Un día de locos, es cuando crees que un día será de una
determinada forma, y finalmente resulta otra.
Te levantas en la mañana y todo cuanto esperas, bueno o
malo, se sucede carente de control, sin importar cuan metódico(a) seas, el flujo
natural del movimiento se bifurca tantas
veces que en un momento dado ya dejas de contar.
Dónde quedan las emociones entonces, se diluyen acaso,
agobiadas por el conjunto de eventos que hacen que corras cada día… para lograr
qué….
Es gracioso, pero ya no hay tiempo para leer, incluso menos
para escribir un poco. Una vez más la redundancia de aquella sensación sobre el tiempo, y un conjunto de preguntas que siempre fluyen en la mente,
transformándose en algo cada día más tenue, pero no menos importante que un
primer día.
Ahora que harás, irás a casa, o de parranda, o a viajes más
allá de lo imaginable, o simplemente caminarás pensando vagamente en un porqué...
Finalmente se podría pensar que las cosas llegan por algo, y
a su vez hay otras que se van por una buena razón. La existencia quizás no sea
más que aquello que te permite existir en la mente de las personas que más aprecias,
aunque sea por un instante, aunque sea por un momento, transformándose en eterno.
Ya es de noche, cuantas horas serán las que se duermen, y
cuantas más, serán aquellas cosas, las que existan en nuestros sueños, aunque sea por un breve tiempo.
Real o no, definitivamente ha sido un día de locos, sin serlo.
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