30 abril, 2010

La tristeza de Jo


Introducción

Siempre hay momentos de reflexión, que con el tiempo nos va permitiendo suavizar la exacerbada apreciación de los acontecimientos. Independiente de lo que sea, ver las cosas después de un tiempo, nos da otra visión más limpia. Esta historia, está narrada al límite de lo incomprensible, y lo único que pretende, es que cada lector sea capaz de ver en su propio interior, la luz que siempre nos ilumina en aquellos momentos difíciles, y que inevitablemente pasan, pero que al final, se arreglan. Por eso mismo, lo explico, ya que Jo será un personaje para el lector común, pero si se visualiza más a fondo, se entenderá su verdadero significado.

Historia

Distante entre las ruinas de aquello que se deshace entre los dedos, se encontraba Jo, con su vista clavada en el piso, tratando de encontrar una respuesta. Pese a que entendía la naturaleza humana, no podía aceptar ciertas equívocas convicciones.

Miles de argumentos en su mente se disputaban con gran vehemencia, encerrados en su propia contención. Esperar era el único camino posible, quizás una eternidad, porque otro accionar sólo implicaría el caos irracional, que no deseaba y detestaba. El precio, era la incomprensión que golpeaba a su puerta, algo que indudablemente el tiempo apaciguaría a razón de un mejor pensar, más tranquilo y más sereno.

Con el pasar del tiempo, lo práctico imperaría inevitablemente, y el resultado plausible de la emotividad poco a poco buscaría su flujo natural, uno más equilibrado, menos ansioso, más generoso, más racional. No obstante, los bonitos recuerdos de toda una vida, intactos en su mente quedarían, impregnados en su ser, permaneciéndo sin cesar.

Jo, trataba de encontrar una sabia respuesta que pudiese acoger en su existencia, pero su diferencia era radical, no encajaba en ningún patrón común de los humanos, muchas veces era criticado porque simplemente lo diferente produce esa especie de extraña incomodidad. No era mejor, no era peor, ni tampoco se trataba de vanidad, indiferencia, o falta de sensibilidad, solo era un ser inserto en un mundo complejo que solo el sabe como guiar.

Desde niño, Jo se adaptó como pudo, y creció observando la naturaleza de los hechos que se iban dando en su vida, aprendió desde su propio abandono, que una hoja cae en otoño, porque simplemente una vida surge en una mejor y nueva primavera. Entonces, todo se convierte en un ciclo, conformado por un conjunto de etapas predestinadas en cierto orden. Jo, lo entendía así, pero no siempre los demás le comprendían, porque preferían el recelo y la desconfianza de sus propios prejuicios, en una discusión interna y eterna de sus propias preguntas, de sus propias respuestas, de sus propias deducciones.

Personas sufrían alrededor de Jo, por diversos motivos, en distintos lugares, algunas porque querían, otras porque simplemente no lo podían evitar, ya sea por una enfermedad, un cambio radical en sus vidas, accidentes, recuerdos tristes que se negaban a dejar, pese a tener otros que sí eran alegres, en fin, distintos factores. Jo no podía resistir eso, lo observaba todo el tiempo, en todas partes, y su angustia muchas veces lo superaba. Era un estado emocional humano que traspasaba sus propias barreras, su autocontrol, su disciplina, su eterna paciencia y que ahí siempre estaban.

Jo, era un “Readers”, así como otros, pocos y escasos, cuyo objetivo principal, era saber, conocer y entender el entorno asignado, ver la naturaleza humana, apreciarla y quererla como ningún otro ser, comprender que lo creado tiene un propósito una razón de ser, donde existente caminos elegidos y construidos, que no deben ser tocados ni alterados, bajo ningún motivo. Pero Jo era distinto, aún para los de su propia especie, casi rebelde en ciertos aspectos, por lo que constantemente era observado, en todo momento, siempre sometido y cautivo en una realidad alterna que jamás le dejaría realizar su sueño imposible, “detener el tiempo”.

Entonces, sucedió, estaba sentado en una larga banca imaginaria y tras un largo silencio, Jo levantó su cabeza y abrió sus ojos al cielo, vio entre las nubes muchas siluetas, un pequeño elefante de color tenue en un espacio blanco, e incluso pudo ver la silueta de un Pegaso alado color canela que alzaba jubiloso su cola con vitalidad y energía. Lo miró un instante con detenimiento, como si todo fuese una sola imagen, y pudo observar en dos, aquella misma sana sonrisa desplegada con total inocencia, rodeada de otros, que también alegres le acompañaban, lo cual le dio por fin un momento de paz, y porqué no decirlo, el merecido alivio que quería.

Así fue como Jo se fue desvaneciendo, poco a poco, solo y en silencio, desapareciendo casi por completo, como también la ansiedad prendida a razón de un mensaje que no llegaría, mejorando notoriamente la concentración en otras cosas, cual útiles y necesarias que seguirían ya sin lamentos.

16 abril, 2010

El Florero


Introducción:

Hacía bastante tiempo que no escribía una historia, por motivos de fuerza mayor, porque de pronto hay cosas que cuesta asimilar, que suceden y desconcentran. Por ende, siempre es mejor distanciarse un poco, cambiar un poco, despejarse, y luego escribir, con tranquilidad.

Bueno, en esta ocasión, busco dar un poco de nobleza a un florero, con el ánimo de centrar la atención en nuestro propio interior, que a veces renegamos, pero que siempre está con nosotros, aún cuando las cosas no sean siempre como las queremos.

Nota:
La palabra "florero", no se refiere a persona, se refiere a la armonía interior de cada uno.

Historia:

Detenido estoy en este infinito, reconstruyendo los pedazos de un florero caído por el afán de las circunstancias. Un diálogo interno me devora por completo, y la reflección constante está siempre presente en mis sueños.

Los días parecen diluirse en la nada, las horas pasan tan de prisa. Sucumbo al cansancio, y ente sueños me despierto. Solo el silencio profundo me acompaña y en algunos instantes ciertos ruidos lejanos me indican que la vida sigue, con o sin lamentos.

Todo parece tan distinto ahora, el florero roto ya nunca más será como fue en su momento. Ahí está, de nuevo en su lugar, pero por mucho esfuerzo que haga, la compostura jamás borrará la huella profunda de su rotura. Yo no busqué romperlo, no, de ninguna manera, de hecho, ajena fue su caída, pero a nadie culpo, no tiene sentido, está hecho. Cuanto lo siento, pero seguiré trabajando con paciencia y esmero, pieza por pieza, reconstruyendo todo, y si es necesario, desde cero.

Pensé muchas cosas, pensé en todas las posibilidades, pude ver los hilos encausados en sus distintas direcciones, vi tristeza en todos ellos. Aún así, soy positivo, y poco a poco me levanto desde el suelo, con eterna paciencia, con profundo respeto, con la nostalgia eterna a cuesta, de lo que en cada día vivo, mientras a su vez, veo mi florero.

Quise hacer lo mejor, y lo mejor me fue esquivo. La racionalidad, la lógica estaba siendo superada, y eso conlleva siempre a convertirnos en ciegos. En tinieblas no hubiera visto el florero, lo hubiera roto aún más, sin querer, y no hubiera tenido la capacidad para recomponerlo. Pero ahí está, desde afuera aparentemente intacto a lo lejos, pero de cerca, otra cosa es, que requerirá mucho más tiempo. No obstante, trasparente ha de ser, para aquellos ojos más pequeños.

La vida debe seguir su curso, el tiempo nunca se detiene, sólo hay que continuar caminando, buscando una y otra vez, la armonía necesaria, en cada momento.

Los amigos vendrán, curiosos serán ellos, de buena fe algunos, y otros inciertos. Lo importante es, saber, que no todos entienden el verdadero sentido de ese extraño universo. Era un florero, no se trata de un mero adorno, no Señor, de ninguna manera, ni tampoco de algo perfecto, simplemente es y está ahí por un motivo, cobijando nuestros sueños.

Muchas veces somos egoístas, como otros, como aquellos, y criticamos a razón del propio entendimiento, y en nuestra tozudez rompemos aún más el florero. Lo he visto antes, lo veo ahora, y lo seguiré viendo.

Ser empático muchas veces se nos hace difícil, porque para entender hay que vivirlo. Pero querer nacer de nuevo, es como no querer aceptar, entre todo, también lo bueno.

Hay ocasiones en que solo miro aquel florero, tranquilo, sereno, y en silencio lo observo, con paciencia, con ternura, cada grieta, cada fractura, cada línea de su bella armadura. Rebelde, indómito, chúcaro, desafiante, egoísta, emotivo, como quién sigue adelante, buscando siempre nobles motivos.

Solo la bondad, gentil y grandiosa, realza su envergadura, y gigante ha de ser en su mística travesía. Nuevas ideas, nuevos proyectos, irán mejorando el camino, día a día, llevando consigo la necesaria sabiduría, que permitirá recoger el agua sagrada de su mágico florero.


14 abril, 2010

Lo sé!


Todo pasa por un proceso, toma su tiempo, como un vicio o una adicción, los síntomas son variados, y generalmente se acentúan en el estómago. Los primeros días son los más insostenibles, luego, poco a poco todo va tomando su centro y la normalidad se va restaurando. Saber esto, alivia en gran medida, porque es parte de nuestra parte racional, aunque es claro que no desaparece del todo, y cada cierto tiempo nos recuerda lo vulnerables que somos.

Una distracción es la clave, una música alegre y distinta, un trabajo diferente, u hobbie, una actividad física, estar siempre con alguien que sea positivo y alegre, o un grupo de amigos, buscar en el humor un camino más armónico para el espíritu, hacer algo productivo siempre será mejor y más beneficioso.

Ya sé que cuesta, es indudable, nada es fácil, y ciertamente si no fuese así no tendría gracia. Es parte del vivir, una nube gris que se posa a veces, pero luego un sol radiante nos ilumina con una suave tibieza, necesaria en nuestras manos, que nos hace sentir que la vida, con todos su pro y contra, es hermosa.

Anoche por ejemplo, me puse a ver “V”, la nueva serie de SCI-FI, de la WB, segundo capítulo, algo que inevitablemente me resultó coincidente. Sucede, y siempre nos preguntamos como estará todo, al otro lado de la moneda. En fin.

Han pasado muchas cosas para mí estas últimas tres semanas, y espero que todo este inesperado sin fin de acontecimientos termine pronto. Al parecer, el terremoto ha traído cambios que en alguna u otra medida ha alterado el flujo normal de las cosas, y los sucesos se dan sin querer.

No todo es como pensamos, y no todo es como queremos, pero todo fluye en forma constante, de algún modo.

Habrá que tener paciencia, y seguir adelante, siempre erguidos, siempre dispuestos con un pensamiento purificador, siempre positivo, que nos permita encausarnos por una senda mejor para nosotros mismos, y para nuestro entorno.

Cuesta, lo sé.

06 abril, 2010

Pena


Camino entre sueños, a cualquier hora despierto, y a cualquier hora duermo, pero el mundo no se detiene, y hay que seguir los punteros del reloj que señalan los números de una nueva actividad.

Siempre habrán momentos, buenos, malos, y distintos. Algunos parecerán tan breves, otros parecerán eternos, y los que quedan, son tan extraños que inciertos parecerán.

Sólo veo penas, profundas penas, intensas como la propia mía, que es dolorosa como ninguna, que ya sé, no me dejará. Quisiera a veces poder desahogar estos pensamientos, y no puedo. Nadie más que yo y mi soledad, un nudo en mi garganta y una afonía ahogada en palabras que ya no se dirán, para resolver lo insoluble que no ha de volver atrás.

Un enorme vacío entonces me espera, y me trato de aferrar a algo que no estará, y sólo la incomprensión recibo, de todos lados, sin piedad. Pero a quién le importa eso, sólo sé que debo caminar, y transparente ha de ser para los niños, que un futuro propio y limpio seguirán.

Me lleno de trabajo, busco otro tipo de música para escuchar, todo se hace tan distinto ahora, mientras otras manos buscan su oportunidad. Quizás sea lo mejor, alguien ha de acompañar, a quién lo necesite, una y otra vez, con su insistencia, para un siguiente instante que mejor vendrá. Privilegio de algunos, que otros no tendrán.

Es curiosa la vida, y raro el pensar, que en algunos casos solo se ve oscuro donde si hay claridad.

Bueno, así debe ser, y así será, donde un adobe se derrumba un ladrillo se construirá, siendo un tiempo que día a día, más y más breve se hará.


Ya pasará…