30 enero, 2009

Penumbra



Era un planeta sin luna, oscuro y frío, alejado del sol, donde nunca llegaba los rayos del sol..


La ciudad... y sus grandes edificios...


Proximamente...

Terrible pollo


Ciertamente, alguna vez existió aquel personaje que todos fuimos.
Con muchas ganas de conocer la vida, pero aún limpios. Toda una
época que no se puede olvidar.
A fin de cuenta, el conocimiento nos va amoldando y nos quita la
pureza que alguna vez tuvimos, pero lo importante es permanecer,
seguir vigentes, y sobretodo, querer jugar a ser niños, una y otra
vez.
Pese a ya tener 200 años, creo. Por mucho que no lo parezca
aún está ahí, protegido en el más profundo rincón de nuestro ser.
No más grande que la cabeza de un alfiler, pero está ahí, latente
e inmenso en su concentrada integridad.
Somos lo que somos, por lo que fuimos, y eso no cambiará, aún
pese al tiempo, aún somo como niños queriendo jugar.
Dedicado a aquellos que ya no están.

24 enero, 2009

La entidad de Mark


Se trabajaba por meses, arduamente sin descansar, eran largas jornadas de más de 16 horas diarias que hacían presagiar que aquel experimento daría prontos resultados.Estaba Mark estableciendo algunos algoritmos lógicos en su computador, mientras Madrian realizaba complejos cálculos para finiquitar las últimas ecuaciones.Ambos se complementaban muy bien, eran muy trabajólicos, y se conocían desde hace muchos años. Siempre buscaban conocimiento, y en esta ocasión no sería diferente, su gran meta era la tele transportación de flujos de información, sin necesidad de aparatos tecnológicos, utilizando como medio de conductividad el poderoso imán de la tierra. Con esta simple idea, investigaron por varios años, y gracias a algunos experimentos lograron concluir que las comunicaciones como las conocemos estaban basadas en principios medievales que jamás evolucionarían a la grandeza que este experimento les permitiría. Su éxito seguramente aclamaría un Novel, pero el objetivo no era ese. Simplemente querían dejar una huella imborrable en el ciclo evolutivo de la humanidad.Trabajaban en un laboratorio, muy bien equipado, bajo los cimientos de un enorme edificio, carentes de luz natural, pero muy bien distribuido, y con lo último en tecnología virtual, para lograr las simulaciones. Muchos hologramas activos, daban vida a los distintos compartimientos del lugar, y enormes pantallas VR generaban las imágenes que no requerían muchas administraciones tridimensionales.Había muchos cubos virtuales, y cada uno con alguna imágen holográfica de los modelos de las piezas internasd el intercomunicador que fueron fabricando.El dispositivo, en principio, era muy sencillo, y nomás grande que la cabeza de un alfiler, sujeto con un autoadhesivo, que era de fácil uso, ya que se ponía directamente en la cien. Un instrumento muy poderoso, y de extraordinaria rapidez, capaz de transmitir millones de imágenes por segundo, aunque su maniobrabilidad era algo más complejo, ya que requería bastante preparación para los usuarios.No poseía controles, por tanto, al igual que un alfiler, debía ser literalmente "clavado" directamente un tejido nervioso, que estuviese relativamente cercano al cerebro.En un comienzo, el dispositivo se calentaba demasiado, produciendo serias heridas en las ratas que eran usadas en los prototipos preliminares. Pero eso se solucionó, incorporando un micro-pipe en la base, que a su vez poseía una extensión en forma de hilo que debía ser conectada al torrente sanguíneo por medio de alguna vena cercana. Su implantación requería una cirugía menor, pero de cierto riesgo y cuidado.Pero ya era hora de la prueba final, y se dispusieron en el quirófano, cada uno en una camilla, uno al lado del otro, mientras un equipo médico se prestaba a la instalación de los dispositivos. Nunca se había realizado un implante de estas características, pero el paso era significativo y el riesgo estaba asumido.Más de tres horas duró la operación conjunta, hasta que finalmente el implante quedó en la posición exacta a la definida por los propios voluntarios.El lugar en donde se encontraban, estaba al vacío, y ninguna partícula podía circular sin que los instrumentos le detectasen. Los médicos, con trajes especiales y totalmente enmascarados, se disponían a descansar, retirándose de aquel lugar.Pasaron las horas, y al otro día Mark era el primero en recobrar el conocimiento. De a poco, fue abriendo sus ojos, hasta que su nublada y encandilada visión se fue normalizando. Al instante, giró su cabeza y pudo observar a su compañera Madrian, quién aún no se recobraba.Estaban solos en la habitación. Al parecer, Mark había despertado mucho antes de lo esperado. Pero no le preocupó, tocó su cien y sintió casi imperceptible el implante. Tomó entonces un espejo cercano a él, y pudo observar lo limpio y bien cauterizado de su cirugía. Se puso de pié, pero tambaleó, aún estaba con fuertes mareos, y el piso se le movía. Entonces, se afirmó de las camillas y se aproximó a donde se encontraba Madrian. Ella aún no despertaba. Mark tocó su cuello con suavidad, tratando de sentir su pulso, pero no pudo observar señales. Su cuerpo estaba frío, y se desesperó. Revisó sus pupilas lasque no reaccionaban con la luz. Era evidente, algo insospechado había fallado.Mark llamó descontrolado y asustado, por los citófonos para que le asistieran. Rápidamente el grupo médico tomó el control de la situación, asistiendo a Madrian y sujetando a Mark, quién se tambaleó hasta azotarse en el suelo.Ahí estaba Mark, tendido en una cama acogedora, en otra habitación, con un cálido aspecto a hogar. Mientras despertaba, una señora de blanco, muy hermosa, que se encontraba sentada a su lado, le ofrecía un pote con algo de sopa. Mark, no entendía nada, y sólo atinó a preguntar - ¿Dónde me encuentro?, la señora Noemí le respondió - Tranquilo Mark, estas a salvo. Y se retiró.Mark apenas podía moverse, se sentía totalmente adolorido, como si hubiese estado sometido a una lucha. Cuando logró incorporarse, se dirigió con sigilosos y cautelosos pasos hacia un gran ventanal, era de noche, el lugar estaba gratamente iluminado, en forma tenue, y aquella noche se sentía fresca ya que una suave brisa marina irrumpía por el techo. En la medida que avanzaba, Mark lograba su sombrío rostro, el cual poseía una abundante barba. Se miró en el reflejo, mientras las luces del techo le iban alumbrando el rostro a la vez que avanzaba hacia la ventana.Llovía torrencialmente, y aquel grueso ventanal, daba buen soporte al fuerte viento que soplaba de sur a norte.Se miró en el ventanal, encontrándose con la extraña sorpresa de tener una apariencia totalmente senil. Miró entonces hacia el horizonte, y observó en silencio el mar que golpeaba las rocas, mientras las luces de la gran ciudad se manifestaban majestuosas a lo lejos como si fuesen luciérnagas quietas y en movimiento.Después de un rato Mark llamó a la señora Noemí, quién asistió al momento. Ella, era muy elegante, de una apariencia apacible y serena, tes blanca, y algunas pocas canas, quién le dijo - Trata de descansar Mark, recuéstate un rato. Mark le miró extrañado, y miró al rededor. Nadie más había en el lugar, y preguntó,- señora Noemí, donde estoy. A lo que ella respondió,- en realidad Mark, no importa dónde, si nó cuando. Mark, dio un paso atrás, abriendo su ojos aún más extrañado, y con voz temblorosa le preguntó - Noemi, que fechas es hoy. Noemí, guardó un instante de silencio, y de pronto un pensamiento se hizo notorio en la mente de Mark, era la señora Noemí quien le estaba hablando sin pronunciar una sola palabra, le dijo, - Cálmate Mark, respira hondo y te explico.Rápidamente, con una extraordinaria rapidez, cientos de imágenes agolparon la mente de Mark, y sin entenderlas las fue asimilando, hasta el punto en que se fueron ordenando.- Tranquilo Mark, sólo debes acostumbrarte, es cuestión de tiempo para que logres asimilar tu creación.Una vez dicho eso, las miles de imágenes se aceleraron en su cabeza, convirtiéndose ecopotencialmente en millones, y todo en cuestión de segundos. Entonces, la señora Noemí, se retiró.Mark se quedó atónito, e inmóvil, miró sus ancianas manos, y lentamente posó sus adoloridas rodillas en el piso.Lloró desconsoladamente algunos instantes, mientras su mirada, clavada en el pulido suelo, le mostraba su reflejo. Pensaba en toda la historia que le había transmitido la señora Noemí, y comprendió cada parte, desde sus inicios hacía ya más de veinte años, y como había logrado cambiar al mundo.Había permanecido en un estado catatónico por muchos años, y le habían cuidado como a una eminencia, fruto de lo que había creado.Sólo faltaba una pieza, importante, Madrian, dónde estaría. Entonces con sus nuevas capacidades se puso en contacto con otras personas cercanas a dónde el se encontraba. No hubo necesidad alguna de moverse de donde se encontraba. Podía comunicarse con cualquier persona y fue preguntando por medio de cientos de imágenes, que iba transmitiendo a una velocidad increíble. A su vez, el mismo recibía cientos de imágenes de los consultados, que en su mayoría no aportaban mucho a su búsqueda, pero que sin embargo conocían su memorable historia.En la medida que se fue desplazando mentalmente hacia otros sectores cada vez más alejados, fue descubriendo que su capacidad no parecía tener límites. Su mente tenía un gran alcance, aún más allá de lo que sabía que eran capaces los ciudadanos del sector, tanto los implantados como los retractores.Después de la guerra y la revolución tecnológica que hubo, gracias a su descubrimiento, las cosas habían cambiado radicalmente. Pudo observar los múltiples cambios de su gran ciudad natal, y recorrió en cuestión de segundos las imágenes en las mentes de cientos de miles de personas que se encontraban dispersas en aquella gran ciudad. Estaba asombrado, su capacidad estaba más allá de lo que inicialmente esperaba.Sabía que debía encontrar a Madrian, y utilizando el génesis de su experimento, basado en el magnetismo terrestre, comenzó a indagar en cada ciudad del mundo.Pero un fuerte temblor ocurría cuando se iba acercando a su desesperado encuentro. El lugar donde Mark se encontraba se partía en dos, por el fuerte movimiento, pero las personas cercanas no daban muestras de desesperación. Su invento había influido en las emociones, y la gente ya no tenía las pasiones primitivas de antes, porque comprendía el motivo.En un momento dado, Mark empezó a triangular el sector dónde se encontraba Madrian.Miles de pensamientos le iban cerrando el paso, y el cruce de imágenes difusas, se fue convirtiendo en una enorme batalla. Era Mark sólo contra todos los que le impedían seguir localizando a Madrian. Pero, ¿por qué?Indagó en las mentes de cada uno, y fue liquidando cada pensamiento en una forma tortuosa e insospechada. Se sintió villano, al ver como tantas mentes caían ante su extraordinario poder, pero su desesperación era aún más fuerte.Rompió con todos, hasta que en cuestión de segundos, la lluvia se detuvo y tanto el fuerte viento como el temblor cesaron.Las gotas de agua parecían casi no moverse, y entonces Mark se tele transportó en mente, siguiendo la ruta del imán terrestre que había trazado.Llegó a otro país, a una casa enorme y antigua, rodeada de una hermosa vegetación. Era un lugar muy amplio, de jardines multicolores, de grandes y frondosos árboles llorones. Algunos pocos animales se podían divisar alo lejos, como también una vieja camioneta de color rojo, cuya parte trasera estaba hecho de palos de madera de fuerte roble correctamente pulido.Mark se encontraba frente a la gran casona, miraba con asombro los antiguos ventanales. El lugar era hermoso, y muy limpio, considerando el aspecto campestre de la zona.Con cierta cautela se acercó a la puerta, hecha con finas decoraciones talladas a mano en sus contornos. Pese a sus detalles, la casa tenía un aire de abandono. Sigiloso y temeroso, tocó la puerta, la cual se abrió con suavidad. Mark estaba muy nervioso, pero su decisión era clara, porque debía encontrar a Madrian. Lentamente subió cada peldaño de unas grandes escaleras que daban a la habitación principal, y con cuidado extenuó sus sentidos, logrando escuchar un sollozo apenas audible. Mark, no sabía donde estaba, pero después de todo lo vivido, debía continuar y se apresuró a subir al segundo piso. El sollozo se acentuaba cada vez más, y de pronto se vio frente a una puerta que era totalmente distinta al resto de las otras habitaciones.Intentó abrir con suavidad, pero la puerta parecía atascada. Luego la empujó con fuerza. Sin lograr abrirla. La voz en su interior cesó, pero curiosamente ya no podía sentir más pensamientos. Estaba agotado, y aún su mente batallaba en aquel silencio absoluto que no quería romper, porque estaba conciente de que su cuerpo se encontraba al otro lado del mundo.Se armó de una palanca, y forcejeó con duros golpes la manilla hasta romperla. Así finalmente pudo entrar, y encontró tendida en el piso una pequeña niña, delgada, de tes muy blanca, que le sonrió con extrema ternura, y se fue contra el en un tierno abrazo. Apenas le reconoció, era Madrian, con un aspecto totalmente inconcebible.Mark le cobijó entre sus brazos, y le procuró calma. La niña, con una apariencia de no más de ocho años, se dejó llevar por la calidez del momento, y con sus ojos llenos de lágrimas miró a Mark y le dijo..- Por fin viniste a buscarme, ya nunca más me sentiré sola y abandonada.Mark le miró con ternura, y le abrazó con fuerza, sabía que le había encontrado, y entonces comprendió la fuente de su poder. Su experimento había quebrantado todas las leyes pre establecidas, y aquella niña era la respuesta, porque sin importar el tiempo ni la distancia, había concebido el milagro de permanecer vivo, en el recuerdo que lo llevaría a nacer, una vez más junto a él.

22 enero, 2009

El nonato de Joel


Que ganas de volver a ser niño, y no tener el conocimiento
que tengo ahora. Algo distinto sería, y este mundo así cambiaría.

Es "abandono", y muchas veces se confunde con la palabra "desprecio" o "miedo".

Ahora lo comprendo, eso significa la "casa", que es la prisión olvidada de dónde no puedes salir, por muy lindo que fuese el lugar, no quieres estar ahí.

Es por eso que siempre quieres tener el control en tus manos,
y cuando no es así, sufres la angustia de no poder sujetarle,
ya que mientras más lo intentas, aprietas su mano, y más
se desvanece entre tus dedos.

Él se fue, cuando eras muy niña aún, y su mano se extendió
para decir adiós desde el cielo, porque sin ser su deseo lo deseó,
y sin ser su momento, aún así partió.

Ahora entiendo porqué lloré también mi primer día de colegio.
Era eso. Esa misma sensación involuntaria de "abandono".

Era algo que compartíamos mucho antes de nacer. Lo entiendo
ahora, las pesadillas recurrentes, los cuestionamientos, la
inconformidad contra la incomprensión, todo eso.

Así, aún me falta una pieza para seguir, y esa pieza por fin
tiene un nombre, porque esa pieza está ahí, esperando,
sigiloso y cercano, desfasado en su tiempo, muy dentro,
y que ahora sé, que dicha pieza que falta, se llama "Joel".



http://www.aciprensa.com/vida/samuel.htm

21 enero, 2009

El ángel caido


Volaba casi sin rumbo y sin fuerzas,había llegado muy lejos para retroceder, pero sabía que no podía parar, debía continuar pese a sus enormes heridas. Aún tenía una misión más que cumplir, pero sabía que en su soledad sucumbiría al cansancio y a la pena. En lo alto, sus alas se extendían, al límite de querer abrazar el viento, y pretender dejarse llevar por la fuerte briza. No obstante ya empezaba a perder altura, y pese a que siempre tuvo auto control, se fue desvaneciendo en el abismo, hasta que empezó a caer.Sus alas se plegaron, rendidas, abatidas,y su entrega a su fatal destino lo encaminó insospechada mente a un lugar del que no esperaba otra cosa diferente a lo ya vivido. Fue entonces, que casi al llegar al suelo, recobró medianamente su conciencia y en un acto reflejo pudo extender sus alas por última vez. Alcanzó a planear sólo lo suficiente como para llegara una zona selvática, y curiosamente cercana a las orillas del mar. En tal jungla se quedó un momento,inmóvil, abatido, y recordó su vida, y todo lo que había hecho y lo que nó, sintiendo la enorme angustia de haber dejado atrás algo muy importante.Su propia historia, sus recuerdos,sus ideas, sus pensamientos retomaban muy emotiva mente aquella guerra de la cual provenía. Recordó sus desventuras,su necesidad, a sus seres queridos que sabía, estaban siendo devorados por el transcurrir del tiempo.Ya nada volvería a ser lo mismo, y nadie le acompañaría en su profundo dolor. De pronto, sin percatarse, con sus ojos aún húmedos y su vista aún nublada, miró el suelo que lo achinaba, sintió un nudo en su garganta que lo envolvió en un profundo llanto, al presenciar una sombra que le acompañaba. Sus heridas eran profundas, no le darían tregua, y aunque quiso incorporarse, apenas pudo ponerse de pié un instante, para poder ver a quién le acompañaba, para luego sólo caer en sus brazos.No sabía quién era, pero sentía conocerle, poseía la imágen del entorno selvático pero limpio de corazón. Le cogió despacio, y sus rodillas se apollaron en el piso.Así, ambos seres se quedaron abrazados, como buscando aquello que alguna ves se pensó perdido. Entonces, el ángel supo quien era, y se refugió en su cometido, dejando al descubierto
por fin sus infinitas emociones.

14 enero, 2009

La Luz al Final del Camino..


Dormía plácidamente, de espaldas
y con su vista concentrada hacia arriba
bajo sus párpados cerrados, como
tratando de mirar algún punto central
en su cerebro.

Desnudo casi por completo, ya que
su cuerpo vestía una especie de túnica
blanca, sin mangas.

En principio, su oído despertaba
paulatinamente, pudiendo apenas escuchar
tan sólo los latidos de su corazón,
que rebozaban con majestuosa intensidad,
al punto de que su pulso se hacía
notoriamente visible en su cuello,
y mas precisamente en su yugular.

Se acomodó un poco, y tras movilizar
lentamente su cabeza para desestrezar
su cuello adolorido, trató de abrir sus
párpados, que aún le pesaban, con el
impulso generado tras el levantamiento
de sus cejas. Así, poco a poco, su visión
pasó de un estado de total oscuridad a
uno de mucha claridad. Su vista aún borrosa
trataba de vencer su parcial ceguera.
Ya cuando logró abrir su ojos por
completo, instintivamente los apretó,
y frunció el ceño, producto de la intensa
luz que emanaba un gigantesco foco sobre
el techo de la habitación.

Ya cuando pudo ver con claridad, pudo
percatarse de que se encontraba acostado
en una delgada camilla, similar a las que
suelen usarse en los quirófanos o salas
de emergencia de cualquier hospital.
Estaba con ambos pies y manos sujetas
por correas de grueso cuero y hebilla,
que en definitiva le inmovilizaban,
aferrados a la gruesa estructura que
sostenía la cama.

Trató infructuosamente de liberarse,
pero no pudo, pese a que era
un joven de asombrosa envergadura
física, un cuerpo atlético y de
gran fortaleza.

Levantó como pudo, su pesada cabeza,
y dió un vistazo a su alrededor, pero
no vió a nadie. La habitación, era
acolchada con cuero en sus paredes,
llenas de botones revestidos que
afirmaban la gruesa tela, de no más
de cinco metros y medio cuadrados,
y una altura que bordeaba los 3 metros.

No se distinguía ninguna puerta en
aquel lugar, y Joel, prácticamente
inmovilizado, sólo se resignó a
esperar, mientras salía de su
somnoliento estado.

Pasaron así algunas horas, y Joel
no intentó gritar o llamar a alguien
en ningún momento, porque temió,
que dadas las extrañas circunstancias
en que se encontraba, podría ser
contraproducente. Por tanto cerró
su ojos nuevamente.

Pasó un buen rato, ya totalmente
recobrado, en conciencia, sin alterarse,
ejerció discretamente presión sobre
las correas que aprisionaban sus manos,
sin lograr siquiera liberarse un poco.
Lo que sí notó, es que mientras más
forcejeaba las dichosas amarras, más
se tensaban. Entonces pensó en que
aquel lugar estaba muy meticulosamente
diseñado e impecable, como para
contener descuidos. Miró entonces
hacia las paredes, y contó cada
panel cuadrado que la formaba,
descubriendo que milimétricamente,
había uno distinto, como entreabierto,
que apenas se notaba, oculto en una
esquina. Luego, pensó en las correas
que sujetaban sus manos, y que estas
también estaban diseñadas en forma
precisa, por tanto las dos eran
exactamente iguales, así como las
de sus pies, y la tensión que ejercían
estaban predispuestas en igual forma.

Entonces, recordó que era zurdo, y
que siempre el cuerpo difiere en tamaño
en cuanto a hemisferios, desarrollándose
casi siempre el lado más usado. Así,
es que puso a trabajar su mano derecha,
y con suaves movimientos circulares
intentó desplazar su mano a través de
la correa, pero estaba muy ajustada.
Después de un larguísimo rato, producto
del calor generado, la cuerda se expandió
tan sólo un poco. Joel mientras tanto
en su desesperación y aparente calma,
transpiraba.

Ya cuando no pudo dilatar más la amarra,
prosiguió con el siguiente paso.
Entonces, volteó su mano hacia abajo,
y escondió su pulgar bajo el resto
de sus dedos, apoyando toda su mano
contra el pulgar. Luego de eso, con
un rápido movimiento alzó todo su
cuerpo como pudo, y lo embistió
contra su mano. Un crujido que se sintió
en toda la habitación, y Joel apretó
con fuerza sus dientes, evitando morder
su propia lengua, mientras desencajaba
su dedo pulgar, aprovechando un defecto
de nacimiento.

El dolor era insoportable, y embistió
su cuerpo una y otra vez, hasta romper
con tres de sus dedos. Su pulgar quedó
tan destrozado, que se hizo uno con el
resto de su mano, y entonces sintió que
la posibilidad de liberarse se encontraba
próxima, al sentir que ya podía desplazar
toda su aplastada mano por la correa.

La hebilla, le ayudó un poco, ya que era
la zona más ancha, y por dónde con mucho
esfuerzo pudo pasar su dedo pulgar, que
era el impedimento para zafarse.

Una vez liberado de su mano derecha,
mantuvo la calma, y permaneció unos
segundos, en total silencio. Luego,
muy lentamente tomó la siguiente
hebilla que aprisionaba aquel mismo
brazo, pero desde más arriba.
El dolor era insoportable, y con
apenas un par de dedos útiles, logró
la paciencia suficiente para soltar
su brazo completo.

El resto de las hebillas, ya era historia
con un brazo liberado.

Joel se incorporó, y luego de lograr
sentarse un rato en la camilla, se puso
a observar desde una ya mejor posición
aquel lugar.

El silencio de la habitación era
abrumador, y aunque el lugar parecía un
laboratorio experimental, no se sintió
observado. No había cámaras de seguridad,
todo era blanco absoluto, salvo las correas
que aún estaban prendidas a la cama.

Joel casi no emitía sonido alguno, no quería
ser descubierto, y pese al dolor, tomó sus
dedos con fuerza, logrando reubicarlos
dolorosamente, pero sin gritar.

Sus manos temblaban, y sus piernas parecían
no responder con la estabilidad que necesitaba
sentir.

Se aproximó hacia el rincón que supuestamente
había visualizado como distinto, pero no
encontró mayor diferencia como pensaba.
Aún así, trató con sus manos de tomar el
escurridizo panel, sin poder lograrlo, ya
que sólo podía ejercer algo de fuerza sólo
con su mano izquierda.

Necesitaba algo para hacer presión y lograr
mover alguno de los paneles, pero cual estaría
lo suficientemente suelto como para poder
quitarlo, eran 25 por cada muro, en un
cubo casi perfecto, salvo el techo.

Volvió entonces a la cama, y trató de desaflojar
algunas de las correas para aprovechas las hebillas
como instrumento de palanca, ya que la cama
no representaba ninguna utilidad aparente,
si más encima se encontraba totalmente fijada
al suelo.

Ninguna hebilla cedía. Entonces en su desesperación
Joel se sentó en el piso. Y meditó, y se cuestionó
el por qué se encontraba en tal situación. Era una
situación totalmente ilógica y fuera de sí.

Luego de un rato, casi al borde del sollozo, recordó
que el extremadamente blanco color de las paredes,
y que lo único distinto era el tono claro y café
de las correas, lo cual coincidía plenamente con
el color de los botones que sujetaban los paneles,
los que a su vez, poseían la misma forma, de unos
espacios que las correas tenían.

Entonces, rápidamente volvió hacia uno de los muros
y como pudo, rompió su túnica logrando fabricar una
delgada pero resistente tira, con la cual envolvió
uno de los botones como simulando una bufanda desde
la base del botón, cosa que no fue fácil. Lo tiró
con fuerza, logrando desprenderlo. Lo tomó y se
dirigió hacia la camilla, y trató de encajarlo en
el espacio, como si fuese una llave, pero no encajaba.
Inmediatamente trató con otra, y falló, luego otra
y así sucesivamente, sin que en ninguna encajara.

Frustrado, pensó en sacar otro botón, y así sistemáticamente
se armó de profunda paciencia, logrando desprenderlos
todos. Los que una vez probados, uno por uno, y al ver
que ninguno servía, los esparció en el piso, en un
puñado frente a él, que ya a esas alturas, se encontraba
totalmente extenuado por el esfuerzo y el stress.

Sentado, cariz bajo, con sus piernas entrecruzadas, empezó
a perder las esperanzas, y jugueteó un rato con los botones.
Los tomaba, y los empuñaba una y otra vez entre sus manos,
viendo la inutilidad de su esfuerzo. Hasta que de pronto,
dos de ellos quedaron juntos, casi como enganchados. Todos
los botones eran distintos, y curiosamente, en el revuelo
dos de ellos quedaron casi por azar muy próximos como si
fuesen una sola pieza. Visto esto, Joel, empezó a juntarlos
y trató de ir ensamblando. En su mayoría ninguno acoplaba
con ninguno, pero ocasionalmente la dupla se hacía.

Una vez conseguido el objetivo, tomó la primera dupla,
y realizó el mismo intento con dada una de las hebillas.
Logrando zafar una de ellas.

Luego corrió hacia el muro, y trató de hacer palanca sobre
uno de los paneles, pero la hebilla era demasiado pequeña
como para ejercer suficiente fuerza con ella. Entonces
pensó que necesitaría el resto.

Así, fue como poco a poco, botón tras botón, hebilla tras
hebilla, fue armando y acoplando las hebillas, que a su
vez, entre sí encajaban muy bien, y con las cuales pudo
fabricar su tan ansiada palanca.

Con mucho esfuerzo, logró desprender uno de los paneles,
encontrándose, con un muro totalmente liso y sólido.

Furioso ya a esas alturas, procedió con el que estaba
inmediato, encontrándose con la misma situación.

En una hora de arduo trabajo, dejó uno de los muros
totalmente despejado, y libre, para sólo descubrir,
que toda la superficie era de material sólido y sin
ningún tipo de marca, o indicio de entrada.

Pensó y pensó, una y otra vez redundante sobre el
problema y sentado desde una esquina abrazaba sus
piernas y miraba con atención los paneles liberados.

De pronto, miró la cama y alzó luego su mirada hacia
el altísimo techo iluminado. Era evidente, sin no
hay puertas, ventanas, ni entradas ni salida, y él
estaba ahí, era claro que debió ser ingresado por
algún sitio, aunque este fuese inalcanzable. Se
levantó rápidamente, con renovada energía y colocó
los paneles que había retirado de tal forma que
se auto fabricó una especie de mueble abstracto,
sobre el cual se paró. Aún así era imposible
alcanzar el altísimo techo, por lo que rápidamente,
se puso a sacar el resto de los paneles de las
otras paredes faltantes.

Prontamente, y ya con una refinada práctica, le
iba siendo cada vez más fácil, desde el punto de
vista técnico. El cansancio lo agobiaba, pero
logró desprenderlos todos.

Construyó prácticamente una torre, que quedó bastante
estable, porque, curiosamente, todos los paneles
ensamblaban perfectamente.

Una vez arriba, y como pudo, logró llegar hasta
el techo, pero aún faltaba algo para romper la
estructura que servía de soporte a la iluminación.

La luz era intensa, y no le dejaba ver con claridad,
pero dudó en sabotearla, ya que era la única fuente
de luz, y sin ella quedaría totalmente a oscuras.

Pero que podía hacer, la luz no le dejaba ver, y
la otra alternativa era la oscuridad.

Decisiones... que era lo correcto, que debía hacer
si ya casi estaba a punto de escapar, o al menos
eso parecía...

CONTINUARA...

12 enero, 2009

Descanso


Descanso

Sinónimo iluso de "Vacaciones".

Cada cierto tiempo, la humanidad ha decidido
dejar un día festivo, cada 7, como una especie
de tributo a algo que los humanos suelen llamar
descanso.

No obstante, podríamos preguntarnos, que es
y que significa este tan ansiado término.

Podría ser, tal vez, como dice una publicidad
de un conocido bebestible, haz todo, haz nada.
O podría ser todo aquello que cada sociedad
impone, según costumbre, hábito, creencia, o
lo que sea.

En realidad, el verdadero descanso no existe
y más bien se trata de la realización de un
cambio de actividad en la vida, en que los
humanos, por un lapso de tiempo, deciden
invertir tiempo, en aquello que les fue
enajenado producto de esta sociedad que
todo lo impone.

Entonces, aunque las apariencias nos engañen,
y lo que veamos se parezca a una especie de
reposo, tanto el cuerpo como la mente nunca
descansan en realidad, y como parte de la vida
todo sigue funcionando, en una constante búsqueda
de aquello que tal vez nunca encontremos, algo
que solemos denominar, "paz".

Así es como nuestros párpados se juntan y nuestros
ojos apunta hacia arriba, como señalando un deseo
de querer visualizar nuestros propios pensamientos.

Dormir boca abajo, por ejemplo, nos permite buscar
en lo más profundo de nuestros pensamientos,
o recuerdos, ciertos anhelos, que por
diversas circunstancias de la vida se nos ha
arrebatado, que se encausan más allá de lo
comprensible. Como queriendo proteger aquella
preciada intimidad de nuestra mente.

Dormir boca arriba, por el contrario, nos suele
conducir hacia la búsqueda de otras libertades,
que se encuentran más próximas a nuestro propio
entorno. Como queriendo exponer aquello que
hemos experimentado en nuestra vida, como
una forma de querer compartir más allá de
los límites conocido, lo que vemos, o lo que
percibimos con nuestros sentidos.

Que es descanso entonces. Una mera ilusión,
una concepto que pretende alejarnos de
la rutina.

Pese a todo aquello, suele suceder que
después de un paseo, nos sentimos igualmente
cansados, y a veces hasta más que antes.

Pero existe algo que siempre motiva nuestro
espíritu de querer seguir adelante, con o
sin vacaciones, sin importar si dormimos,
o el frío o el calor que nos agobia constantemente,
y eso se llama espíritu, esperanza, vigencia,
deseo, anhelo, sueños, que en cualquiera
de sus significados concebibles, será
por siempre, un deseado "momento".

La vida en sí, transcurre en base a esos "momentos",
y auque nos parezcan largos los malos, y cortos
los buenos, como larga la ida, y breve la vuelta
es y será un concepto que jamás podremos
detener. Entonces, en la forma que mejor podamos,
hay que saber disfrutarlos plenamente, y tratar
de recordarlos, para poder contar con ellos
cuando el descanso se haga cada vez más necesario.

Dicho esto, se entiende entonces el sentido que
tiene la eternidad, que aunque sea por un pequeñísimo
instante se nos expone como toda una forma de vida,
donde el universo es aquello que nos rodea y
también es aquello que se encuentra dentro.

Así mismo, el cansancio es la manifestación clara
de nuestro no querer, como el descanso es un paso
mas cercano hacia nuestra voluntad, rodeada de la
más profunda paz y libertad, dónde ni la gravedad
es ley, donde ni la profundidad tiene límites,
dejándonos un breve espacio en donde podemos
respirar el cálido aroma de un atesorado "momento",
llamado "descanso", que finalmente durará por toda
una eternidad.

Luego... quién sabe si todo continuará...

07 enero, 2009

El Articulado de Joel




Solía tener una característica bastante poco común,
y cuando pequeño descubrió por primera vez que
su transfiguración lo llevaría a tomar la senda de
ser un ser único.

Accidentalmente, un día lluvioso, Joel se dispuso
atravesar la ciudad, ya que había perdido el bus,
y trotó con sus livianos pasos cual gacela, por
la mojadísima vereda. Era un paisaje hermoso,
armónico en sí, de enormes casas en las cuales
se denotaba la preocupación por el buen cuidado
de sus hermosísimos jardines.

Joel siempre admiraba aquel camino,
y muchas veces solía disfrutar de una tranquila caminata
en solitario. Pero aquel día fue extrañamente distinto,
ya que bajo aquella inesperada lluvia, empezó a soplar
con mucha intensidad un poderoso y frío viento de primavera.

A lo lejos se veía apenas, la figura de un niño de no más
allá de 3 años de edad, que corría con sus torpes pasos,
tras su escurridiza pelota, justo en dirección hacia la
avenida.

Instintivamente Joel aceleró su marcha para poder distinguir
de mejor manera aquella desventurada figura, y al poco de
aproximarse notó la despreocupada actitud del pequeño.

Al poco rato el trote se transformó en carrera, y luego
en desesperación. No fue más que su intensión de salvar
a aquel pequeño que se encausaba hacia la avenida en donde

Joel sin darse casi cuenta, sintió que sus piernas se
torcían inusualmente, como si sus rótulas se salieran
de su cause normal. Pero la adrenalina estaba lo
suficientemente elevada a tal punto que el dolor fue
rápidamente ignorado. Sus pasos se alargaron notoriamente
durante la carrera hasta que finalmente ambas piernas
cedieron al esfuerzo doblándose hacia atrás, en forma
contraria a la normal articulación. En ese momento,
Joel sintió un dolor insoportable, pero nunca dejó
de lado su mirada de aquel niño, y ya faltando
tan sólo 3 metros saltó impulsado con una fuerza
insospechada, pese que ambas piernas se encontraban
dobladas desde sus rodillas, totalmente al revés
de su forma natural.

Brincó exactamente en 45 grados, un ángulo extremo
para alcanzar al despreocupado niño del camión que
se aproximaba. El choque era inevitable, pensaba
Joel, mientras el tiempo parecía detenerse mientras
en aquellos escasos segundos se encontraba alzando
su brazo izquierdo más allá de los límites de su
alcance.

Extrañamente, fueron no más de dos segundos, que
le parecieron a Joel, varios minutos, y mientras
parecía casi detenerse en el espacio, su cuerpo
giraba, y por su agudizado oído se percataba a
la vez, de que detrás de él se venía otro trailer.

Su ojo izquierdo, rápidamente volteó hacia atrás,
de una forma tal que desformaba totalmente la
armonía de su rostro, mientras el otro aún permanecía
fijo, sin perder de vista al niño.

En cuestión de fracciones de segundos, ambos
enormes camiones chocaron entre sí, quedando
Joel prendido del niño con sus estirados brazos,
mientras rodaba por debajo de uno de los camiones.

El niño muy asustado, quiso llorar, pero su
reacción fue totalmente neutralizada por el
asombro plasmado en su palidecido rostro, al
ver el rostro de Joel.

Sus ojos estaban totalmente fuera de sí, y
miraban al muchacho y al camión en forma
totalmente independiente.

Joel, aún no se percataba de su actual estado,
y sólo el inesperado llanto del niño lo hizo
reaccionar y retraer su desencajado rostro,
y extremado cuerpo.

Mientras los padres del chico corrían en
dirección del accidente, una fuerte explosión
se hizo presente, haciendo que Joel saltara
lejos del lugar varios metros.

Al breve, Joel recobró la conciencia en una
clínica, ante el asombro de los médicos que
lo atendían, mientras trataban de entender
el porqué de sus heridas.


Joel se encontraba en observación, y sin
muchas posibilidades de poder moverse con
todos los vendajes y drenajes que cubrían
su cuerpo. Tan sólo, su peculiar mirada
le daba un alcance más allá de los límites
concebibles. Entonces no tuvo más remedio,
y se resignó a esperar en aquella iluminada
habitación.

No pasó mucho tiempo, y sintió deseos de ir
al baño, aún pese al drenaje que le habían
colocado en su uretra. Y trató de pedir
ayuda. Lamentablemente no podía hablar,
debido a su desencajada quijada. En su
desesperación manoteó con fuerzas, al
punto de hacer que la cama en que se encontraba
se movió bruscamente, golpeando el velador
adjunto, provocando que se rompiese un
florero que adornaba dicha habitación.

Entonces, el sigilo lo consumió en cuestión
de segundos, y sus ojos se reubicaron, fijando
su mirada en los pedazos que esparcidos en
el piso. Así, inmóvil, con su visión prácticamente
normal, dejó de ver dos imágenes por separado,
y en la medida que transcurrían aquellos breves
segundos, que le parecieron horas, sucedía
lo inesperado. Su quijada empezaba, lentamente,
a reubicarse, así como sus amoratados pómulos,
lo que sintió lastimosamente, ya que la anestesia
a la cual había sido sometido empezaba a dejar
su apaciguante efecto.

Sentía como se movía y reubicaba cada uno de
sus huesos, así como su tan destrozada nariz
se reconstituía hacia una total normalidad.

De pronto, en un reflejo casi involuntario,
su cuerpo, aún adherido a todo el vendaje y
el conjunto de tubos, se contrajo en un sólo
gesto de profundo dolor, a tal punto que
todas las conexiones y prendas se fueron
soltando en la medida que iban siendo
expulsadas de su cuerpo.

Al poco tiempo, se reincorporó, sacudió su
cabeza y nuevamente se recostó sobre la cama,
mientras su ya normal mirada, se pegaba al techo,
en un aire de total alivio, al recobrar el
oxígeno que se había extinguido en su total
compresión.

Rebozó sus pulmones de aire, y nuevamente
volvió a quedarse dormido.

No pasaron muchas horas, hasta que un grupo
de médicos, un hombre adulto de mediana edad,
que guiaba a un grupo de jóvenes practicantes
se acercaron a Joel, y se alarmaron con la
nueva condición del paciente. No entendían
como podía estar casi totalmente normal,
sin los tubos, y con las vendas esparcidas
por doquier. Miraron, y pidieron ayuda a
urgencias, ya que Joel aún se podía ver
con restos abundantes de sangrado.

Así, prontamente Joel fue sacado de urgencias,
y mientras lo encaminaban al pabellón de cirugías,
logró ver las luces que sobre el pasaban rápidamente,
en la medida que era transportado por un largo
pasillo, hasta llegar a un ascensor. Una vez allí,
sólo abrió los ojos para preguntar por el niño.
El estaba bien, le respondieron, siendo suficiente
respuesta para volver a su anterior estado de
inconsciencia.

Fue reconectado a unos electrodos, y otros aparatos
que permitían observar sus signos vitales, los que
se mostraban sumamente débiles. Sobre todo el corazón,
el cual mostraba una errática funcionalidad. Posiblemente
una arritmia, con un pulso sumamente bajo,
que empezó a preocupar al grupo médico.

Los doctores, hablaban entre sí, como murmuró
irreconocibles, mostrando desesperación a medida
que las horas pasaban a la vez que los signos
vitales de Joel se desvanecían.

Entonces, pasó lo que tanto temían, y su pulso
bajó rápidamente, mientras que la temperatura
de su cuerpo bajaba irracionalmente.

Los médicos, no daban ya muchas expectativas al
caso, y procedieron con el acostumbrado protocolo
de resucitación. Entre inyecciones y golpes de
cargas eléctricas, trataron infructuosamente de
reanimar a Joel, pero nada surtía efecto.

Lo que más llamaba la atención era lo rápido
que seguía bajando su temperatura, a tal punto,
que su cuerpo empezó a emitir un vapor propio
del contraste de temperatura entre lo ambiental
y su cuerpo.

Joel no reaccionaba con nada. De pronto, una
de las asistentes, comenzó a notar que una de
las manos del joven empezaba a gotear un líquido
blanco y transparente, como si fuesen gotas de
sudor, pero que en la medida que caían se iban
cristalizando, a tal punto que se empezaba a
formar una extraña forma en el suelo, algo así
como una escarcha que se iba acumulando en el
piso.

En pocos segundos, sus manos parecían congelarse,
así como sus pies, y luego sus extremidades
en general. Aquel frío profundo se iba expandiendo
sigilosamente desde sus extremidades, sin que el
grupo médico lo notase aún, salvo la enfermera que
se quedó perpleja mirando su mano.

En un momento dado el frío se empezó a sentir en
toda la habitación, y los médicos no pasaron por
alto este detalle, dando la orden de temperar el
lugar. El asistente accedió, indicando que ya
había subido el aire acondicionado, y que se
encontraba al máximo. Pese a ello, la temperatura
seguía descendiendo.

Prontamente el cuerpo de Joel, se empezó a enfriar
hasta el punto de congelar los instrumentos que
intentaban utilizar los médicos, y que rápidamente
se tornaban insostenibles.

Ante el asombro, el grupo médico se alejó cuidadoso
de la camilla en donde se encontraba el ya escarchado
cuerpo de Joel. La temperatura seguía bajando en
una forma casi insostenible, causando preocupación
que rápidamente se convertía en pánico.

La asistente que había sido la primera en observar
aquel fenómeno, aún no recobraba el sentido, y yacía
de pie e inmóvil desde hacía ya un buen rato.

La otra asistente, fue dominada por el susto,
y se encausó rápidamente hacia la puerta, la cual
no se habría dado que la cerradura ya se encontraba
totalmente congelada, y la manilla endurecida y
resbaladiza no cedía.

Los médicos, trataron entonces, de romper los
vidrios con algunos artefactos, mientras observaban
con terror como se iba congelando la asistente que
se había quedado inmóvil producto ya del congelamiento.

Uno de los doctores, sujetó fuertemente una silla y
la aventó hacia el ventanal principal, percatándose
que en la medida que se acercaba al impacto, esta
se iba congelando y fusionando con el vidrio, al
punto de quedar pegada al ventanal, fusionada desde
una de las patas.

El frío era prácticamente insoportable, como millares
de agujas que se fuesen clavando por todas partes,
y acentuándose en aquellos lugares cercanos a las
paredes o a la camilla donde se encontraba el cuerpo
de Joel.

En un momento dado uno de los 3 médicos trató de girar
para poder los aparatos que ya se encontraban totalmente
cristalizados por el hielo, produciendo que una de sus
piernas se quebrasen como si fuese un cristal, provocando
su inmediata caída.

Esto espantó a los otros dos doctores, quienes aterrados
pudieron observar como su colega quedaba inmovilizado,
con su rostro fusionado al piso.

Todos trataban infructuosamente de gritar, o llamar
la atención de alguna de las cámaras de viligilancia,
que a esas alturas ya se encontraban obstruidas e inutilizadas.

En pocos instantes, toda aquella habitación parecía un
gran cubo de hielo, expandiéndose hacia fuera de la entrada,
e inundando los pasillos más próximos.

La gente más cercana a aquel sector, acudió rápidamente
al lugar, algunos curiosos, y otros asistentes de seguridad.

Un par de pacientes, los más cercanos, aún con sólo sus
blancas batas, se apegaron al ventanal que daba a la puerta
del quirófano. Trataron de observar hacia el interior, y
procedieron a limpiar un poco el vidrio con sus propias
manos, mientras escasamente pudieron distinguir los cuerpos
del grupo médico, y el cuerpo congeladísimo de Joel sobre
la camilla. A los pocos segundos, las manos de ambos curiosos
se fusionaba y escarchaba conjuntamente con el ventanal.
El primero que había llegado, ya se encontraba congelado,
mientras el segundo le miraba aterrado al momento lograba
desprender una de sus manos del dichoso ventanal, sólo
para percatarse de que había perdido 3 dedos de su mano
derecha, y por completo su mano izquierda. Así, aterrado,
se fue como pudo, corriendo erráticamente por el pasillo,
totalmente fuera de sí.

El resto de las personas que estaban aproximando, sólo
atinó a ver su desesperación y tomar las precauciones
de no acercarse a aquel blanqueado pasillo.

Rápidamente todo el lugar fue invadido, tanto el pasillo,
como las escaleras de emergencia, provocando que las
personas de todo el edificio quedasen atrapadas, sin
ninguna posibilidad de escape.

Algunos de los vehículos que iban pasando por las
avenidas próximas al edificio, patinaban en la escarcha
que ya se había formado en el suelo, produciéndose
innumerables accidentes, y muchos más casos de personas
que se iban congelando en el camino.

Tanto reporteros, ambulancias, bomberos y el mismo
ejército, rodeó rápidamente aquel edificio, manteniendo
una distancia lejana y bastante prudente.

Los noticieros pronto provocaron no sólo el pánico
en la ciudad, sino también en las ciudades continuas,
y la atención mundial por aquél fenómeno que irreparablemente
seguía creciendo y expandiéndose.

A los pocos minutos, toda la ciudad fue convertida en hielo,
y el ejército tomó el asunto en sus manos, como un tema de
resguardo nacional.

Rápidamente se improvisó una reunión entre presidentes,
por vídeo conferencia, involucrando en su totalidad a las
máximas autoridades de la milicia de todos los países.
Así con la mayor prisa posible, la decisión fue unánime.

Realizadas todas las consultas pertinentes se comunicaron
con el presidente del consejo universal, formado desde
la última guerra mundial, y que tenía por objetivo existir
para fines de pacificación y situaciones totalmente extremas.

Se comunicaron con Martillo, un satélite militar que se
encontraba con lo último en tecnología nuclear, disponible
para esa época, pero lo suficientemente poderoso como
para hacer desaparecer a una metrópolis enorme. Y aunque
esa no era el objetivo de su existencia, el tema no tenía
semblante de parar, dada la magnitud y rapidez del crecimiento
de la maza de hielo que iba invadiendo todo cuanto tocaba.

La orden fue dada con total serenidad y energía. "Fuego"
se escuchó, y a los pocos segundos, desde el cielo se
podía visualizar un delgado haz de luz, que se enanchó
en fracciones de segundos.

Aquel lugar fue literalmente aplastado por el calor, y muchos
que se encontraban incluso a kilómetros sucumbieron ante la
arrolladora expansión del impacto.

Muy a lo lejos, un silencio se apoderó en todos los lugares,
y sin más las miradas quedaron fijas en el horizonte que
se oscurecida tras el nubarrón que se formaba en forma de
un gigantesco hongo.

Pasaron así varias horas, y la gran nube empezaba a dar
muestras de disipación. Algunos helicópteros se atrevieron
a rodear por las cercanías de la ciudad que se encontraba
totalmente destruida, sin siquiera dar muestras de que
en aquel lugar pudieron existir grandes rascacielos,
edificios en general o casas. Todo se encontraba totalmente
aplastado, y convertido en arena. Tal vez por algo, al
satélite le llamaban "Martillo", dado su poderosa fuerza
para, literalmente, "aplastar" a toda una ciudad.

Los helicópteros portaban algunos reporteros asignados
para poder dar testimonio a la humanidad de la magnitud
del acontecimiento, ya que se trataba de una de las
grandes ciudades que se manifestaban como prósperas
por sobre las demás. - Un verdadero titánico ha caído,
decía uno de los reporteros, mientras otros narraban
con ojos llorosos aquellas imágenes.

Con una cámara especial, una de las reporteras, Mabel,
logró por algunos instantes, enfocar adecuadamente en
dirección hacia el centro del epicentro, logrando captar
un minúscula y extraña figura esparcida en el piso,
que se movía muy débilmente, tratando de incorporarse.

--- o ---

En un local lejano, un bar, mientras todos veían con
asombro aquellas imágenes en un TV de alta definición,
uno de los clientes, dijo, - yo..yoooo.. yo le conozco..
es.. es.. Joel, el es mi hermano... noooooooooooo!

Ante aquella aseveración, el silencio se hizo presente
en aquel lugar, y por unos segundos, todos voltearon
para ver a Kael. Entonces el pánico se apoderó de aquella
cantina, y todos corrieron en distintas direcciones,
atropellándose, mientras otros pisoteaban a los que
iban cayendo al suelo producto de la desesperación.

Entonces, Kael se quedó totalmente sólo en la cantina,
y dijo - Nada sucede, yo no me estoy congelando.. no se
vayan, nooo, no me dejen... esperen...

Una vez dicho esto, su cuerpo se empezó a tornar de
un color rojizo intenso, ante el asombro de los pocos
que aún no alcanzaban a salir del todo.

Entonces el calor de la habitación fue rápidamente
tornándose en insoportable... hasta que las paredes
prontamente comezaron a incendiarse, conjuntamente
con el inmueble, en una forma totalmente espontánea
y frenética.

Fuertes explosiones se empezaban a sentir al rededor
de aquel lugar, partiendo principalmente por aquellas
en donde se expendía productos derivados de combustibles,
como bencineras, y centros médicos que usaban productos
energéticos e inflamables.

--- o ---


Mientras todo esto sucedía, Mabel desde el helicóptero,
se sintió sofocada y angustiada. Era hermana tanto
de Joel, como de Kael, y sin saberlo podía sentirlos.
Era algo que hacía muchísimos años no había sucedido.
pero que en aquella rara ocasión se hizo presente,
tal cual como si fuese la primera vez.

Mabel, sabía lo que significaba, pero no lo aceptaba,
otra vez no. Tan sólo podría observar y tratar de
contenerse, pero aquello era imposible, porque lo
sabía que lo realmente devastador estaba por venir...

Así fue como sus ojos cambiaron abruptamente de color,
y sus lágrimas iban perforando lentamente el casco
del helicóptero.







ALGÚN DÍA CONTINUARÁ...

05 enero, 2009

"El jardín secreto"



Hoy ha sido un día muy especial.
Sorprendentemente desde las 11:46,
he tenido gratas sorpresas.
Y pese a ser de naturaleza solitario,
he sentido el cariño de personas que
de alguna u otra forma han estado
siempre.

E-Mails, llamados telefónicos,
incluso me han venido a ver. Ha sido
fantástico, y tan sencillo.

Una de estas visitas, fué una persona
de menuda y estilizada figura, de muy
blanco aspecto, y una sencillez
conmovedora. Tenía una dulce voz,
y con su natural suavidad, me habló
literalmente de un concepto conocido
como:

"El jardín secreto"

Fué tan sólo un breve instante, apenas
unos pocos minutos de cordial conversación,
pero suficiente para quedar perplejo
y que aquella frase no pasara desapercibida.

Quizás, a veces no seamos capaces de ver
lo que por evidente se manifiesta como
una reiteración, un mensaje, una
pista que seguir.

Tal vez, no se trate de un lugar, sino,
más bien de aquello que siempre está
intrínsico dentro de nuestro ser, y que
de alguna manera nos acompaña siempre
en esta extraña forma de libertad,
llamada soledad.

Es curioso, pero son cosas que sin buscarlas,
las encuentro.

Por algo será...