![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAgkUt8YxVI6fItI-Rt6IC3enCRoIHoxwwtPFzalW-jFcAkbwUTbGaA5-TmXMYNNEGrFZay2WZ4Gs0VX6u47pVPMw75ZMiYeYSv2QJxFj47UTF6OGynFFXVEjiGgru4iy1vX53SQ/s200/Firefly1.jpg)
Mi amigo árbol, aquel que siempre está.
Quizás algún día no le veré o el a mí,
pero mientras sea posible ahí estará.
Siempre fiel a su silencio y compañía,
siempre en pie cobijandome con su frescura
y su sombra, sin ser mejor que otros,
y sin pretenderlo. Pero ahí está.
No necesito promesas, ni tributo, ni
enmiendas, ni ofrendas, es parte de
mi propia libertad.
Ayer mismo eran las 21:30, busqué
y busqué en su cabeza aquello que
le obstaculizaba, sé que no debo
intervenir, porque su hilo debe
fluir hacia una nueva historia.
En fin, sin conocerle, traté y
traté, y un fuerte dolor en mi
brazo derecho sentí. Lo único
que puedo hacer, es sentir,
y tratar de ver aún siendo ciego
a aquello que no puedo tocar
directamente. Dios, que más
puedo hacer. Debió abrir
brevemente sus ojos y verle
ahí a su lado, casi sin que
se diera cuenta. Ahora entiendo
porqué no le veo, y mis manos
siguen sujetando su cabeza.
Todo a mi alrededor está en
confuso movimiento, porque
así es la ciudad, clementemente
ruidosa, y destructora.
Nunca sabré si resulta o no.
Más sólo sabré que siento y
eso es lo único que me indica
vagamente el camino.
Sé que no debe despertar, pero
aún así le quieren despierto,
que puedo hacer, más sólo pedir
una señal que me indique que es
lo correcto.
Hay mucha fe en el, por lo que
denoto que el es bueno, y pese
a que no acepte aquella promulgada
ofrenda, la entiendo.
Es un acto de fe, que en sí
me causa mucho dolor, pero que
con mucha humildad respeto.
Ciertamente ya son 40, y sin
conocerle intervengo, no sé
si resulte, pero sólo le quiero
sentir feliz.
Las partidas son así, y retener
nos encausa hacia otros significados.
Nuevas historias que ya he vivido.
Sólo si eso es lo correcto, si
es el camino para que despierte
y sea realmente feliz, lo acepto,
y aunque sea mucho el dolor, me
someto al abandono, que tan
merecido lo tengo.
Mi Dios, ya me has visto en esto,
una y otra vez, por distintos motivos,
otros hilos, otros cuerpos maltratados
por el tiempo. Sólo te pido, humildemente
que me permitas ver el camino.
Que su ida no sea en vano, como tampoco
su permanencia, tampoco lo sea.
Que más puedo hacer, tan sólo imaginar
que puedo. Es un acto de fe.
Sin importar que ya no quieras saber,
sabrás, porque nunca dejaré de escribir
una y otra vez, porque la función siempre
debe continuar.
Ayer fue especial.. y hoy nunca lo sabré.
No hay peor egoismo que el propio interés.
Que difícil es darnos cuenta de lo que realmente
deseamos. Para bien o para mal, ahí estamos.
Estoy agotado, y aún siento su cabeza
entre mis manos.
Así, si es feliz... yo...!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario