23 enero, 2012

Riqueza


Lunes nuevamente, un lunes que aún no termina, un lunes de larga jornada. Al fin y al cabo, hasta donde vale el exceso de horas laborales, cuando dejas de lado cosas que valen de verdad.

Bueno sería llegar una hora antes en la mañana y no tener la hora de colación, trabajar de corrido y a full, luego… salir dos horas antes, aún con sol, aún con energía para compartir con tus seres queridos, o tus amigos.

Es así la cadena que nos impulsa en una rutina sin fin, por una sociedad plasmada de reglas y horarios, donde a veces ni si quiera queda tiempo para cosas tan básicas como comer, o dormir.

También es cierto que no para todos es así, y no todo el tiempo es así. Pero es así para una gran mayoría.

Siempre es necesaria alguna actividad que nos distraiga y nos saque de la rutina, de las tensiones del día, por ejemplo algún deporte, caminar un rato, ver algo cómico, reír un poco, disfrutar de la música, en fin. Cosas simples, cosas que nos hacen sentir que no somos meros números, o meras máquinas en esta gran fábrica llamada vida.

Pero... cual es el valor de una moneda entonces…?, un minuto, un segundo, si al fin y al cabo, lo único que logramos comprar con ella, es un simple puñado de tiempo.

Mejores y peores, más ricos y más pobres, siempre los hay, y siempre los abran, humildes a más no poder, o creyéndose amos y señores.

Claro…, si viviéramos 1000 años, podríamos ahorrar tranquilamente y hacer fortuna, pero esta semana he comprendido que no importa cuanto vivas, porque siempre es lo mismo, y la única riqueza que realmente puedes obtener, no es aquella que llena tus bolsillos, sino aquella en la que has aprendido a valorar a los demás, con tino.









PD. En recuerdo de una partida.

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