10 julio, 2012

Felina

Aquel felino de corto pelaje, circundaba por amplios lugares buscando tranquilidad y un poco de sol para sus huesos. Deambulaba entre hermosos paisajes ya recorridos, pero siempre con la inquietud aún latente en su ser, como león enjaulado, con cierto dejo de esperanza, de poder encontrar, aunque sea por unos pocos instantes, aquello que necesitaba.

Quizás era la agudeza de su instinto y su naturaleza indómita, "libre", la que guiaba los engranajes de su existencia. Evitaba el ruido, también las dependencias, las amarras y los claustros, y prefería sumergirse en la desconfianza ante su propia inseguridad, aquella que sabía perfectamente ocultar.

Posiblemente la experiencia de toda una vida asienta una convicción, a modo de que podamos sobrevivir en una selva donde el más grande y fuerte suele devorar al más pequeño y débil.

Aun que la verdad, es que no siempre es así.

El cuadrúpedo pensaba, sí, pensaba y pensaba… y pensaba… "Que muchas veces se pierde el tiempo buscando cosas ideales, que nunca llegan, y que ante ello, lo mejor es volver la espalda y seguir por un camino mucho más productivo y práctico". Aún así, su mente divagaba, lejos, a kilómetros de distancia, más allá de un satisfactorio logro, más allá que una acción, que un hecho, o una convicción, alcanzando, incluso en sueños, lo que le era inevitable…. pensar.

Pasaron así las horas, y prontamente el sol se ocultaría, sabía que necesitaba algo, sabía lo que era, pero no podía definir exactamente el qué. El cómo, estaba alejado de sus garras, y el alimento que necesitaba, distaba de su boca. Era fuerte, y sabía superar el hambre, y cualquier obstáculo, menos uno.

Pese a todo, la vida continuaba su curso, sabía perfectamente que la selva no se detiene jamás y está siempre en constante movimiento, por lo cual, se propuso postergar su extraña necesidad, por lo menos por un par de meses, ya que lo necesitaba, lo requería, con cierta ansiedad.

Así, la noche llegó, para sólo volver a entender,  una vez más, que la vida se vive, y que también, se vive al soñar.


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