27 marzo, 2015

Vínculos

El tiempo es un concepto abstracto de este universo, lo medimos, lo esperamos, y sea como sea, pasa sin detenerse jamás.
Hace muchos años, un niño de menuda figura, extendía sus manos para recibir de sus hermanos, un pedazo de diario, en él, había leche en polvo, que en general se repartían de la mejor forma posible. Aquel niño, con pocas esperanzas de vida, y cuestionado de paternidad, fue entregado a una familia ajena, bajo pretextos que sólo los adultos tienden a justificar. Tras una vida precaria, con escasos recursos y muchos hermanos, el conflicto del cuestionamiento se impregnó seguramente en la mente de una madre que dudó, y permitió la entrega. Quizás para protegerlo, o proteger a la familia, o quizás para ocultar una verdad, ante un padre de dura vida, carente de sutileza y comprensión, o del perdón.
Con menos de dos años llegó, a un hogar conformado por tres personas que se juntaron a compartir esfuerzos y sacrificios, para sacar adelante un lugar que se convertiría en un pilar fundamental de muchas personas que lo visitaban. Historias humanas increíbles aprendidas por aquel niño extraño.
Muchos fueron los buenos momentos, como también los emotivos, por distintas circunstancias, sobreviviendo a distintas situaciones, como soledad, enfermedad, temas económicos, ambientales.
En su mente estaba impregnada la sensación de abandono, misma que recordó en su primer año de colegiatura, cuando creyó que era dejado, nuevamente. Su madre y sus hermanos, a veces le visitaban, dos veces al año, quizás tres. Tiempo en que nunca fue reclamado con la fortaleza y convicción propia de una madre por su hijo. Por qué?... Era la pregunta eterna que convirtió aquella estancia en una prisión emocional, de donde nunca podría escapar.
Cuando creció, soñaba con la palabra “libertad”. Sobreprotegido por su fragilidad física, estaba sometido al esmero de cuidados que lo alejaron incluso del mundo. El cariño por un niño, a veces suele ser obsesivo y posesivo. Las personas, en general, cargan una mochila con su propia historia, y esa esencia influye en sus mentes, hasta el punto de que un pensamiento se transforma en convicción, haciéndolos creer que están en lo correcto, o llenos de razón.
Es curiosa la vida, nada puede ser igual siempre, y toda vida tiene su principio, y también su fin. La historia cambia, los hilos se mueven, y los caminos se abren en nuevas direcciones que se tienen que tomar.
Han pasado muchos años, y aún la pregunta en su mente, persiste…. Por qué?
Al fin y al cabo, todos somos mascotas, y nos adoptamos. Al hacerlo, con el tiempo, nos encariñamos, y se produce un vínculo, un fuerte vínculo de vida, que no se puede romper, y nos convierte en prisioneros de nuestras propias emociones, haciéndonos gozar y sufrir, por aquellos seres que forman parte de nuestras vidas, impregnándose en nuestra piel, en nuestra mente, en nuestro espíritu y en nuestros sentidos.
Pero los niños crecen, y los adultos se vuelven niños, la toma de decisiones de antes sucumbe al tiempo, y las nuevas decisiones afloran, por la naturaleza propia de cómo hemos vivido.
Hoy… un hombre entra al quirófano, es el último de aquellos tres que le cuidaron con tanto esmero cuando niño. El miedo se apodera de ellos, y en silencio, su abrazo parece una despedida, sin serlo. El dolor es físico, el dolor es en el pensamiento, el dolor es en el alma, y el ahogo de un suspiro se convierte en un último lamento.
El niño, ya hombre, mira a su viejo, más que su propio padre, y lo abraza sin consuelo. Trata de ser fuerte y alegre, porque cuando el mismo estuvo al borde de lo incierto, aquel viejo amigo, lo salvó muchas veces con sus esmeros. Ahora, aquel anciano está sólo, y todo parece incierto.
Su mirada se volverá cristalina también, como la propia algún día y la de todos, y así podrá recibir la luz que le entregará la paz merecida en este preciso intento.
Ahora no sé qué pensar… haber visto tanto sacrificio, tanto esmero y tanto esfuerzo, para cuidar a su propia madre, quién nunca se separó de su hijo, pese a todo, tanta preocupación para salvar a un niño ajeno y muchas veces enfermo, tanto trabajo invertido para apoyar a una mujer valiosa en su buen espíritu y empeño. Tantas cosas vividas, y hoy… tanto que está en juego.
Hoy es el día, y es mucho lo que siento, la incertidumbre satura mis sentidos, y todo parece ser extraño. Fue un padre, más padre que el propio, y mejor hijo que muchos, que he conocido. Este es su premio, tan injusto como mi razonamiento me permite verlo. Qué es Dios entonces… Por qué?... Por qué Dios?... Por favor ayúdalo.
Soy lo que soy, gracias a ellos, no soy perfecto, y me quiebro. Pero debo ser fuerte hoy, porque simplemente… es necesario serlo.
Una madre y un padre, nunca deben abandonar a un hijo, y un hijo… nunca debe dejar de querer a sus padres, porque la vida nos enseña, que todo es un tiempo.
Los conocí una vez… y desde entonces, se produjo un bonito vínculo, del cual no me arrepiento.

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