12 octubre, 2012

Ciudad de las Flores


Día 1: La incertidumbre

Entre tanta indiferencia y rostros tan inundados de preocupación, propio de las sociedades impulsadas por el vertiginoso ritmo de los quehaceres y las responsabilidades, surge la idea de hacer una sana locura. Viajar, tan simple como eso, viajar y poder ver el mar, después de tantos años, en un mundo donde todo parece tan distinto, en un mundo inundado de brisa fresca, en un mundo donde los conceptos de las prioridades suelen ser más dóciles, en donde por fin podré respirar aquel aroma de paz, tan necesario, que se desprende de una imaginación tan real como la realidad misma, llamada “La Ciudad de las Flores”.

Día 2: El recinto

Día 3: …



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