curioso.

Las distintas tonalidades del terreno estaban forjadas bajo un cielo despejado, azul, intenso, y sobretodo, limpio, prontamente se vistió de un blanco intenso en la medida que subíamos. Incluso pudimos ver un zorro pasar por encima de la nieve.

Jugamos como niños, enterrados en la nieve hasta las rodillas, con mis compañeros y amigos. Pese al esfuerzo, no había cansancio que mermara tan bellísimo espectáculo de la naturaleza.

Pero basta, las palabras sobran, las imágenes hablan por sí mismas...





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