
Introducción:
Muchas veces, nos negamos a aceptar ciertas cosas que nos suceden, y aunque no las comprendemos del todo, están ahí, y sin querer nos hacen sentir un dolor que no se quiere. Lo llevamos a veces por años, muchas veces sin darnos cuenta, incluso desde niños, hasta que aflora e inunda nuestros sentidos. Se acentúa con el tiempo, y no nos deja, quizás para enseñarnos que la vida es eso, un conjunto de cosas, donde queramos o no debemos aprender a convivir con ello.
Historia:
Que extraña sensación, me ha acompañado durante todo este día, desde que me levanté, me invade y me distrae. Es curioso, porque en cierto modo, embriaga mis sentidos. Sólo quisiera dormir y encontrar en mis sueños el anhelo de aquellos rotundos lugares donde todo parece verde, fresco, y vivo. Respirar el aroma del viento percibiendo los mensajes desde el cielo.
Aquel diálogo intenso, me acompaña, con mil argumentos, en profundo silencio, con cierto tino, con cierto acierto. Todo me parece tan abstracto, que a mi lado camina lo que tantas veces presiento. Hoy con mayor intensidad, hoy con mayor esmero.
Quizás, simplemente seamos seres egoístas, encaprichados con lo que tanto entrañamos, que no nos fijamos bien, en lo valioso que dejamos, por lo que creemos.
Habrá un después, no lo sé, no adivino, algunas cosas se podrán deducir, pero otras, sólo se escaparán por su propio camino.
Ahora entiendo porqué la vista se niega a ver, y los oídos a escuchar, aquello que tanto nos quita el sueño. Es como un mecanismo de defensa, para viajar a otros mundos, menos iracundos, y con más abrigo.
Dormir, dormir, dormir, sólo eso quiero, en este minuto, alejado ya de este cuerpo adolorido, aunque sea por un instante, en la inmensidad del descanso merecido.
Despertar luego, todo como nuevo, con más energía que nunca, que me haga ver la única verdad que quiero, aquella que no nuble mi visión, aquella que sigo con esmero.
Ojala todo fuese más sencillo, pero así son las cosas, no las gobierno yo, ni nadie las gobierna, unos pocos instantes despierto, otros, durmiendo.
Luego vendrán, aquellos momentos nuevos, quizás más atinados, quizás más serenos, espero.
Sólo entiendo, que en estos momentos, muy cansado me siento, y también muy adolorido, tratando una y otra vez, de encontrar consuelo a mi eterno conflicto.
Sólo sé, que debo aprender a convivir con ello, para cuando por fin esté, algún día, como un ave, volando libre en un sueño.
Muchas veces, nos negamos a aceptar ciertas cosas que nos suceden, y aunque no las comprendemos del todo, están ahí, y sin querer nos hacen sentir un dolor que no se quiere. Lo llevamos a veces por años, muchas veces sin darnos cuenta, incluso desde niños, hasta que aflora e inunda nuestros sentidos. Se acentúa con el tiempo, y no nos deja, quizás para enseñarnos que la vida es eso, un conjunto de cosas, donde queramos o no debemos aprender a convivir con ello.
Historia:
Que extraña sensación, me ha acompañado durante todo este día, desde que me levanté, me invade y me distrae. Es curioso, porque en cierto modo, embriaga mis sentidos. Sólo quisiera dormir y encontrar en mis sueños el anhelo de aquellos rotundos lugares donde todo parece verde, fresco, y vivo. Respirar el aroma del viento percibiendo los mensajes desde el cielo.
Aquel diálogo intenso, me acompaña, con mil argumentos, en profundo silencio, con cierto tino, con cierto acierto. Todo me parece tan abstracto, que a mi lado camina lo que tantas veces presiento. Hoy con mayor intensidad, hoy con mayor esmero.
Quizás, simplemente seamos seres egoístas, encaprichados con lo que tanto entrañamos, que no nos fijamos bien, en lo valioso que dejamos, por lo que creemos.
Habrá un después, no lo sé, no adivino, algunas cosas se podrán deducir, pero otras, sólo se escaparán por su propio camino.
Ahora entiendo porqué la vista se niega a ver, y los oídos a escuchar, aquello que tanto nos quita el sueño. Es como un mecanismo de defensa, para viajar a otros mundos, menos iracundos, y con más abrigo.
Dormir, dormir, dormir, sólo eso quiero, en este minuto, alejado ya de este cuerpo adolorido, aunque sea por un instante, en la inmensidad del descanso merecido.
Despertar luego, todo como nuevo, con más energía que nunca, que me haga ver la única verdad que quiero, aquella que no nuble mi visión, aquella que sigo con esmero.
Ojala todo fuese más sencillo, pero así son las cosas, no las gobierno yo, ni nadie las gobierna, unos pocos instantes despierto, otros, durmiendo.
Luego vendrán, aquellos momentos nuevos, quizás más atinados, quizás más serenos, espero.
Sólo entiendo, que en estos momentos, muy cansado me siento, y también muy adolorido, tratando una y otra vez, de encontrar consuelo a mi eterno conflicto.
Sólo sé, que debo aprender a convivir con ello, para cuando por fin esté, algún día, como un ave, volando libre en un sueño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario