14 junio, 2013

Bolso Negro

… el bolso negro que se transformó en un perrote , el agua y la luz que suprimieron el ruido del río metálico de las venas de la ciudad.
La altura sobre el río  sin agua, en camaradería con un grupo de extraños alrededor …
Atravesar la oscuridad por paramos ocultos de la noche, descubriendo el origen de imágenes del subconsciente.
Falto el miedo o temor ancestral a lo desconocido… seria la inconsciencia o la falta de experiencia … no se …


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La noche era perfecta, perfecta entre extraños, y todo lo que quería decir se ahogaba en los suspiros del cansancio. Había armonía, y quizás más que romperla comunicando, sólo buscaba, un momento de paz, para así contener parte de esa sensación de soledad, que a veces aflora por encanto.
Sí, conversamos, ciertamente, sentimos la compañía mutua, bien recibida por cierto, como buenos hermanos, momento que fluyó en los pasos necesarios.
El gigante negro se levantó, para nuestro asombro, y nos demostraba así, que la vida está llena de sorpresas, que no siempre, en la oscuridad, un bolso es lo que parece, porque lleno de vida estaba en su salto.
Caminamos luego, lo que se transformó en una inesperada aventura, de andar breve y calmo. Había tiempo, un tiempo que pocas veces nos procuramos. El terreno era verde y blando, así como también duro y plomizado, típico de una selva de cemento, de tantas sombras entre árboles circulando. Y así fue como nos fuimos hasta encontrarnos una vez más con nuestro destino, aquel gusano que bajo la tierra, nos fue  movilizando.

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