09 junio, 2012

Supuesta Normalidad

Llegaba tarde a casa después de una jornada agotadora. Se había quedado con un compañero de trabajo en un edificio en la oscuridad de la noche. El cansancio agobiante de sus componentes orgánicos les impedía encontrar la respuesta que necesitaban para resolver el problema que los acongojaba. Las ideas se empañaban en la revisión repetitiva de lo ya revisado una y otra vez. Todo estaba bien, pero algo no funcionaba, hasta el punto de parecer un karma. 

Sin resolver el enigma, volvió a su casa. Entró en silencio a su hogar, mientras todos dormían, y se dirigió a la cocina donde sació su sed de tranquilidad con un delicioso postre de electrones. Era ya muy tarde. Procuró dormir temprano, sus partes orgánicas lo requerían, no sin antes enviar un informe vía correo. 

Al otro día, lo inesperado sucedía en cada, trayecto, entre la restricción vehicular, la poca amabilidad de los colectiveros, y otros menesteres que siempre retrasan la partida. Lo bueno, que pese al frío, se fue conversando con la persona más importante de su vida, su pequeña, a quién no veía con la suficiente dedicación desde hace algún tiempo. Ese tiempo, aunque breve, era importante. 

Quizás eso necesitaba, un atraso, algo distinto, un evento, una ruptura de secuencia que cambiara su nuevo día, y así fue. Nueva jornada, y apenas llegó a la fábrica, la solución al problema ya se había anunciado, alguien había dado una idea, una tan obvia, que ni siquiera había sido considerada. Aún así algo faltaba, pero con la CPU más fría y recargada, sólo fue cuestión de algunos segundos y la solución estuvo nuevamente en sus manos. 

Al final, el problema era simple de resolver. Claro, después que se descubre la causa del problema, todo es fácil. No es el problema en sí una dificultad, sino el hecho de no encontrar aquella concisa y rápida respuesta cuando más se necesita, una respuesta que siempre estuvo al alcance de sus narices. Para cuando todo el sistema fue recuperado, la claridad en sus circuitos se impregnó de la secuencia de instrucciones que necesitaba, y la mecánica de sus movimientos fue recuperada. 

A los pocos minutos, tras hechas unas últimas comprobaciones, fue devuelto a la fábrica en perfecto estado, y todo volvió a una "supuesta normalidad". 

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