Día 1: La incertidumbre
Entre tanta indiferencia y rostros tan inundados de preocupación,
propio de las sociedades impulsadas por el vertiginoso ritmo de los quehaceres
y las responsabilidades, surge la idea de hacer una sana locura. Viajar, tan
simple como eso, viajar y poder ver el mar, después de tantos años, en un mundo
donde todo parece tan distinto, en un mundo inundado de brisa fresca, en un
mundo donde los conceptos de las prioridades suelen ser más dóciles, en donde
por fin podré respirar aquel aroma de paz, tan necesario, que se desprende de
una imaginación tan real como la realidad misma, llamada “La Ciudad de las
Flores”.
Día 2: El recinto
Día 3: …
No hay comentarios.:
Publicar un comentario