
En la oscuridad de la noche, donde sólo la luz de un titilante televisor acompañaba, como siempre, en pos de entretener y distraer después de una ardua jornada, se encontraba, tranquilo en su lecho aquel joven. Todo era normal, un vaso de Orange y unas galletas Crack le acompañaban, mientras todos dormían, pero el no. Buscaba esparcimiento liviano, y se detuvo un instante en su serial médica favorita.
De pronto, su pulso cambió paulatinamente, y una leve nostalgia fue transformándose prontamente en pena, que al poco rato humedecieron sus ojos sin motivo aparente.
Buscó entre sus recuerdos, sus vivencias, un motivo para tal fenómeno, pero no quiso ahondar más allá, porque la imaginación suele distorsionar a una sensación. Su latido era incontenible, y un nudo en su garganta se acrecentó.
No lo dudó, ni por un momento, y apagó todo, procurando dormir refugiándose en su cansancio. Debía dormir, y así pasó por lo menos una hora más, tratando de encontrar una respuesta a lo evidente.
Al otro día, sólo escribió.
De pronto, su pulso cambió paulatinamente, y una leve nostalgia fue transformándose prontamente en pena, que al poco rato humedecieron sus ojos sin motivo aparente.
Buscó entre sus recuerdos, sus vivencias, un motivo para tal fenómeno, pero no quiso ahondar más allá, porque la imaginación suele distorsionar a una sensación. Su latido era incontenible, y un nudo en su garganta se acrecentó.
No lo dudó, ni por un momento, y apagó todo, procurando dormir refugiándose en su cansancio. Debía dormir, y así pasó por lo menos una hora más, tratando de encontrar una respuesta a lo evidente.
Al otro día, sólo escribió.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario