15 marzo, 2013

Biométricos



        La cepa había dado sus frutos, y los análisis corroboraban lo que se temía desde hace siglos… La expansión numérica de la especie crecía a un ritmo vertiginoso, y podría estar fuera de control…

Notas de Laboratorio:
         Después de haber probado con distintas especies, esta última resultaba prometedora, no sólo por la fácil aceptación al conceptos de convicción llamado “libre albedrío”, sino por la autosuficiencia para superar numerosas pruebas de climatización y adaptación al medio, incluso alcanzando el logro asistido de la asimilación del progreso y de la tecnología inculcada, especialmente basada en los biométricos, implementados en televisores, cámaras, celulares, y todo aparato capaz de registrar presencia orgánica inteligente.

          En principio, hace algunos miles de años, al igual que hace unos cientos, el análisis conductual de las especies, era posible mediante los continuos informes de los “Observadores”, quienes, mimetizados, lograban interiorizarse del comportamiento y las conductas de los habitantes del planeta, en sus distintas razas. Este grupo de seres, hoy en día, trabajan arduamente, y ahora más que nunca, contra el tiempo, sin ser percatados, y son poseedores de la habilidades empáticas, que por breves instantes, les permiten percibir los sentidos de cualquier habitante elegido, para su evaluación.

          Hace unos siglos, después de la creación concepto “dinero”, los habitantes quedaron sujetos y dependientes a su fuerte influencia. El agraciado intento de introducir en sus esencias la codicia, permitió enfocar y mantener ocupada sus mentes en una continua lucha por poseerlo. Esto había funcionado perfectamente, por siglos, pero la evolución y el crecimiento eran algo inevitable, por consiguiente, el concepto fue cambiado a “transacción”, lo que permitió acelerar algunas observaciones que se necesitaban al más breve plazo. Quedaba poco tiempo, y mientras los habitantes consumían sus vidas en la obtención y resguardo obsesivo de bienes y poder, los “Observadores” tomaban notas de sus estados emocionales y conductas.

Por otro lado, la clasificación era indispensable, dado el actual número de habitantes por metro cuadrado. Como esto había crecido exponencialmente, la cuantificación padecía el peor de los males, la falta de un total control individual.

Decidieron entonces establecer algunas marcas, que genéticamente fueron implementadas, apenas notorias y camufladas como si fuesen “manchas” propias de la piel, ubicadas en la cien, y en algunos casos, en el tobillo, lo que fue perfecto y pasó desapercibido.

La transmisión sensorial de estos dispositivos, no sólo permitía ubicar a los elementos seleccionados, sino además, permitía el análisis de las interacciones, y un mejor desempeño en la transmisión.

Aún así, pese a todas estas medidas establecida, fue necesario agregar y reducir gradualmente el tamaño de nuevas tecnologías entregadas a los habitantes, de tal forma que fuese portable en cada uno de ellos. Esto aliviaría el excesivo trabajo de los “implantes genéticos” y de los “Observadores”.

La transferencia de datos se coordinó adecuadamente y se convirtió en globalizada, las velocidades de transmisión de datos fueron mejoradas gradualmente, al igual que la velocidad de los microprocesadores. Cada habitante, de las congestionadas ciudades, poseería un dispositivo en línea, el cual sería capaz de captar imagen, sonido, contacto táctil, y visión ocular, lo que sería transmitido a una gran central, sin que el portador lo notase.

Adicionalmente, se fueron produciendo algunos fenómenos, como es la presencia de algunos síntomas, como dolores de cabeza, sueño, el olvido, la inconformidad, la exacerbación del auto estima, la baja tolerancia y la distorsión en la apreciación del tiempo. Muchos de estos elementos, en sus casos más extremos, según su grado, han sido llamados “stress”, “paranoia”, e incluso “locura”, lo que sumado a los espacios publicitarios, intervenidos y subliminales,  han permitido que todo se fuese auto regularizado por si mismo, siendo de esta manera, aceptados por los habitantes a modo de consultas psicológica, médica, asistencia social, u otras fuentes de negocio, propios de toda sociedad que pretende oportunidad ante el infortunio o una necesidad.

Lo complejo, no ha sido la recopilación del grueso volumen de información, sino, su codificación, entre lo tecnológico y lo orgánico. La tecnología por su parte, permitía la distracción permanente de la mente de los habitantes, no obstante, producto de la evolución, el cuestionamiento personal comenzaba a florecer inoportunamente, en alguno de ellos, aún no clasificados.

Llegado el momento, el nuevo orden se establecería, y como en muchas generaciones y especies,  la auto regulación del exceso de habitantes se produciría como de costumbre, a razón de la historia, hasta lograr un óptimo de un cuarto de la población global.

Toda esta preparación, permitirá finalmente adecuar este mundo, como se ha venido haciendo con otros, para la implantación de estos nuevos habitantes que traemos, para que se desarrollen con plenitud, hasta el día en que por fin podremos coexistir en este universo, fuera de nuestro mermado hábitat, gracias al impecable trabajo de nuestros “Observadores”, las “manchas” y la oportuna implementación de los dispositivos tecnológicos, llamados “biométricos”.

Nota Nro. 20240602-2048 Laboratorio Central



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