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La ansiedad controlada luchaba en su interior, el duelo entre lo que debía y lo que quería, aunque fuese por un instante, una vez más se abatían en cruenta batalla. Así era Jim, pese a ello, no desestimó la aventura y partió rumbo a aquel planeta desconocido.
Su misión, era investigar el lugar, su fauna silvestre, y recopilar nueva información que le permitiese encontrar la paz que tanto buscaba.
Era un lugar prehistórico, donde la vegetación era abundante, y relativamente bien cuidada. Aislado del resto del mundo, sus edificaciones de formas extrañas y circulares, denotaban un propósito científico, donde se trazaba el futuro de los nuevos jóvenes investigadores.
Con cierto temor, natural, por lo desconocido, se sentó un rato sobre unas escaleras, jugó con su dispositivo de comunicaciones un rato, su juego favorito para aquellos momentos de duda o de espera. Luego se aproximó a un puente, manteniéndose siempre a resguardo bajo una sombra. Era como un fantasma, nadie podría detectarle. Además su dispositivo de camuflaje funcionaba perfectamente. Un par de veces su intercomunicador anunciaba que ya estaba siendo buscado, con un dejo de ansiedad.
Luego de unos instantes, prosiguió su camino, cruzando el puente, llegando a un portal que alguna vez vio e imaginó factible de ser atravesado. Esta era una ocasión única, por tanto, no dudó, y se internó en aquel recinto.
Maravillado con la naturaleza que lo rodeaba y el extenso territorio, se fue internando poco a poco. Le acompañaba Droid 5-HT, un pequeño dispositivo que hacía las veces de guía turístico, rebosante de conocimiento, que además poseía un grado de conciencia propia, muy compatible con Jim.
No avanzó demasiado, y se encontró muy a gusto, y se sentó un rato en unos antiguos vestigios de madera, parecidos a una banca y una mesa de camping, bajo la sombra de un frondoso árbol. Ahí se quedó un rato a descansar, aprovechar el tiempo lo mejor posible, revisar su equipo, conversar con su interior y por su puesto con Droid 5-HT, comentando las maravillas de aquel lugar, y sintiéndose libre para expresar todo lo que sentía.
Droid 5-HT, por su parte, que era casi humano, que nunca paraba de hablar, le proporcionaba todos los datos necesarios sobre el sector, y a su vez contestaba cada pregunta de Jim, totalmente despejado de ajenas distracciones.
Luego prosiguió su marcha, encontrándose con otros maravillosos parajes, y otras edificaciones de irregular diseño, y algo parecido a una pequeña laguna. Se internó bajo unas grandes estatuas de madera, deambuló por la frondosidad de un árbol donde pudo elongar sus adoloridas extremidades.
Droid 5-HT le acompañaba, observándole unos pasos más atrás, grabando en su memoria principal todos los detalles, incluso los arranques irracionales que hacía Jim, mientras corría en aquel vasto jardín. Era una máquina eficiente, de máxima productividad, cuya misión principal era cautelar por el marine asignado. Por su parte, Jim almacenaba algunos datos de las pequeñas criaturas sobrevivientes que aún deambulaban por la superficie del planeta.
En un momento dado, Jim se detuvo, había un dejo curioso, una extraña sensación que luchaba en su interior, como de querer y no querer, sin saber qué. Su entrenamiento, siempre le recordaba que debía ser cauteloso, siempre responsable de sus actos, porque en todo lugar podía existir el asecho del enemigo, y alguien podría resultar herido. Entonces, recogió a Droid 5-HT entre sus brazos, apretándole fuertemente, y con unos toques suaves, intentó reprogramar su configuración. Jim se sentía vulnerable, puesto que la planicie en que se encontraba en ese minuto, era fácilmente visible desde cualquier lugar, pese a la ausencia de habitantes, algo vivo parecía filtrarse desde un vehículo cercano, lo cual le incomodaba.
Rápida y disimuladamente, Jim activó su traje de camuflaje. Cuando lo hizo, una descarga eléctrica inusual se produjo entre Droid 5-HT y Jim, produciendo un fuerte destello, desactivando momentáneamente su invisibilidad, a lo que no tuvo mucho tiempo para prestar una debida atención. Había que salir rápidamente de aquel lugar.
La investigación llegaría a su fin. Siguió su recorrido, hasta encontrar una fuente de alimentación, dónde se abasteció. Con la nueva recopilación de información, Jim debía dejar partir a Droid 5-HT en una nave en dirección en Alfa 2, para que asimilara y analizara los nuevos datos obtenidos. Cuando se aseguró de su partida, Jim cogió otra nave y se dirigió a su base Central, en Alfa 1.
Aparentemente la inesperada misión, había concluido sin mayor novedad. Salvo por un detalle, Jim nunca llegó a la Central.
Cuando Droid 5-HT llegó a Alfa 2, intentó procesar la información almacenada en su memoria. Así estuvo durante todo el día. Hasta que llegó el momento en que debía regresar al planeta origen. Durante el viaje estelar, iba asimilando lo ocurrido, y analizando las muestras obtenidas, pero su comportamiento se hizo notoriamente inusual. Las imágenes de Jim no estaban, pero su pensamiento sí, e inundaba su memoria principal, alterando su normal funcionamiento. Los técnicos observaban curiosos y extrañados la inmovilidad de Droid 5-HT, pero sin comprender su disfuncionalidad.
Jim, había desaparecido en misión de combate, hace 240 años, y sólo quedaban vestigios de tristes y equívocos recuerdos de su historial. Droid 5-HT era el único indicio de su real existencia, permitiendo que dicha nueva información prevaleciera por sobre el misterio de lo que nunca sucedió.
Su misión, era investigar el lugar, su fauna silvestre, y recopilar nueva información que le permitiese encontrar la paz que tanto buscaba.
Era un lugar prehistórico, donde la vegetación era abundante, y relativamente bien cuidada. Aislado del resto del mundo, sus edificaciones de formas extrañas y circulares, denotaban un propósito científico, donde se trazaba el futuro de los nuevos jóvenes investigadores.
Con cierto temor, natural, por lo desconocido, se sentó un rato sobre unas escaleras, jugó con su dispositivo de comunicaciones un rato, su juego favorito para aquellos momentos de duda o de espera. Luego se aproximó a un puente, manteniéndose siempre a resguardo bajo una sombra. Era como un fantasma, nadie podría detectarle. Además su dispositivo de camuflaje funcionaba perfectamente. Un par de veces su intercomunicador anunciaba que ya estaba siendo buscado, con un dejo de ansiedad.
Luego de unos instantes, prosiguió su camino, cruzando el puente, llegando a un portal que alguna vez vio e imaginó factible de ser atravesado. Esta era una ocasión única, por tanto, no dudó, y se internó en aquel recinto.
Maravillado con la naturaleza que lo rodeaba y el extenso territorio, se fue internando poco a poco. Le acompañaba Droid 5-HT, un pequeño dispositivo que hacía las veces de guía turístico, rebosante de conocimiento, que además poseía un grado de conciencia propia, muy compatible con Jim.
No avanzó demasiado, y se encontró muy a gusto, y se sentó un rato en unos antiguos vestigios de madera, parecidos a una banca y una mesa de camping, bajo la sombra de un frondoso árbol. Ahí se quedó un rato a descansar, aprovechar el tiempo lo mejor posible, revisar su equipo, conversar con su interior y por su puesto con Droid 5-HT, comentando las maravillas de aquel lugar, y sintiéndose libre para expresar todo lo que sentía.
Droid 5-HT, por su parte, que era casi humano, que nunca paraba de hablar, le proporcionaba todos los datos necesarios sobre el sector, y a su vez contestaba cada pregunta de Jim, totalmente despejado de ajenas distracciones.
Luego prosiguió su marcha, encontrándose con otros maravillosos parajes, y otras edificaciones de irregular diseño, y algo parecido a una pequeña laguna. Se internó bajo unas grandes estatuas de madera, deambuló por la frondosidad de un árbol donde pudo elongar sus adoloridas extremidades.
Droid 5-HT le acompañaba, observándole unos pasos más atrás, grabando en su memoria principal todos los detalles, incluso los arranques irracionales que hacía Jim, mientras corría en aquel vasto jardín. Era una máquina eficiente, de máxima productividad, cuya misión principal era cautelar por el marine asignado. Por su parte, Jim almacenaba algunos datos de las pequeñas criaturas sobrevivientes que aún deambulaban por la superficie del planeta.
En un momento dado, Jim se detuvo, había un dejo curioso, una extraña sensación que luchaba en su interior, como de querer y no querer, sin saber qué. Su entrenamiento, siempre le recordaba que debía ser cauteloso, siempre responsable de sus actos, porque en todo lugar podía existir el asecho del enemigo, y alguien podría resultar herido. Entonces, recogió a Droid 5-HT entre sus brazos, apretándole fuertemente, y con unos toques suaves, intentó reprogramar su configuración. Jim se sentía vulnerable, puesto que la planicie en que se encontraba en ese minuto, era fácilmente visible desde cualquier lugar, pese a la ausencia de habitantes, algo vivo parecía filtrarse desde un vehículo cercano, lo cual le incomodaba.
Rápida y disimuladamente, Jim activó su traje de camuflaje. Cuando lo hizo, una descarga eléctrica inusual se produjo entre Droid 5-HT y Jim, produciendo un fuerte destello, desactivando momentáneamente su invisibilidad, a lo que no tuvo mucho tiempo para prestar una debida atención. Había que salir rápidamente de aquel lugar.
La investigación llegaría a su fin. Siguió su recorrido, hasta encontrar una fuente de alimentación, dónde se abasteció. Con la nueva recopilación de información, Jim debía dejar partir a Droid 5-HT en una nave en dirección en Alfa 2, para que asimilara y analizara los nuevos datos obtenidos. Cuando se aseguró de su partida, Jim cogió otra nave y se dirigió a su base Central, en Alfa 1.
Aparentemente la inesperada misión, había concluido sin mayor novedad. Salvo por un detalle, Jim nunca llegó a la Central.
Cuando Droid 5-HT llegó a Alfa 2, intentó procesar la información almacenada en su memoria. Así estuvo durante todo el día. Hasta que llegó el momento en que debía regresar al planeta origen. Durante el viaje estelar, iba asimilando lo ocurrido, y analizando las muestras obtenidas, pero su comportamiento se hizo notoriamente inusual. Las imágenes de Jim no estaban, pero su pensamiento sí, e inundaba su memoria principal, alterando su normal funcionamiento. Los técnicos observaban curiosos y extrañados la inmovilidad de Droid 5-HT, pero sin comprender su disfuncionalidad.
Jim, había desaparecido en misión de combate, hace 240 años, y sólo quedaban vestigios de tristes y equívocos recuerdos de su historial. Droid 5-HT era el único indicio de su real existencia, permitiendo que dicha nueva información prevaleciera por sobre el misterio de lo que nunca sucedió.
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