26 marzo, 2013

No es


El gran evento convocaba reservadamente a las más altas y conservadoras autoridades y brillantes mentes del planeta. Por primera vez, después de tantos años de investigación, el experimento se haría posible, en secreto, fuera del alcance de los medios de comunicación.

Dado que se había alcanzado un nivel tecnológico apropiado que permitiría el control adecuado para el correcto manejo y contención de grandes volúmenes de energía, los únicos testigos, se mantenían igualmente a una distancia adecuada y segura de varios cientos de kilómetros, en una zona desértica, que era una reservación natural comprada hace años por un grupo de inversionistas anónimos, siendo fuertemente custodiado por puntos de observación entre rocosas montañas de muy difícil acceso.

La cuenta regresiva no se hizo esperar, y mientras una voz suave comenzaba a enunciar los últimos segundos de último minuto, los ejecutivos colocaban sus lentes de protección, y se reacomodaban en sus asientos.

Las eminencias comentaban y especulaban sobre el fruto de su inversión. Muchas dudas y preguntas circulaban en aquel ambiente, saturado de recelo, dudas e incertidumbre.

El científico Thom, se dirigió hacia la plataforma, y pidió a sus colaboradores le dejaran solo. Subió entonces al ascensor que lo ubicó en las alturas de una plataforma, frete a un panel inundado de interruptores y pantallas transparentes, en una especie de cúpula cristalizada de alta resistencia al calor y a la radiación.

Ingresó el último código de acceso, y un destello inmediatamente inundó de blanco todo el lugar. Sin sonido, sin disturbios sísmicos, todo parecía haber desaparecido al instante, ante sus ojos.

En la distancia, los espectadores sólo podían apreciar una fuerte luz blanca, que se expandía velozmente, sorprendiéndoles por su extraordinaria belleza.

Cuando todo pasó, los sistemas de emergencia se activaron, y vehículos especiales se dirigieron inmediatamente hacia la zona.

El sector había desaparecido, como si un gran taladro hubiese sacado la tierra como un corcho, convirtiendo aquella zona en un gran agujero aparentemente sin fondo.

El equipo especial bajó rápidamente a inspeccionar, y mientras lo hacían sus vehículos llenos de censores, identificaban un fondo donde se encontraba la esfera.

Cuando llegaron, instalaron todo un sistema de iluminación, e instrumentos métricos de diversos tipos. Ya después de casi un día completo de riguroso trabajo y medidas de seguridad, pudieron hacer contacto con la esfera, la cual se encontraba totalmente congelada.

En su nubloso interior, se apreciaba aún la figura del científico Thom, quién aún conservaba la posición original, segundos antes del inicio del experimento.

Cuando por fin lograron sacar el cuerpo, rígido y totalmente congelado, lo prepararon en una cápsula de aislamiento y lo trasladaron inmediatamente al centro de investigación.

Examinaron meticulosamente la esfera, y en un rincón, entre algunos artefactos e inmuebles retorcidos, se encontraba otra persona. Estaba en el suelo, con sus brazos recogidos sobre sus piernas flectadas, envuelto en una especie de membrana gelatinosa semitransparente, temblando al borde del congelamiento, el que también fue retirado, conjuntamente con todas las cosas del interior, y llevados al laboratorio.

Pasaron por lo menos varias horas, y tras el descongelamiento de Thom, el segundo personaje por fin pudo ser liberado de su capullo acuoso. Que para el asombro de los científicos presentes, se trataba también de Thom. Ambos vivos y en perfectas condiciones, después de ser reanimados.

-          Pero qué ha sucedido?... Dijo uno del los integrantes del directorio.
-          Aún no lo sabemos con certeza señor, por ahora sólo especulamos sobre el umbral.

Se pensaba que el otro Thom pertenecía a un hilo paralelo, y que el logro del umbral permitió traerlo a la dimensión actual, no obstante, eso no explicaba el porqué podían coexistir ambos en un mismo espacio tan cerca uno del otro.

Ambos fueron trasladados desde sus distintas dependencias, hacia el auditorium central, y mientras eso ocurría, la sala comenzó a bajar bruscamente de temperatura.

Cuando llegaron al lugar, ante el asombro de los ejecutivos, Thom observó atónito que ante él estaba su misma imagen, igualmente vestido de blanco, como si fuese un espejo levemente irregular.

Ambos Thom se pararon de sus sillas de rueda, y con cierta dificultad avanzaron unos cuantos pasos hasta encontrarse uno frente al otro, cada vez más cerca. Mientras lo hacían, los cuerpos de los presentes se aquietaban a su paso, en un estado de hibernación instantánea.

-          Tú!!! Dijo uno de los Thom, quebrando el silencio.

Ya no había gente conciente en la sala, todos eran gélidas estatuas al rededor.

-          Pero qué es esto, respondió el segundo Thom.
-          Esto es un experimento, y logramos traerte a este universo, - respondió.
-          No, no es así. Es nuestro experimento.
-          Nosotros te trajimos, estábamos… estábamos…
-          Es un umbral?
-          Sabes que no es eso.

No fue necesario continuar la frase, porque fue interrumpido por el primer Thom, que la completó por él, como si supiese exactamente en lo que estaba pensando el segundo.

-          Sí, ahora lo sé. Exclamaron ambos Thom, al unísono.

Las voces se acallaron totalmente, y sus pensamientos se fusionaron en un solo raciocinio.

-          Es cierto, ahora lo entiendo… En el otro lado está ocurriendo exactamente lo mismo, verdad…
-          Así parece Thom, pero no como creemos.
-          No debí traerte, y ahora entiendo que no debí ir.
-          Sabes que no estamos aquí.
-          Eso ya lo sé, lo que no sé, es dónde estamos ahora.

Por breves fracciones de segundos, el destello luminoso se asentó en el lugar, y borrosamente, la imagen repetitiva de millares de Thom, aparecían y desaparecían repentinamente, en la misma posición en que ellos estaban, pero en distintos lugares de la sala, y la misma conversación casi mental:

-          Qué hemos hecho Thom? – Qué hemos cambiado?
-          Quizás hemos abierto un canal de visualización, un portal en dónde podemos ver los múltiples hilos que existen producto de nuestras propias decisiones.
-          No, no es eso.
-          Esto no puede estar pasando Thom… no era lo que esperábamos.
-          No, pero debemos afrontarlo.
-          Es acaso, un espacio/tiempo, donde todo converge.
-          Sí, pero sólo nosotros podremos verlo. Todo a su tiempo Thom.
-          El experimento fracasó entonces…
-          No, no es así, aquí estamos por una buena razón, una que aún no comprendemos. Escapamos a la convicción y nos afrontamos a una realidad que no veíamos.
-          Debemos invertir el proceso.
-          No, ya no podemos, debemos seguir…
-          Con qué? Nada de este mundo tiene sentido.
-          No, no es así, al contrario, todo, absolutamente todo, tiene sentido ahora.
-          Entonces por eso eran los mareos y la pérdida de memoria.
-          Sí, pero eso era sólo un síntoma, uno que ya estaba afectando a muchos de los habitantes de este planeta.
-          Es la saturación…
-          Así es.

Dicho esto último, el lugar en breves segundos se convertía en un témpano hielo de varios kilómetros.

Años más tarde, y dado el fuerte crecimiento exponencial de la sobrepoblación, muchos de los terrenos aledaños fueron comprados para construir grandes edificios. Hasta que un día, un departamento de construcción nacional se internó en el sector rocoso con fines comerciales, y se ordenó un equipo de investigación topográfica del sector.

Así fue como se adentraron hacia las rocosas montañas, llegando a un sector frío y húmedo, en dónde sólo encontraron una enorme masa de hielo esférica. Se presentó un informe oficial, y el lugar se declaró no era apto para la construcción.

Pasarían siglos y mucho presupuesto antes de que un grupo arqueológico pudiese aventurar con un proyecto de exploración ante semejante descubrimiento de la “naturaleza”, que en realidad, no es.


Flor y Tierra


Solía contemplar las hojas resecas bajo sus pies descalzos, aquellas mismas que se movían a su paso, entre remolinadas y caprichosas figuras. Quería sentir el fulgor del rocío, y la humedad de la tierra  revoloteando en su piel y en su vida despierta.

Caminó largas horas, y de pronto, se detuvo a escasos metros de unos grandes árboles de pino, reclinándose ante su belleza. Su presencia parecía estar ausente del mundo, mientras el mundo a su rededor desaparecía. Era tan sólo un segundo, y se quedó ahí, pasmado contemplando una flor, única e inquieta.

Quiso tocar, y lo hizo con tal delicadeza, que así por fin pudo respirar, sin dañar sus pétalos ni su esencia.

Se quedó ahí un instante, junto a ella, como queriendo hacer de compañía. Estuvo a ratos en silencio, y de vez en cuando dialogaba con ella… pero ella era una flor, orgullosa y como tal, no respondía.

No sabía que pensar, no sabía que hacer, sólo recordaba cómo podía imaginar tantas cosas bellas, mientras la luz iluminaba sus ojos hasta el punto que ya no podía verla.

Estaba ahí, simplemente ahí, una y otra vez, como siempre estuvo, desde antes y después, con su única flor y tierra.

15 marzo, 2013

Biométricos



        La cepa había dado sus frutos, y los análisis corroboraban lo que se temía desde hace siglos… La expansión numérica de la especie crecía a un ritmo vertiginoso, y podría estar fuera de control…

Notas de Laboratorio:
         Después de haber probado con distintas especies, esta última resultaba prometedora, no sólo por la fácil aceptación al conceptos de convicción llamado “libre albedrío”, sino por la autosuficiencia para superar numerosas pruebas de climatización y adaptación al medio, incluso alcanzando el logro asistido de la asimilación del progreso y de la tecnología inculcada, especialmente basada en los biométricos, implementados en televisores, cámaras, celulares, y todo aparato capaz de registrar presencia orgánica inteligente.

          En principio, hace algunos miles de años, al igual que hace unos cientos, el análisis conductual de las especies, era posible mediante los continuos informes de los “Observadores”, quienes, mimetizados, lograban interiorizarse del comportamiento y las conductas de los habitantes del planeta, en sus distintas razas. Este grupo de seres, hoy en día, trabajan arduamente, y ahora más que nunca, contra el tiempo, sin ser percatados, y son poseedores de la habilidades empáticas, que por breves instantes, les permiten percibir los sentidos de cualquier habitante elegido, para su evaluación.

          Hace unos siglos, después de la creación concepto “dinero”, los habitantes quedaron sujetos y dependientes a su fuerte influencia. El agraciado intento de introducir en sus esencias la codicia, permitió enfocar y mantener ocupada sus mentes en una continua lucha por poseerlo. Esto había funcionado perfectamente, por siglos, pero la evolución y el crecimiento eran algo inevitable, por consiguiente, el concepto fue cambiado a “transacción”, lo que permitió acelerar algunas observaciones que se necesitaban al más breve plazo. Quedaba poco tiempo, y mientras los habitantes consumían sus vidas en la obtención y resguardo obsesivo de bienes y poder, los “Observadores” tomaban notas de sus estados emocionales y conductas.

Por otro lado, la clasificación era indispensable, dado el actual número de habitantes por metro cuadrado. Como esto había crecido exponencialmente, la cuantificación padecía el peor de los males, la falta de un total control individual.

Decidieron entonces establecer algunas marcas, que genéticamente fueron implementadas, apenas notorias y camufladas como si fuesen “manchas” propias de la piel, ubicadas en la cien, y en algunos casos, en el tobillo, lo que fue perfecto y pasó desapercibido.

La transmisión sensorial de estos dispositivos, no sólo permitía ubicar a los elementos seleccionados, sino además, permitía el análisis de las interacciones, y un mejor desempeño en la transmisión.

Aún así, pese a todas estas medidas establecida, fue necesario agregar y reducir gradualmente el tamaño de nuevas tecnologías entregadas a los habitantes, de tal forma que fuese portable en cada uno de ellos. Esto aliviaría el excesivo trabajo de los “implantes genéticos” y de los “Observadores”.

La transferencia de datos se coordinó adecuadamente y se convirtió en globalizada, las velocidades de transmisión de datos fueron mejoradas gradualmente, al igual que la velocidad de los microprocesadores. Cada habitante, de las congestionadas ciudades, poseería un dispositivo en línea, el cual sería capaz de captar imagen, sonido, contacto táctil, y visión ocular, lo que sería transmitido a una gran central, sin que el portador lo notase.

Adicionalmente, se fueron produciendo algunos fenómenos, como es la presencia de algunos síntomas, como dolores de cabeza, sueño, el olvido, la inconformidad, la exacerbación del auto estima, la baja tolerancia y la distorsión en la apreciación del tiempo. Muchos de estos elementos, en sus casos más extremos, según su grado, han sido llamados “stress”, “paranoia”, e incluso “locura”, lo que sumado a los espacios publicitarios, intervenidos y subliminales,  han permitido que todo se fuese auto regularizado por si mismo, siendo de esta manera, aceptados por los habitantes a modo de consultas psicológica, médica, asistencia social, u otras fuentes de negocio, propios de toda sociedad que pretende oportunidad ante el infortunio o una necesidad.

Lo complejo, no ha sido la recopilación del grueso volumen de información, sino, su codificación, entre lo tecnológico y lo orgánico. La tecnología por su parte, permitía la distracción permanente de la mente de los habitantes, no obstante, producto de la evolución, el cuestionamiento personal comenzaba a florecer inoportunamente, en alguno de ellos, aún no clasificados.

Llegado el momento, el nuevo orden se establecería, y como en muchas generaciones y especies,  la auto regulación del exceso de habitantes se produciría como de costumbre, a razón de la historia, hasta lograr un óptimo de un cuarto de la población global.

Toda esta preparación, permitirá finalmente adecuar este mundo, como se ha venido haciendo con otros, para la implantación de estos nuevos habitantes que traemos, para que se desarrollen con plenitud, hasta el día en que por fin podremos coexistir en este universo, fuera de nuestro mermado hábitat, gracias al impecable trabajo de nuestros “Observadores”, las “manchas” y la oportuna implementación de los dispositivos tecnológicos, llamados “biométricos”.

Nota Nro. 20240602-2048 Laboratorio Central