29 diciembre, 2008

Incomunicado


Bueno, bueno... merecido quizás... pero así es la vida.
Tantas cosas escritas, otras pocas dichas, ser escuchado
una vez más después de tantos años, y recordar otras
tantas. Y ahora incomunicado en totalidad, sin siquiera
unas migajas de pan.

Ni el gran Google me salvará esta vez, sin correo,
sin blog, sin nada más que tratar de adivinar
o imaginar dónde estás, o como estás. Tal vez sea
lo mejor, no lo sé. Es una rara sensación de abandono.

No se puede tener todo en la vida, y no todo
en la vida es armonía, todo tiene un precio,
ya que debes dejas algo a cambio. Se entiende,
Auque no se quiera aceptar.

Como evitar pensar, como evitar sentir, como evitar
escuchar aquellas voces del socio que llevamos
dentro, y que siempre nos recuerda quienes somos
o lo que hacemos.

Como sea... siempre estás y estarás, y eso ya no
depende de mi voluntad. Hay cosas en la vida
que no se pueden apagar como una ampolleta
accionada por un simple interruptor.

Es curioso, pero recuerdo un viejo dibujo de un
rostro que siempre dibujaba desde niño. Aquel
rostro blanco de mirada pura, con su ordenadísimo
peinado de cola de caballo, siempre ahí,
guardado en mi mente desde siempre. Tal vez,
eso fue lo que vi aquel día, y pese a ello, sé que
no es así como se gatilló toda esta historia. Por
mi parte, fue una sensación genérica que se
agolpaba en mi estómago mientras el pulso
se aceleraba, y todo esto sin siquiera ver.

Es 29 de Diciembre, del 2008, y así siguen
Pasando los días. El tiempo, impugnable y
Abstracto ser, que nos arrebata nuestra niñez,
Nos deja siempre una enseñanza, que casi
Siempre es con dolor, y que es algo duro
De aceptar a veces, el sólo hecho de que
La vida debe continuar.

Es por este motivo que no debemos mirar
Atrás, para así no convertirnos en sal, o
En piedra, estática y sin evolución. Porque
La vida se abre paso y es ahí donde debemos
Estar, por el breve tiempo que sea necesario,
Siempre entregando lo mejor de nosotros
Mismos, con alegría, con sabiduría, con
Esperanza.

Aunque alguna vez fuese llamado cobarde,
Es una verdad que no me escondo como otros,
Y he dado la cara, y he dado mi versión de los
Hechos, y he tocado cielo sin cegarme a la
Realidad o a mi propia responsabilidad.
Y por duro o difícil que sea todo esto,
aquí estoy, incomunicado una vez más.

Ohhhh!!!! Dios, no sé que decir. Serán sólo
Palabras al viento, o alguna vez alguien
Leerá todo esto. Ya no importa, porque aunque
Nadie las lea, aquí estarán, y cada cierto momento
Aparecerán, insaciables ante la grandeza de esta
Nueva forma de vida llamada eternidad.

Ya pasará...

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