25 enero, 2010

Un dolor en silencio (R)


Fue un fin de semana de inauguración, la casa era amplia y cómoda, bella para una familia bella. Cuatro eran los niños, que alguna vez en mis brazos estuvieron, y que de ahora en adelante, gracias a sus padres, verán un nuevo amanecer más limpio, más sereno.

Cosas eléctricas y cortinas que instalar, y lo más importante, compartir en familia, un momento feliz, para todos, como un sueño.

No obstante, vi en su mirada, desde el techo, su sonrisa tierna, su inquietud, también su miedo. Yo le comprendo, sabía por lo que estaba pasando, pero guardé silencio. Nada que dijera podría cambiar su destino, y la habilidad para curar sólo sería un sueño en mi profundo anhelo.

Sé donde está ahora, es un lugar lejano y costero, con su herencia, su prole a cuestas, en donde el aire es más fresco, donde las olas del mar quizás alivien su pronto vuelo. El padre de la madre de la hija, quién en sus propias manos o no, forjó su propio destino, está allá, lejos y aún lo siento. Su dolor es mi dolor, y su miedo el mío. Es claro, es nítido, y con un llamado telefónico lo confirmo. El está bien, ella me dice, y ambos sabemos que su falta de apetito es un signo. Inapetencia, que sutil, que discreto. Así, nadie cuestiona, lo que por obvio sabemos.

Es raro, no le debo nada, y a su vez todo le debo, porque gracias a su existencia, ella existe y algo nuevo y muy valioso tengo, una vida, una herencia propia, un motivo, aquel motivo que me salvó desde un puente en días lejanos y perdidos.

Sé donde está, sé como se siente, sé lo que viene, no quiero ver, pero es elocuente, que el tiempo merma hasta al más aguerrido. Un pequeño hombre, pero grande en su afán de seguir vivo, como hombre sencillo, libre como el viento, y apegado a los suyos.

Guardará hasta el final su secreto, y dejará temprano lo que más quiso, no quiero ver y veo, en sus ojos el mismo brillo que en otros he visto.

24 enero, 2010

Entre sombras (R)


Introducción

Los sueños sólo sueños son, y aunque no los recuerde ahí están, como hoy, como ahora, después de un día de arduo trabajo de instalación, me acompañan cada día, produciendo emociones fuera de control.

Historia

Son las 4:13 de un día domingo, mi aflicción se manifiesta casi en una especie de idioma incomprensible. Sonidos guturales ahogados en desesperación se desprenden de mi voz acongojada. Estaba oscuro, sólo la imagen visible de tres personas me acompañaban en este mundo alternativo de los sueños.

Conversaba algo con una sobrina, había más gente, pero distante, mi mujer me acompañaba como siempre, muy cerca. En un instante dado, una menuda figura se para al lado de mi lecho, extiende su mano izquierda, la pone en mi pecho, algo me pide, al parecer es mi hija, la distingo, entre sombras, pero me asusta. El miedo se apodera de mi ser, no por lo que veo, sino por lo que no. Algo debo hacer, trato de controlar lo que siento, trato de despertar y no puedo. Con los ruidos que produzco, despierto la vigilia constante de mi mujer, abre sus ojos, que no los veo, pero que sí percibo. Su mirada clavada en mí, y yo aún sin despertar, fuerte y claro menciona mi nombre, algo me dice.

En cuestión de segundos vuelvo a mi sueño y otra vez la angustia. Luego su voz se vuelve con mayor energía, - despierta, dice y dos de sus dóciles dedos se posan en mi frente, con lo cual me calmo parcialmente.

El temor me invade y me inmoviliza, es miedo seguramente, tal vez sin motivo, pero la sensación extraña es clara. Agudizo mis sentidos, escucho transeúntes y vehículos a lo lejos, unos disparos se sienten en la distancia. Instintivamente abrazo a mi mujer, aún no despierto totalmente, y mi mente se clavaba en mi hija, al instante. A los pocos segundos, comento, - siento su respiración, ella se mueve, percibo sus sueños, su mente en funcionamiento. Aún no reacciono con claridad. Me niego a volver a mi sueño y resolver el enigma.

Finalmente despierto. Me levanto, reviso todo, mi bebé efectivamente dando vueltas como imaginaba, hace calor, y recorro la casa. Deambulo unos minutos, ya con todo revisado, apago algunas luces, y vuelvo. Me recuesto, y es inútil, dormir se vuelve absurdo. Enciendo el TV y recorro todos los canales disponibles. Me levanto otra vez, busco galletas y un Mistral Ice de tenue alcohol.

Al rato, todo tranquilo, todos duermen, no más ruidos que mi propio ruido, y mi cuerpo comienza a reaccionar en distintas formas, hace calor, y en mi aún más que el calor en mi exterior. Algo sucede en el hipotálamo, lo sé, puedo sentir su efecto también, y una vez más, vuelta a pensar.

Finalmente, me levanto nuevamente, y escribo otra vez.

22 enero, 2010

Aquel visitante de negro (R)


Aquel visitante de negro, llegaba presuroso después de una ardua batalla, su mayor enemigo siempre era el tiempo, ese que nunca aguarda, ni le dejaba espacios ni vacíos.

La trinchera edificada dónde se encontraba, daba dura confrontación a lo ilógico que debía resolver, si o si, y el reloj apremiaba en su mano derecha, indicando que nada espera. Mensajes de otro espacio y tiempo que obviamente no comprendían lo que no podían ver, insistían en su propósito perfecto. Pero ineludiblemente el visitante debía cumplir, aquí, allá, o donde fuera, no tenía derecho a error, porque su error encausaría a muchos.

Miró unos números, miró alrededor, muchas sillas ordenadas y pobladas alrededor, un lugar buscaba que no sabía y aún así encontró. Giró con destreza para encontrar una mejor ubicación, un calor insoportable y en un pasillo perfecto a su entera libertad se quedó.

Se sentó un rato, asfixiado no tanto por el calor, sino por el tumulto. Los pensamientos de muchos dueños seguramente de mucho, se desvanecían entre sus dedos, salvo uno que de sumo interés buscó. Le observó apenas unos segundos, peinaba distinto a lo que recordaba, hasta que la luz se esfumó.

La obra, interesante, de magistral y estilizada perfección, figuras representativas de un antiguo códice, se entregaban danzantes bajo luces multicolores, radiantes cantos goliardos de aquellos mantos que dieron rienda suelta a un tiempo que jamás volvió.

El visitante contempló, presente estuvo en todo momento y en todos lados se posó. Quería un poco más, y más allá encontró. Aparecía y desaparecía a voluntad, cual fantasma entre la oscuridad, apenas se dejaba ver, negro en lo negro, y blanco en lo blanco con apenas su rostro y manos visibles, en la tenue oscuridad se vio. Era un espíritu indómito e inquieto, igual que aquel otro que con cierta furia en la luz le miró. Las cosas no siempre son como se planifican, y así fue como un grandioso día, algo distinto, pero igualmente bueno, quedó.

Tras el muro, rodeado de dibujos enmarcados, un instante conversó, interesado en un todo y no sólo en uno, con suma prudencia su rostro habló. Fue breve, fue grato, fue cortes, y luego a la escena volvió.

Feliz y agradecido de Dios, por su buena e intangible fortuna, porque pese a ser un fantasma, inocuo en la oscuridad, aquel visitante, un buen momento sí compartió, algo alejado, algo distinto, pero sin alterar la armonía de un niño que con dulce ternura a distancia para si mismo pensó.

19 enero, 2010

Un Sí o un No (H)


Introducción:

Las cosas no siempre son como se planifican y nada es tan radical como a veces se cree. Así como una gota de agua cae y se desparrama distintas direcciones, una rama crece con distintas formas, y aún así, el tiempo no nos deja alternativa.

Historia:

¿Si o no?, fue la pregunta tajante que no admitía ambigüedades, blanco o negro, cálido o frío, encendido o apagado, es o no es, un principio elemental y básico, fuerte y tangible, que recogió en fracciones de segundos, mientras miraba a lo lejos una frondosa rama de la cual podría cogerse.

Su cuerpo libre se desplazaba con suma velocidad en un viaje de varios kilómetros sin retorno. Ahí estaba, inserto en una decisión que tal vez cambiaría su vida para siempre.

Entre el roquerío, se extendían muchas otras ramas que pasaban cerca de su cuerpo, sólo debía elegir una y tal vez le salvaría. Esta sí, esta no, pero cual, ninguna de esas le servía en realidad. Su miedo lo inducía al instinto, y su instinto no le dejaba pensar con claridad.

Los minutos pasaban, y prontamente se fueron transformando en horas, seguía cayendo, y su desesperación se iba transformando en algo cada vez más abstracto, mientras que algunos mensajes confusos comenzaron a fluir, como queriendo preparar el clímax final que nunca llegaría. Sólo pensaba en la rama, aquella que lo salvaría o que simplemente se rompería conjuntamente con él. Era imposible saberlo.

De cogerla se quedaría ahí por siempre, de dejarla, continuaría su viaje hacia un eterno sueño recordando lo que nunca eligió. En cualquier caso, algo ganaría y algo perdería, y nuevamente una sola decisión prevalecería, o quizás dos.

Después de varias horas en caída libre, todo lo que era una rápida decisión, dejó de tener sentido, la rama ya se encontraba muy cerca, era cuestión de segundos, era un sí o un no, sin más alternativas, entre lo conocido y lo por conocer, entre lo que deseaba y lo que quería, pero ante todo la vida era lo que más amaba.

Entonces decidió.

17 enero, 2010

Un minuto en la copa (P)


Eran cerca de las 23:38 hrs. de una noche despejada y rebosante de algarabía, unas finas copas con un discreto adorno se alzaban en un festejo ante una ciudad llena de vida. Algunas mesas alrededor vestían de gala, velas les adornaban y unas finas servilletas blancas le daban un toque llamativo a la creación. Música suave alrededor daba inicio a lo que sería una noche diferente y especial. La copa en su mano le distraía seductoramente por momentos, la acercaba despacio hacia su rostro y miraba a través de su tono rojizo como tratando de capturar la esencia interior de cada integrante ahí reunido.

En un momento dado, en forma leve y discreta, se apartó del grupo, porque sintió la necesidad de caminar y liberar sus pensamientos al viento. Una suave embriaguez se apoderaba de su menuda estructura, y no precisamente derivada del alcohol. Pero cuando esto ocurría, una mano fuerte le cogió de su brazo con enérgica actitud, - ¿Dónde vas dijo?, entonces un silencio breve, pareció eterno, una mirada fija se estableció, no obstante fue suficiente para que aquella aprensión fuese apaciguada. – Necesito respirar aire fresco, estoy bien, déjame un rato, dijo con hábil convicción. El conocía perfectamente aquella mirada y pese a su ceño fruncido, le dejó.

Caminó unos cuantos metros, a paso lento y pausado, un leve mareo se apoderaba de su conciencia. Buscó una orilla y se afirmo de unas barandas de algo parecido a un balcón, de estructura metálica y de madera. Miró hacia el cielo las estrellas, como queriendo elegir una en particular, mientras la copa de vino revoloteaba con oscilante suavidad entre sus dedos.

Era una noche especial, porque el sentido de unas palabras lejanas, le permitían ver que sin importar donde estuviese, todo estaría ahí, siempre presente en su constante diálogo interno, que por siempre le acompañaría y dónde nunca sentiría soledad.

Al rato después, alguien le llamaba a unos pocos metros, entonces volteó parcialmente su mirada, - Ya voy, dijo con cierto desgano, secó sus ojos en la oscuridad, sabía perfectamente lo que vendría, porque la vida es así, un momento para cada cosa, y cada cosa en su lugar, todo para que la función siempre pueda continuar.

14 enero, 2010

Droid 5-HT (R)


La ansiedad controlada luchaba en su interior, el duelo entre lo que debía y lo que quería, aunque fuese por un instante, una vez más se abatían en cruenta batalla. Así era Jim, pese a ello, no desestimó la aventura y partió rumbo a aquel planeta desconocido.

Su misión, era investigar el lugar, su fauna silvestre, y recopilar nueva información que le permitiese encontrar la paz que tanto buscaba.

Era un lugar prehistórico, donde la vegetación era abundante, y relativamente bien cuidada. Aislado del resto del mundo, sus edificaciones de formas extrañas y circulares, denotaban un propósito científico, donde se trazaba el futuro de los nuevos jóvenes investigadores.

Con cierto temor, natural, por lo desconocido, se sentó un rato sobre unas escaleras, jugó con su dispositivo de comunicaciones un rato, su juego favorito para aquellos momentos de duda o de espera. Luego se aproximó a un puente, manteniéndose siempre a resguardo bajo una sombra. Era como un fantasma, nadie podría detectarle. Además su dispositivo de camuflaje funcionaba perfectamente. Un par de veces su intercomunicador anunciaba que ya estaba siendo buscado, con un dejo de ansiedad.

Luego de unos instantes, prosiguió su camino, cruzando el puente, llegando a un portal que alguna vez vio e imaginó factible de ser atravesado. Esta era una ocasión única, por tanto, no dudó, y se internó en aquel recinto.

Maravillado con la naturaleza que lo rodeaba y el extenso territorio, se fue internando poco a poco. Le acompañaba Droid 5-HT, un pequeño dispositivo que hacía las veces de guía turístico, rebosante de conocimiento, que además poseía un grado de conciencia propia, muy compatible con Jim.

No avanzó demasiado, y se encontró muy a gusto, y se sentó un rato en unos antiguos vestigios de madera, parecidos a una banca y una mesa de camping, bajo la sombra de un frondoso árbol. Ahí se quedó un rato a descansar, aprovechar el tiempo lo mejor posible, revisar su equipo, conversar con su interior y por su puesto con Droid 5-HT, comentando las maravillas de aquel lugar, y sintiéndose libre para expresar todo lo que sentía.

Droid 5-HT, por su parte, que era casi humano, que nunca paraba de hablar, le proporcionaba todos los datos necesarios sobre el sector, y a su vez contestaba cada pregunta de Jim, totalmente despejado de ajenas distracciones.

Luego prosiguió su marcha, encontrándose con otros maravillosos parajes, y otras edificaciones de irregular diseño, y algo parecido a una pequeña laguna. Se internó bajo unas grandes estatuas de madera, deambuló por la frondosidad de un árbol donde pudo elongar sus adoloridas extremidades.

Droid 5-HT le acompañaba, observándole unos pasos más atrás, grabando en su memoria principal todos los detalles, incluso los arranques irracionales que hacía Jim, mientras corría en aquel vasto jardín. Era una máquina eficiente, de máxima productividad, cuya misión principal era cautelar por el marine asignado. Por su parte, Jim almacenaba algunos datos de las pequeñas criaturas sobrevivientes que aún deambulaban por la superficie del planeta.

En un momento dado, Jim se detuvo, había un dejo curioso, una extraña sensación que luchaba en su interior, como de querer y no querer, sin saber qué. Su entrenamiento, siempre le recordaba que debía ser cauteloso, siempre responsable de sus actos, porque en todo lugar podía existir el asecho del enemigo, y alguien podría resultar herido. Entonces, recogió a Droid 5-HT entre sus brazos, apretándole fuertemente, y con unos toques suaves, intentó reprogramar su configuración. Jim se sentía vulnerable, puesto que la planicie en que se encontraba en ese minuto, era fácilmente visible desde cualquier lugar, pese a la ausencia de habitantes, algo vivo parecía filtrarse desde un vehículo cercano, lo cual le incomodaba.

Rápida y disimuladamente, Jim activó su traje de camuflaje. Cuando lo hizo, una descarga eléctrica inusual se produjo entre Droid 5-HT y Jim, produciendo un fuerte destello, desactivando momentáneamente su invisibilidad, a lo que no tuvo mucho tiempo para prestar una debida atención. Había que salir rápidamente de aquel lugar.

La investigación llegaría a su fin. Siguió su recorrido, hasta encontrar una fuente de alimentación, dónde se abasteció. Con la nueva recopilación de información, Jim debía dejar partir a Droid 5-HT en una nave en dirección en Alfa 2, para que asimilara y analizara los nuevos datos obtenidos. Cuando se aseguró de su partida, Jim cogió otra nave y se dirigió a su base Central, en Alfa 1.

Aparentemente la inesperada misión, había concluido sin mayor novedad. Salvo por un detalle, Jim nunca llegó a la Central.

Cuando Droid 5-HT llegó a Alfa 2, intentó procesar la información almacenada en su memoria. Así estuvo durante todo el día. Hasta que llegó el momento en que debía regresar al planeta origen. Durante el viaje estelar, iba asimilando lo ocurrido, y analizando las muestras obtenidas, pero su comportamiento se hizo notoriamente inusual. Las imágenes de Jim no estaban, pero su pensamiento sí, e inundaba su memoria principal, alterando su normal funcionamiento. Los técnicos observaban curiosos y extrañados la inmovilidad de Droid 5-HT, pero sin comprender su disfuncionalidad.

Jim, había desaparecido en misión de combate, hace 240 años, y sólo quedaban vestigios de tristes y equívocos recuerdos de su historial. Droid 5-HT era el único indicio de su real existencia, permitiendo que dicha nueva información prevaleciera por sobre el misterio de lo que nunca sucedió.

09 enero, 2010

Hacer o no hacer (P)

Entre las muchas cosas que hacemos en la vida, una de ellas es la decisión, aquella motivada por nuestra propia voluntad, un camino elegido por iniciativa propia. Al seguir esa ruta nos vamos encontrando que vamos siendo prisioneros de nuestras propias responsabilidades, donde los espacios personales van quedando desplazados o postergados. Estamos con quien queremos estar, hacemos lo que debemos, pero los años pasan, y todo, se quiera o no, se va transformando en rutina. La sociedad mueve a las personas en una vertiginosa y acelerada forma de vida de la cual no se puede escapar, y lo que en un momento dado producía fascinación en nuestros primeros pasos, con el tiempo ya no es igual.

Entonces, algo inesperado se presenta, algo que desvía y desordena seductoramente aquel estricto orden preestablecido. Puede ser una nueva oportunidad laboral, un viaje, un juego de azar, una enfermedad, un accidente, un conocimiento, una persona, una casualidad. Cual sea el motivo, ocurre y ciertamente todo se vuelve irregular, un nuevo caos que revoluciona la existencia, hasta que en un momento dado, todo toma su nuevo sitio.

No sé que podría ser peor, no saber qué hacer, o saber qué hacer y no poder hacerlo. Quizás en eso radique el concepto de “libertad”, generar espacios personales, para poder observar el mundo con propios ojos, conocer sin restricciones, lo que perfectamente se encuentra en nuestro interior, cogiendo con propias manos nuestro exterior, en este supuesto “orden” llamado sociedad.

Decisiones, aquellas que ahí estarán para indicarnos cuan arrepentidos estaremos, no por lo que hacemos, sino por aquello que no hacemos.

Todo se vuelve un sueño, una fantasía, volar al espacio, viajar en un crucero, saltar de un avión, ir a un país desconocido, retroceder en el tiempo y empezar de nuevo con el conocimiento ya obtenido, mirar hacia el futuro y saber el significado de la palabra esperanza. En fin, el tiempo pasa muy de prisa, podría citar muchos ejemplos, pero lo importante siempre estará en lo que se siente. Aquel bichito interior que nos estará inquietando por toda una eternidad y que nos dirá cuan vivos estamos, y que siempre queremos “más…”.

03 enero, 2010

La familia (R)

Empieza un nuevo año, 2010 en esta ocasión, y que mejor que dar con el pie derecho. Creo que el principio fundamental es dar gracias a Dios por la grata bendición de permitirnos pertenecer a una maravillosa familia. Alegría, positivismo, juventud interior, ganas de reír y pasarlo bien, aunque sea por un breve momento, si que vale la pena vivir.

En esta ocasión no contaré una historia, sólo un hecho simple y per duradero, lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.

La vida es así, está hecha sólo de pequeños momentos, que hacen que todo tenga un sentido, y no se trate sólo de un mero recuerdo, sino de algo más, algo especial, que por siempre se queda grabado en lo más profundo de de nuestro ser, siendo esto, un eterno camino, dónde el tiempo ya no importa, porque todo fluye en armonía, poco a poco, y un día a la vez.