06 abril, 2011

Otro día

A fin de cuenta ¿qué somos?, ¿quienes somos?, ¿seres únicos?, ¿seres colectivos?, ¿seres divinos?, ¿seres intachables?, ¿intangibles dentro de un envase?, o ¿seres derivados de una misma canción? ¿Que hacemos en realidad?, ¿cual es el objetivo?, ¿que se busca en realidad?, ¿a que jugamos?, si a esta vida se le pueda llamar así.

¿Que es lo que nos envuelve?, son tus propios apuros, tus propias necesidades, que surgen a diario sin buscar, y otras que sin buscar se encuentran sin necesidad, y se manifiestan con intensidad, hasta el punto que se nos hace necesario, nos atrapa, nos envuelve, nos atrae como un imán, para luego señalarnos que los caminos que deseamos, son caminos sin andar.

Somos seres orgullosos, almas orgullosas a la deriva en un barco sin mar.

¿Cuanta sed se necesita para que un sorbo sea suficiente en nuestro conocimiento, y en nuestro pensar?

Sólo sé que no siempre es todo como uno lo espera, y sin importar que tan planificado o improvisado esté, lo que se da se da, mejor o peor, pero como la primera vez, como la vez de ahora y como la de siempre, incierto se da.

Que inconformidad, que descoordinado todo está, cuando más se necesita, es cuando más soledad hay.

El tiempo se hace, cuando se quiere de verdad, y por muy contradictorio que parezca, aquellos minutos fugaces de nuestras vidas, que nos ciegan, solo son unos escasos minutos que refunfuñando se quedan, en una eterna discusión sin parar, tantas veces necesaria, en nuestros propios pasos que cruzados de brazos seguimos, como la sombra alargada que sin duda nos permite continuar, bajo la senda de un comprensivo estar.


Hoy es hoy, y mañana, otro día será.

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