Que fuerte!. Empezó hoy 30/12/2008 aprox. a las 10:00 AM. una intensa sensación abdominal, que casi no puedo contener. Es extraño, se extiende hacia mis manos, como si fuese una corriente eléctrica, inunda mi cabeza y me impide concentrarme hasta en las cosas más simples y cotidianas. Siento una leve náusea. Debe ser un efecto secundario.
Quisiera saber la fuente, pero no logro detectar su origen. He llamado a mi señora hace poco, y ella detecta exactamente La misma sensación, y casi con la misma intensidad. Tampoco Sabe el origen, pero algo sucede, y no es algo entre nosotros.
Llamé a mi viejo y nada, llamé a mi mejor amigo, mi hermano Marco (alias camión, por lo gigante de su estatura), y nada.
Llamé a mi otro hermano, quería sabe si era mi madre, pero Nada. No tengo más amigos a quién deba llamar, por ende Se descarta un asunto familiar por mi parte.
Por el lado de mi señora, sólo confirmamos que el cáncer Que afecta a su padre, aparentemente da muestras de ser la hora tan penosamente esperada.
Asumimos entonces que puede ser ese el origen, pero aún así no lo creemos.
Entonces que es…
Ayer hizo demasiado calor, era casi imposible dormir, Pensar todo el día, acostarse pensando y despertar Pensando. Creo que es una insaciable sed de aquel Dichoso conocimiento. Al final, ya casi cerca de las 3:00 AM, atiné a ver una de los tantos capítulos de La serie Star-Trek, y el sueño me venció.
Son las 12:45, y la sensación no desaparece. Espero Que todo esté bien. Lo que realmente me inquieta es el Hecho de que no soy el único que lo percibe. Por lo Que descarto locura, paranoia u otro síntoma médico.
Mañana será un día especial, como para muchos, un día 31 de Diciembre, que como cada año le dedico un tiempo en soledad, para pensar y meditar. Resumen del año y esas cosas. Rezar tal vez, o por lo menos inventar una oración con muchísima fé, y humildad, por todos mis seres queridos, recopilando toda la energía que sea posible, necesaria para un nuevo y mejor año para todos, cobijado bajo la sombra de algún frondoso árbol. Luego, mucho más tarde eso sí, vendrá mi ya tradicional larga caminata nocturna por alguna de las calles de esta contaminada ciudad.
Son cosas simples y pequeñas, pero importantes en toda Transición. Y es por eso que me siento agradecido, de lo poco y nada que tengo, y sobre todo del amor recibido por tanto tiempo.
Quizás en la noche miraré al cielo, un poco antes del Nuevo año, y escucharé aquella vieja canción, que se repetirá una y otra vez, por siempre.
Bueno, bueno... merecido quizás... pero así es la vida. Tantas cosas escritas, otras pocas dichas, ser escuchado una vez más después de tantos años, y recordar otras tantas. Y ahora incomunicado en totalidad, sin siquiera unas migajas de pan.
Ni el gran Google me salvará esta vez, sin correo, sin blog, sin nada más que tratar de adivinar o imaginar dónde estás, o como estás. Tal vez sea lo mejor, no lo sé. Es una rara sensación de abandono.
No se puede tener todo en la vida, y no todo en la vida es armonía, todo tiene un precio, ya que debes dejas algo a cambio. Se entiende, Auque no se quiera aceptar.
Como evitar pensar, como evitar sentir, como evitar escuchar aquellas voces del socio que llevamos dentro, y que siempre nos recuerda quienes somos o lo que hacemos.
Como sea... siempre estás y estarás, y eso ya no depende de mi voluntad. Hay cosas en la vida que no se pueden apagar como una ampolleta accionada por un simple interruptor.
Es curioso, pero recuerdo un viejo dibujo de un rostro que siempre dibujaba desde niño. Aquel rostro blanco de mirada pura, con su ordenadísimo peinado de cola de caballo, siempre ahí, guardado en mi mente desde siempre. Tal vez, eso fue lo que vi aquel día, y pese a ello, sé que no es así como se gatilló toda esta historia. Por mi parte, fue una sensación genérica que se agolpaba en mi estómago mientras el pulso se aceleraba, y todo esto sin siquiera ver.
Es 29 de Diciembre, del 2008, y así siguen Pasando los días. El tiempo, impugnable y Abstracto ser, que nos arrebata nuestra niñez, Nos deja siempre una enseñanza, que casi Siempre es con dolor, y que es algo duro De aceptar a veces, el sólo hecho de que La vida debe continuar.
Es por este motivo que no debemos mirar Atrás, para así no convertirnos en sal, o En piedra, estática y sin evolución. Porque La vida se abre paso y es ahí donde debemos Estar, por el breve tiempo que sea necesario, Siempre entregando lo mejor de nosotros Mismos, con alegría, con sabiduría, con Esperanza.
Aunque alguna vez fuese llamado cobarde, Es una verdad que no me escondo como otros, Y he dado la cara, y he dado mi versión de los Hechos, y he tocado cielo sin cegarme a la Realidad o a mi propia responsabilidad. Y por duro o difícil que sea todo esto, aquí estoy, incomunicado una vez más.
Ohhhh!!!! Dios, no sé que decir. Serán sólo Palabras al viento, o alguna vez alguien Leerá todo esto. Ya no importa, porque aunque Nadie las lea, aquí estarán, y cada cierto momento Aparecerán, insaciables ante la grandeza de esta Nueva forma de vida llamada eternidad.
Después de todo un día Miércoles 24/12/2008, de un día maravilloso, soleado, alegre, vísperas de Navidad, pero que sin embargo, guarda la nostalgia de una sensación perturbadora.
Ahora ya es de noche, y todo continúa bajo el constante calor del desvelo.
Tal vez sea sólo ansiedad, quizás una arritmia cardiaca, un dolor estomacal que nunca cesa, y que aveces es muy intenso, como si fuese una señal, perfectamente definible y clara, pero ilógica y desovediente a la vez. Distrae, molesta, inquieta, y preocupa sobremanera. No obstante debe ser ignorada, dejada, encasillada, para que no duela más.
Seguirá así por toda una vida?, o el piadoso tiempo hará su meticuloso trabajo como siempre, y alejará poco a poco aquella extraña sensación. Eso, nunca se sabrá.
Son muchas las señales recibidas, como un mar de voces sacudiendo tus sentidos, unas más intensas que otras, pero una en particular, silenciosa en sí, siempre sobresale irreverente al resto, presuntuosa y vanidosa, que te trata de contactar, vigilar, o ver lo que ves, más allá de la distancia, más allá del mismo tiempo.
Ciertamente como todos sabemos, muchos personajes estan vueltos locos en fechas festivas, siempre en carrera sometidos por esta insistente sociedad, que nos impone el llevar una determinada vida, y tratar de mantenerla a toda costa. Digáis navidad y regalos, digáis verano y vacaciones, digáis fiestas patrias y chicha en mano, digáisdías santos y nos volvemos vegetarianos. Como sea, son costumbres impuestas, aprendidas, o simplemente aceptadas por nuestra tendencia al hábito. Sin embargo, siempre existen aquellos que se creen diferentes, o por lo menos lo intentan, y cuanto más insisten en ser especiales, más fácilmente caen en el viejo jueguito de seguir tendencias, por ejemplo, los góticos, los panks, los tatuajeros, los sofisticados, los místicos, etc... En general muchos personajes con un cierto aire de querer y pretender ser algo más que sólo un punto de esta sociedad impuesta. Tanto así, que ni los intelecutales se salvan de esta ley.
No obstante, existe un personaje, único en sí, que tras un sueño abstracto e incomprensible sólo buscó su propio camino, tratando de comprender más allá de lo que debía, y siguiendo una ruta incierta tras la hueya de una pocas miguitas de pan.
Sin objetivos, sin metas, más que con sólo la ilusión de poder entender y clarificar su propia vida, y entender que su existencia tenía algún propósito inusual. Al parecer embaucado en un camino eterno, del cual nunca podría escapar, pero con la conciencia limpia, procurando siempre lo correcto, aún pese a sus propios errores, virtudes y sus propios sentimientos.
Se sufre, pero se soporta, también hay alegría, y por cierto esperanza, y así, la vida continúa una y otra vez.
Unas pocas miguitas de pan, y será suficiente como para detenerse un instante bajo la sombra del tiempo y poder mirar al cielo, y decir gracias, por haber tenido el gratísimo privilegio de haber allado aquel divino camino incierto...
Muchas cosas suceden en la vida, y cuando han pasado tanto tiempo, todo obviamente cambia, y las personas que alguna vez fueron, ya no son. La esencia se mantiene, pero en definitiva todo cambia.
La verdad es algo que siempre debiese estar presente en cada instancia de la vida. Pero, que es verdad y que es mentira. Hasta que punto se pueden guardar los recuerdos de un pasado, los hechos de un presente, o las pretensiones de un futuro. Es una utopía, en donde el juego nunca para, y para bien o para mal, todo depende de como se digan las cosas, como se exponga un hecho, o como se administre la vida, o simplemente como se hace una entrega.
Existe un concepto claro, al respecto, que es la inteligencia emocional, un privilegio de sólo unos pocos. Algo que debiese ser parte de la usanza universal, pero que sin embargo no depende de la inteligencia en sí, ni de la voluntad de querer escuchar. Es una irracionalidad al igual que el egoísmo personal, carcome el pensamiento, sin permitir observar con claridad que los hechos de la vida son por algo, y que ese algo no es un fin condenatorio, más bien, es un hecho innegable de otro tiempo, sin pretensiones de perjuicio.
Es increíble, pero resulta emocionante el riesgo, y eso le da un sabor especial a la vida. Pero hasta que punto ese riesgo vale la pena. Es algo incierto, es como querer contar los dientes a un cocodrilo, uno por uno sin que este se dé cuenta. Es un absurdo pensar que no te verá, porque tarde o temprano se dará cuenta y te morderá con toda su furia, y lo que puedes perder en aquel osado acto ya dejará de ser divertido.
Por ejemplo, cada hombre es distinto, algunos tercos, densos, y violentos, otros unos eternos arrepentidos, fríos como escarcha y duros como hielo, observadores, misteriosos, tímidos, osados. Como sea, todos son distintos, así como las mujeres, no escapan a estas variedades. Son víboras, tiernas, dulces, agresivas, dóciles, inteligentes, obsesionadas, etc...
En fin, la variedad es muy amplia, aún así siempre hay un punto en común, que es la capacidad de sentir, y su diferencia, es la razón de como percibimos esos sentimientos. Es una cualidad humana, que distrae, distorsiona, nos obsesiona, nos persigue a través del tiempo, sinónimo de angustia, nostalgia, alegría, aquello que nos acelera el pulso tal como si fuese un miedo descontrolado, pero que no rehuimos, más bien que buscamos. Está siempre presente, independiente de que si las personas puedan o no verse, y que sólo basta el hecho de saber que existe. Es intangible, pero notoriamente presente, es algo que será así por siempre.
Tanta tontera, tan sólo porque la gente no es capaz de escuchar civilizadamente, ya que el egoísmo y el instinto los envuelven y no les deja pensar. Ese exceso los hace vulnerables e inseguros frente a la vida. Intolerantes a los sentimientos, y débiles ante el cambio.
Tal vez para algunos, la vida no sea tan emocionare, pero si mucho mas tranquila, y esa paz, tan buscada, pareciera ser una buena alternativa, a ratos.
Muchas veces quisiera decir lo que siento, pero siempre veo que esto afecta potencialmente a las personas, y los hace sufrir de alguna forma que no me gusta. Por mucho que les quiera, les aprecie o les ame, son tan sensibles, que basta una palabra, un llamado, un gesto, y su mundo se destruye y desmorona. Quisiera a veces, poder decir abiertamente mi propia necesidad de querer abrazarte, besarte y cobijarte entre mis brazos, que sientas un latido sincero incapaz de ser controlado o simulado. Que sepas que estoy ahí. Pero dicha cercanía duele, y hace doler. Se adhiere al intelecto, confunde a veces, y distrae de lo que como verdad debemos hacer.
Así son los sentimientos, indómitos, chúcaros, encarcelados por egoísmos ajenos, llenos de enormes roqueríos. LLenos de miedos y consfusos pensamientos.
Ojalá todo fuese mas fácil, si todo se pudiese decir, si todo en cuanto uno quisiera se permitiera cumplir, sería igual un conflicto en el que la libertad de unos chocaría contra la libertad de otros.
Hay quienes no entienden el verdadero concepto del tiempo, y envejecen en su porfía, incluso a costa de su propia seguridad e integridad. Imprudentes, ciegos, e irreverentes ante el riesgo y los resultados de sus actos derivados de su propia irresponsabilidad.
Cuanta pasión se puede sentir en un momento, que tan sólo en un instante se desvanece en el tiempo, destruyendo aquello que por años de duro sacrificio sea ha construido, con tanto cariño. Que tanta importancia podría tener un segundo en la vida, al punto de que toda una vida cambie en un segundo.
La gente no entiende, no comprende, no sabe, y muchos ni siquiera se imaginan la verdad. Muchísimos son los que creen lo que viven y no se dan cuenta en lo que están. Es una constante oscuridad que nubla hasta la visión del más hábil e inteligente. En general, todos creen que sus vidas ha transcurrido según lo que han visto y conocido, y que todos los años transcurridos, han sido parte de toda una existencia. Pero tan sólo basta con mirar un poco dónde estamos ahora mismo, para darnos cuenta que toda una vida, no fue más que un segundo, y que muchas cosas de las que guardamos están ahí, aún presentes desde siempre en nuestras mentes, como una condenatoria eternidad vigente.
Algunos obsequian flores, otros música, otros serán recordados por sus notables acciones, o simplemente por su olor. Como sea, todos tiene algo que aportar, tan sólo para permitirse estar vigentes en el recuerdo de la historia, una y otra vez, cautivos en tu mente, cada vez, que le necesites, ahí estará.
Es un acto de fe, de creencia, más allá de la propia cultura y hábito adquirido. Es un sentir que trasciende más allá del tiempo, sin mezquindad, sin objetivo, sin necesidad. Tan sólo un lindo recuerdo que generosamente, siempre nos acompañará por siempre.
Una banca y un pensamiento, tan sólo eso bastaba para intentar comunicarse a través del tiempo. Aquellos mensajes que alguna vez fueron, y que marcaron las vidas para siempre, en un afán sin precedentes, basado únicamente en lo más divino de un sentimiento.
Aquél joven, paseaba su miraba, donde algunas voces interrumpían constantemente su profunda meditación. Podía escuchar los molestos sonidos de la ciudad, incluso ciertos pasos de algunos que con su curiosa mirada se atrevían a interrumpir aquel divino momento. Podía ver las aves a través de sus sonidos, intentando sacar de su cabeza el constante rugir de aquella congestionada ciudad. Hasta que en un momento dado, los vehículos, por momentos, parecían casi desaparecer, y su pensamiento sólo se enfocó en un puro objetivo, ver a través del tiempo, aquellas claras imágenes de quienes alguna ves, estuvieron cobijados bajo la sombra de aquel árbol, tan solo compartiendo unos pocos pero gratísimos momentos, ya sea conversado, o simplemente sintiendo la compañía anhelada de la suave brisa del viento.
Algunas galletas, una bebida de tarro, y que más podía necesitar para compartir en soledad un momento tan grato, como la tranquilidad de su soledad. Algunos jóvenes jugaban con unas regaderas, mojándose y riendo como chicos traviesos en aquel día tan caluroso. Detrás, unas personas haciendo taichi, mientras un entusiasta ciclista se detenía muy cerca a contemplarlos. Algunas guapas chicas, se paseaban por ahí, otras no tanto, también. Algunas parejas, otros grupos de jóvenes, y en un momento dado una niña de rústica apariencia se atrevió a acercarse a pedir unas monedas. Situación que le produjo bastante desconfianza, porque le sintió, antes de que llegara a su lado, obligándole a ponerse de pie, mas que nada por desconfianza, y le aterrizó en el sentido de que no podía dejar de estar atento ni un minuto. Sacó una moneda de su bolsillo, pareciéndole barato comprar su tranquilidad. Por suerte, nada importante.
En un momento dado, por un buen rato, su cabeza se inclinó lentamente, y como buscando lo impensable miró el suelo, imaginando tal vez, que aquella arenilla seca tenía cierto parecido a la de una playa.
Cuando levantó su mirada, dejó su tarro bebestible, una crush, que dejó en su lado izquierdo, y que miró con cierto toque de nostalgia. Entonces fue que con lentitud cerró un instante sus ojos, mientras su brazo izquierdo se extendía apoyándose en aquella banca, y sus manos discretas trataban de abrazar el aire, como queriendo coger en la nada. Fueron tan solo cinco minutos en que su imaginación voló tan lejos y tan cerca a la vez, tocando muy suavemente con sus dedos detrás de un cuello imaginario. Entonces fue que empezó a sentir un calorcito muy notorio, más allá de la temperatura normal del entorno, y pudo capturar la sensación de estar efectivamente tocando el aire con sus manos. Era un hormigueo en sus manos, como si se agruparan millones de agujas clavándole directamente sobre sus palmas.
Luego terminó su música, y dejó aquello, para decididamente saciar con un momento de relax y esparcimiento aquel breve momento.
Su mente ya volvía en sí, cuando de pronto un teléfono vibraba anunciando un mensaje de texto. Así, es, la "publicidad" está en todas partes, y algunas más especiales y originales que otras. En fin.
Después de un rato, tan sólo se dedicó a contemplar a dos personas haciendo taichi, un oriental que enseñaba a un occidental.
Y la vida continúa... el trabajo debe seguir, porque la ciudad nunca duerme. Pero la verdadera libertad, no está en aquello que se nos sea posible de hacer, sino en aquello que en nuestro privado momento somos capaces de alcanzar a percibir. Más allá de las limitaciones del tiempo, más allá de nuestras propias limitaciones y prejuicios, estamos solos, en un constante silencio. Pero con la dicha de ser libres en nuestro propio pensamiento.
Ya habrá tiempo y tranquilidad para tomar un tema tan fascinante como la danza, que más allá de unos simples movimientos, se trata de una expresión, un arte, una entrega.
Según la real academia, esta palabra Se define como:
Interrupción o descanso momentáneo Que se hace en una actividad.
Fuente: http://es.thefreedictionary.com/receso
Nunca en mi vida, pensé que tendría que considerar esta palabra como una prioridad, pero así es. La cabeza debe descansar, y las ideas volver a ordenarse como debe ser. El camino trazado debe seguir intacto, y en su curso lógico. Parece fácil de decir, porque el papel aguanta de todo, pero es una necesidad.
Poco a poco, se vendrá la calma, porque así fuimos diseñados. Somos seres inteligentes capaces de adaptarnos ante la inclemencia y las dificultades de la vida. De eso se trata la evolución.
Como padres comprendemos nuestra naturaleza y responsabilidad de ser intachables ante nuestros hijos, y mostrarnos fuertes y robustos.
A veces, flaqueamos, porque no todo en la vida es color de rosa, y no siempre todo circula como lo esperamos. En cierta forma esa es la gracia de la vida, superar las adversidades, y seguir adelante.
Con los años, he aprendido que el humor es lo que mejor alivia las penas, y nos libera de la angustia. También debe existir voluntad de nuestra parte, para solucionar las dificultades de la mejor manera posible. Hacer una pausa, contar hasta 10, y continuar, ya más sereno, más tranquilo.
Dejar de lado aquello que nos acongoja, y cambiar el enfoque. Algo que muchas veces resulta difícil tarea, pero que finalmente se puede.
Respirar hondo, sentir el esfuerzo de un buen ejercicio, escuchar música movida, disco, rap, regetón, salsa, en fin, todo eso ayuda. Porque la pausa, no significa quedarse quieto pensando en el problema, sino, llenarse con otras actividades que nos desvinculen de aquel molesto ruido.
Alguien dijo una vez, que "Cuando un problema no tiene solución, deja de ser un problema".
Sentir puede ser un problema, pero Es inevitable, por lo tanto sólo hay que Dejarlo aún lado, y seguir con otra cosa Más productiva. Aunque parezca absurdo La vida consiste en eso. Nunca detenerse A tal punto que te coman las hormigas. Fluir y seguir con lo que se debe hacer, Porque no siempre lo que se quiere es lo Correcto, pero si es correcto seguir.
Una pausa, no tiene tiempo, sólo se Desactiva cuando el momento ha madurado Y la cordura es guiada por la inteligencia Emocional.
Alguien, también dijo una vez, que todo Resulta mejor con la cabeza fría, donde La razón administra al sentimiento.
Cuesta, pero si uno ve las cosas desde afuera, Puede entender mejor el entorno, y las cosas Ya no son lo que nos parecían. Tarea nada De fácil, pero es un ejercicio prudente.
Ser feliz es la clave, y esa felicidad hay que procurarla, siempre.
Era una pequeña foto, un regalo discreto, fino, simple, y sencillo, que encerraba tal vez, un mensaje oculto casi imperceptible. Pero ahí estaba, recogido en el minuto preciso, rescatado de un mundo tecnológico en dónde la distancia no existe.
Su perfil era hermoso, divino y majestuoso, casi tal como le conoció alguna vez. Su sonrisa, muchas veces añorada, era entregada a quién era apenas visible desde una esquina. Un afortunado y total extraño para él.
Seguramente, en aquella esquina, había un ser que realmente le merecía, alguien capaz de jugarse por completo sin mayores cuestionamientos, sin temores, sin amarras, siendo más simple y concreto en su pensamiento y en sus decisiones. Alguien capaz de ofrecer lo que ella tanto merecía. Alguien elegido por ella.
Miró con nostalgia su recuerdo, y anheló otras imágenes, que le permitieran pensar en el real significado de lo que sentía.
Era curioso, pero el solo hecho de saber que estaba bien le bastaba, no pedía nada más que la posibilidad de guardar algún otro recuerdo, que tal vez algún le llegaría, casi por fortuna, o casi por donación.
Su sueño, estaba impregnado de nostalgia, y su mente confusa y distante, sólo percibía en el final de su mirada, la alegría que alguna vez, por su estupidez, perdió.
No obstante, y absolutamente claro en su presente, se imaginaba que algún día le vería, bajo un cálido sol, situado en algún frondoso y tranquilo lugar, sin intervenciones, para sólo sentir la dulce calidez de sus manos. Poder abrazarle con limpia ternura, y en su inclinado rostro dejar en libertad sus lágrimas reprimidas por tantos años...
Era una tarde, sencilla como cualquier otra. Mientras el suave sonido de la música se desprendía de unos pequeñísimos audífonos. De fondo, el sonido del viento era quebrado por la alucinante majestuosidad de los truenos a lo lejos. Apenas algunos pájaros hacían sentir su canto, como complemento de la vida que se gestaba en tan breve espacio.
Algunos de esos sonidos, ejecutados magistralmente se daban a entender como voces que invitaban a pensar y sentir, que las cosas más sencillas, nos pueden brindar algunos momentos de felicidad y paz.
En tan solo un instante, cientos de miles de gotas de agua caían libres tras la ventana, como lágrimas, que se escurren en pos de un mensaje sin fin. Tal vez las siluetas que se visualizaban bajo aquellas grandes y pomposas nubes, ocultaban pacíficamente aquello que muchas veces no queremos ver, pero que sin embargo está ahí, quietos y pacientes, en una eternidad que sólo pretende observar nuestra evolución desde lo alto.
Oh! sí, cuantos sonidos, cuantas imágenes se pueden construir en nuestra mente, en tantas variadas formas, y que sólo nos conformamos con aquellas que nos parecen más simples o entendibles a nuestros limitados sentidos. Pero ahí están, siempre como discretos mensajes que a veces no quisiéramos dejar de oír, pero que sin embargo nos seduce en la nostalgia, la alegría, del simple hecho de hacernos reír.
Aquí hay paz, una paz inmensa, inquebrantable, que nos acompaña y nos rodea de nosotros mismos, y que cada vez que la necesitemos estará cuando nuestra mente se entregue a recibirla.
Así son los sonidos, la armonía perfecta entre las cuerdas de algún instrumento y la naturaleza que nos rodea, alejado de las ruidosa y molestas ciudades. Distante hasta donde la mente pueda vagar, libre de volar, llano al eterno caminar sin preocuparnos de un rumbo a seguir, más allá de lo que siempre nos limita.
Lo importante, es sentir aquel instante, en que lo único que existe por breves momentos es "la música y yo".
Caía la tarde, de un día nublado, casi al borde de la lluvia, donde el frío se hacía sentir con una cálida brisa otoñal. Estában en una vieja casona de aspecto rústico, no muy alta, que se encontraba en fase de remodelación. Algunos materiales, como pintura, pasta muro, rollos de papel decomural y herramientas varias se encontraban dispersas por gran parte de aquel lugar.
Toda la familia recorría aquel lugar, en una meticulosa faena de revisión de la casa, con la idea fija de establecer vivienda y negocio en un mismo lugar.
En un momento dado, el padre de familia se hacercó a quién a lo lejos parecía ser una asistente comercial. De apariencia sencilla, delgada, pelo liso hasta los hombros. Estaba sentada de lado, sobre unas escaleras de no más de tres escalones que entrelazaba el desnivel de dos pisos de dos habitaciones contiguas. Con sus piernas juntas, la muchacha, apoyaba una carpeta que cogía entre sus manos, y mientras escribía en ella con afanada actitud, se denotaba en pálido rostro, un dejo de melancolía que curiosamente podía percibir a la distancia en que me encontraba.
El hombre, dejó la familia en libertad para que continuasen con el recorrido, y se dirigió a la muchacha.
En la medida que se acercaba, se le hacía más evidente esa extraña sensación, al punto de acelerar notoriamente sus pulsaciones, siendo evidente el hecho de no querer perder de vista su sigilosa búsqueda interior, al punto de poder escuchar o sentir su propio latido.
¿Por qué?, trataba de entender que sucedía, hasta que con cierto grado de timidez, se atrevió a acercarse.
Justo en el intento en que él se acercaba, la muchacha volteó lentamente, y le miró a través de sus vidrios empañados y empapados por lágrimas que se escapaban por sus mejillas, emprendiendo una rápida huida.
El joven dijo - ¡Espera!, y no pudo detenerle. Ya cuando salió de aquel cuarto, la lluvia se hacía evidente, y la escurridiza niña había desaparecido.
El viento azotaba algunas de las ventanas que se encontraban abiertas, e hizo volar un papel que se encontraba en el suelo hasta sus pies, desde dónde se encontraba escribiendo la joven.
En un momento de inmovilidad, miró aquel papel desde su erguida altura, y lentamente se agachó a recogerlo. Era una hoja de color amarillento, muy vivido, con tenues líneas horizontales. portaba una nota que llenaba la página entera, la cual leyó lentamente.
El rostro del muchacho se tornó pálido, en la medida que leía cada línea, y sus ojos parecían expandirse con una expresión de asombro inusual.
El papel se encontraba húmedo aún, y denotaba en su superficie las lágrimas derramadas con la melancólica única de quién expresaba resumidamente una parte importante del recuento de su vida.
Cuando llegó su familia, el joven simplemente ocultó discretamente la nota. No quería problemas, y sus recuerdos eran parte de esa historia escrita.
El muchacho tenía una vida normal, sin mayores contratiempos, sin mayores emociones de las que puede ofrecer una vida abnegada, y siempre dispuesta para sus seres queridos.
Una vez que llegaron a una habitación, donde se establecía un negocio que era de su madre, se pusieron a conversar cosas cotidianas. Pero su nerviosismo era evidente, y sin más no pudo evitar ciertas preguntas.
Finalmente, sin saber que más hacer ante el acoso de su estado, tomó el valor de contarle a su madre sobre el hecho, en un momento en que se encontraron a solas en el pequeño negocio.
Ella lo escuchó un tanto preocupada, y le dijo: - Tienes que clarificar tus emociones, y por tu tranquilidad interior, no hay mejor camino que enfrentar la situaciones que la vida nos plantea.
Así fue como después de aquel episodio, el muchacho indagó sobre la persona, y con cierto temor descubrió que ella ya no existía desde que una enfermedad fulminante acabó con su vida el 14-Febrero-2014.
Aún más extraño, le resultó el descubrir que entre todos lugares investigados en Internet, la fecha de fallecimiento siempre era la misma, considerando que la fecha actual era el 29-Septiembre-2008, según lo que él creía...